Espadas afronta los primeros descosidos en el partido: el susanismo exige responsabilidades

El candidato del PSOE a la Junta de Andalucía, Juan Espadas, se ha presentado este lunes “más fuerte que nunca” y convencido de que su partido, “sin fisuras”, lo necesita ahora más para iniciar un nuevo proyecto y convertir a su equipo en ganador en la siguiente cita con las urnas. Por ello, ni el secretario general del PSOE andaluz ni los otros ocho provinciales se han planteado dimitir, pues han sido respaldados por la organización, a pesar de que los resultados del 19-J se han quedado incluso por debajo del suelo que fijó en 2018 Susana Díaz y que provocaron un proceso de regeneración interno pilotado por el propio Espadas. “En ese momento, los socialistas entendíamos que había terminado un ciclo y que había que iniciar uno nuevo, la militancia se pronunció e iniciamos un nuevo proyecto político”, ha señalado Espadas recordando cómo su misión fue coser un partido, una cohesión que tras la noche electoral ha mostrado algunas costuras abiertas con voces abiertamente críticas y que exigen una reflexión.

TE PUEDE INTERESAR

El PSOE entierra la autocrítica para blindar a Sánchez tras el 19-J y se resiste a los cambios

Iván Gil Infografía: R. Márquez y M.G.Ortega Datos: Unidad de Datos

En concreto, en la misma noche electoral, afines a Susana Díaz urgieron en las redes sociales reflexionar sobre la debacle, lamentando que lo que empezó como una operación “para gobernar” ha terminado perdiendo 130.000 votos con respecto a 2018 y la pérdida de tres diputados. “Un desastre” en palabras de Carmelo Gómez, exparlamentario y muy cercano a la ex secretaria general que, desde su retiro en el Senado, no se ha implicado en la campaña electoral de Espadas más que con un tuit pidiendo el voto una hora antes del cierre oficial. Horas después ha sido Luis Ángel Hierro, otro crítico que compitió en las primarias, quien ha exigido incluso la dimisión de la ejecutiva para iniciar una nueva reconstrucción del PSOE andaluz tras la victoria abrumadora del PP.

Frente a las voces críticas, Espadas ha reiterado su orgullo por una campaña en la que la organización y la militancia se han volcado y no ha querido entrar en valoraciones sobre casos puntuales de algunos militantes que no se han implicado lo necesario, en una alusión indirecta a Susana Díaz. “Si alguno no nos ha apoyado, en la conciencia lo lleva porque, cuando haya visto la mayoría absoluta de la derecha, le quedará el rescoldo de si hizo o no lo suficiente”. La ahora senadora, al ser preguntada en Madrid a su llegada a una reunión, se ha mostrado muy triste por los resultados: "Me duele mucho mi partido y me duele mucho mi tierra", ha confesado sin entrar en más detalles.

Los socialistas, tras la reunión de la ejecutiva regional, han insistido en lo que ya el candidato apuntó en la noche electoral, que la campaña, a pesar del resultado, ha sido un revulsivo para el partido. Aunque no se trataba de un ensayo, sino de unos comicios donde el PSOE ha caído hasta niveles históricos, al quedarse solo con 30 escaños, lo que supone también un reto para la organización, que debe reforzar sus costuras para evitar crisis internas que aumenten la debilidad: “Hemos sido más PSOE que nunca, hemos estado unidos, cada uno con nuestros matices, y así debemos seguir”.

El efecto Pedro Sánchez

Espadas ha confirmado su “reseteo” para afrontar un nuevo ciclo en la oposición. El líder socialista ha apuntado que estos malos resultados electorales no son válidos para medir el grado de respaldo que tiene la nueva directiva andaluza, porque no ha tenido apenas tiempo. Según él, el termómetro será el trabajo ahora en la oposición y los resultados de las próximas elecciones municipales, en las que confía en que el color del mapa político cambie. “Esto es una carrera de fondo y no se ganan las elecciones en seis meses cuando quien gobierna ha ejercido un poder omnímodo, ha construido un relato y ha tenido altavoces mediáticos, esas cosas calan”, ha apuntado, admitiendo también que la presencia de Pedro Sánchez y sus ministros en la campaña electoral andaluza ha podido influir también en la opinión de parte del electorado que no se siente beneficiado por las políticas de Madrid. “Que un Gobierno apoye a su partido en unas elecciones autonómicas no es nada nuevo, es lo normal, sobre todo cuando ha hecho políticas que benefician a muchos andaluces, han venido a dar la cara y a explicarlo, pero a nadie se le oculta que desde el primer día ha habido una operación de acoso y derribo contra el PSOE y contra Pedro Sánchez, una estrategia que en algunos lugares y en determinados electorados cala”, ha admitido advirtiendo que no es ningún 'outsider' y que él hace política con un partido y no va a estar nunca al margen de él.

TE PUEDE INTERESAR

"Somos trabajadores, no bobos": así conquistó el PP las plazas fuertes del PSOE andaluz

Carlos Rocha. Dos Hermanas Pablo D. Almoguera. Málaga Fotografía: Javier Zapata

Poco tiempo, la influencia del desgaste del Gobierno central y también una incógnita que el PSOE andaluz tratará de resolver en los próximos meses después de haber iniciado ya un proceso de análisis y autocrítica para descubrir dónde está el voto progresista. El “dato más triste” para Espadas ha sido la baja participación, el fracaso de una movilización que no han conseguido. Esa abstención, más que la transferencia de votos del PSOE al PP, es 'a priori' la razón que explican los resultados, según Espadas, que sí reconoce un éxito en su campaña: uno de los objetivos era frenar a Vox “y eso se ha conseguido, otra cosa es a quién se haya beneficiado”. Uno de los errores del socialista ha podido ser, según sus primeros análisis, dirigir su campaña a la movilización del voto de izquierdas, que ha dejado al PSOE fuera del espacio de centro político que ha conquistado el PP y que él explica por la necesidad de reforzar las señas de identidad del partido en un momento de transición interna.

“Ya sabíamos que Cs podía desaparecer fruto de la ingestión del PP y que el PSOE se enfrentaba a un PP con 47 diputados para mayor gloria de Juan Marín, que entregó sus armas sin ni siquiera sacar la bandera blanca”, ha defendido Espadas, convencido de que el voto naranja era voto de descontentos con el PP que, una vez que Cs no ha sabido diferenciar con nitidez sus políticas, ha vuelto a su origen para, además, frenar el posible avance de Macarena Olona.

TE PUEDE INTERESAR

Andalucía vuelve a 1982, pero con el PP en el Gobierno y la izquierda en caída libre

Carlos Sánchez

En este sentido, Espadas ha reivindicado un papel imprescindible en este nuevo ciclo político que se abre en Andalucía: el protagonismo de ser el jefe de la oposición en un escenario de mayoría absoluta. “Tenemos el máximo nivel de responsabilidad para ejercer la oposición y no me van a doler prendas, seremos el espejo donde se mire cada día el Gobierno de Andalucía para ver si lo está haciendo bien o no, no vamos a dejar gobernar para construir relatos que no dan solución a los problemas de la gente”.

Espadas ha insistido en que sabe cómo encajar la derrota porque no es la primera vez, en alusión a su carrera por la alcaldía de Sevilla en 2011. Al igual que ahora, con pocos meses para dar a conocer su proyecto, se enfrentó a unas elecciones que ganó por goleada el PP y, tras cuatro años en la oposición, logró el bastón de mando contra todo pronóstico.