El sevillano que hizo 17.000 kilómetros desde Fiji y el 19-J votará por correo desde la playa
Pedro Velázquez trabaja en la delegación de la Unión Europea en el Pacífico y aprovecha sus vacaciones en España para participar en las andaluzas después de más de 30 años haciéndolo fuera de su Sevilla natal
Para llegar desde Suva, capital de las islas Fiji, a Sevilla, hay que hacer casi dos días de viaje. "Cuando llegamos a Los Ángeles estamos a mitad de camino", cuenta Pedro Velázquez, un sevillano que trabaja en la representación de la Unión Europea en el Pacífico y que es uno de los 10.588 residentes andaluces en el extranjero que votará hoy en las elecciones andaluzas después de pasar la travesía burocrática de rogar el voto. Solo el 4% de los 263.504 andaluces que viven fuera de España se ha decidido a participar en las autonómicas. Muchos de ellos han tenido malas experiencias con el proceso. A Velázquez, por ejemplo, las papeletas le llegaron a Qatar, donde trabajó unos años, después de un proceso electoral. Lo llamativo es que, a pesar de que le corresponde votar en el consulado español de Wellington, este funcionario de la Comisión Europea conocerá el resultado de las elecciones desde Isla Cristina por pura casualidad.
"Llevo fuera de Sevilla desde 1987, pero he votado siempre", cuenta Velázquez, que en esta ocasión podrá ejercer su derecho a voto sin necesidad de pasar por el proceso farragoso del voto rogado. Esta reforma, que entró en vigor en 2011, se acaba de derogar en el Congreso después de reducir al mínimo la participación de los residentes en el extranjero en las elecciones que se han celebrado en la última década. "Ha sido un desastre para los que vivimos fuera", admite este sevillano, que el 19-J podrá participar por un resquicio de la norma electoral. Los comicios le han pillado en España de vacaciones y la ley permite a los miembros del Censo de Españoles Residentes Ausentes (CERA) solicitar el voto por correo en un domicilio en España. Igual que el resto de andaluces que han optado por el sufragio a distancia para poder irse a la playa para huir del calor en los últimos días de la primavera.
Precisamente en Isla Cristina, Huelva, estaban Pedro y su mujer, Nines, cuando el cartero fue a llevarles las papeletas al domicilio de Sevilla que habían facilitado para poder participar el 19-J. Él pudo recoger las papeletas en una oficina de Correos, pero Nines no podía ir y se ha quedado sin votar. Por ese motivo, solo uno de los dos andaluces residentes en Fiji figura como solicitante del voto rogado desde las antípodas de Sevilla. Hay, al menos, un tercero, asegura este funcionario europeo, que conoce a un gaditano que trabaja en Suva para la Comunidad del Pacífico, una suerte de UE oceánica. "Es muy de Cádiz, pero creo que no está censado allí porque llegó a Fiji desde Santander", apunta.
Pedro Velázquez, que estudió Filología Románica en Sevilla, llegó a España de vacaciones a principios de mayo y estará hasta finales de junio. Este fin de semana, además de descansar en las playas de Huelva, ha estado en la boda de un compañero extremeño de la delegación de la UE en el Pacífico. Después visitará a una de sus dos hijas, que vive en Madrid, antes de pasar por Bruselas, donde está su otra hija, para cruzar medio mundo y volver a Fiji, donde se encarga de la sección de Sociedad Civil de la citada delegación, que engloba a otros 12 países de Oceanía. Su mujer, Nines, que fue profesora en la escuela europea de Bruselas, ya no trabaja. Ambos preven pasar dos o tres años más en Oceanía, donde llegaron el pasado septiembre, antes de volver a Europa.
El viaje de estos sevillanos a las antípodas es el penúltimo paso de una carrera centrada en la capital comunitaria, con el paréntesis qatarí, fuera de la UE. Cuando Velázquez llegó a Bruselas, España acababa de entrar en la entonces Comunidad Económica Europea. Aprovechó una oferta para ser intérperte que le permitió "conocer todas las temáticas que afectan a la UE". Después, entró en la administración, donde ha trabajado en el ámbito de la agricultura, del deporte y de la cultura antes de solicitar el puesto de Fiji, donde se centra en la cooperación y desarrollo. "Aquí tengo menos distancia con lo que ocurre en España que cuando comencé en Bruselas; entonces compraba el periódico del día anterior", rememora Velázquez, que está pendiente de lo que pasa en su tierra a través de la prensa, la radio y, ahora, los podcast, que le permiten estar al día a pesar de las diez horas de diferencia horaria que hay entre Suva y Sevilla.
El voto rogado ha reducido la participación de los andaluces en el exterior: sólo un 4% ha solicitado sus papeletas
Por su estancia en Andalucía, esta noche electoral no tendrá que madrugar para conocer los resultados de unas elecciones que considera muy importantes. "Votar es un derecho que ejerzo con mucho gusto", confiesa este sevillano, que ve "muy interesantes" las elecciones andaluzas. "Desde fuera, me preocupan las posiciones radicales que están surgiendo, en otros países europeos han supuesto un elemento de desestabilización", apunta Velázquez. Como funcionario de la Unión Europea, vive en un ambiente de valores compartidos. "Si no no estaríamos aquí", dice en alusión a sus compañeros de la delegación de la UE en el Pacífico. En las últimas semanas, las conversaciones han girado en torno a las elecciones presidenciales francesas, que precedieron a las legislativas que se cierran también este domingo. "Había una opción que propone la salida de la UE", lamenta, en alusión velada al partido de Marine le Pen, cercano a los postulados que defiende Vox en España y Andalucía.
Cuando, a finales de junio, Pedro y Nines vuelvan a Fiji seguirán pendientes de la actualidad política, pero también de lo que dejan aquí. Bético convencido, tuvo que ver la final de la Copa del Rey que jugaron Betis y Valencia en abril con un café. Eran las ocho de la mañana en las antípodas. Después del "intentar sobrevivir" al sufrimiento de los penaltis, que acabaron sonriendo a los verdiblancos, confiesa que se dio un baño en la playa. El mar no es motivo de añoranza para este sevillano, pero sí sus lazos familiares y "el factor humano, en todas sus versiones". "Nos llena mucho salir a la calle", admite este sevillano, que reconoce que los andaluces, a veces, podemos parecer "bichos raros" en la otra punta del mundo. O también en Bruselas.
Para llegar desde Suva, capital de las islas Fiji, a Sevilla, hay que hacer casi dos días de viaje. "Cuando llegamos a Los Ángeles estamos a mitad de camino", cuenta Pedro Velázquez, un sevillano que trabaja en la representación de la Unión Europea en el Pacífico y que es uno de los 10.588 residentes andaluces en el extranjero que votará hoy en las elecciones andaluzas después de pasar la travesía burocrática de rogar el voto. Solo el 4% de los 263.504 andaluces que viven fuera de España se ha decidido a participar en las autonómicas. Muchos de ellos han tenido malas experiencias con el proceso. A Velázquez, por ejemplo, las papeletas le llegaron a Qatar, donde trabajó unos años, después de un proceso electoral. Lo llamativo es que, a pesar de que le corresponde votar en el consulado español de Wellington, este funcionario de la Comisión Europea conocerá el resultado de las elecciones desde Isla Cristina por pura casualidad.
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