Andalucía frena el crecimiento de Vox y cuestiona la estrategia nacional del partido

Hace casi cuatro años, Vox dio la 'campanada' en Andalucía y logró irrumpir por primera vez en un parlamento autonómico. Desde entonces, el partido de los de Abascal no ha dejado de crecer... hasta hoy. El 'efecto Olona' no ha sido tal y la 'soldado' alicantina, a la que Abascal fió una conquista "histórica" en Andalucía, no ha logrado ninguno de los objetivos que se habían marcado en Madrid. Vox peleaba en estas elecciones contra sus propias expectativas, y fracasó: la formación sólo mejora en dos escaños los diputados obtenidos en 2018 y se quedaría con 14 representantes y el 13,4% de los votos. El fiasco ha venido aparejado a una victoria sin precedentes del PP, que rebasa por mucho la mayoría absoluta y logra el histórico resultado de 58 diputados en la región. Juanma Moreno ha logrado en Andalucía un hito del que sólo existe el precedente de Alberto Núñez Feijóo en Galicia: neutralizar a la formación situada a su derecha.

Vox asiste en estos momentos a su primer 'pinchazo' electoral en la misma comunidad autónoma donde logró representación política por primera vez. Macarena Olona y el resto de la cúpula del partido llegó este domingo a la sede de la formación en Sevilla con las expectativas a la baja. Los sondeos a pie de urna confirmaban una tendencia que venía repitiéndose en las últimas semanas: el aterrizaje de una de sus primeras espadas para batirse a Juanma Moreno no ha movilizado a los suyos ni abierto fugas en la bolsa del PP. Al contrario, Vox se ha estancado y parece que apenas mejorará su marca cuatro años después.

El primer fiasco electoral de los de Santiago Abascal pone en entredicho tanto la estrategia nacional del partido como el desarrollo de una campaña errática y llena de altibajos. Vox ha abordado el camino hacia las urnas andaluzas desde una perspectiva nacional, con un fuerte desembarco de la cúpula del partido y la 'tutela' de Santiago Abascal, que redobló sus apariciones junto a Macarena Olona en gran parte de la caravana electoral.

La diputada alicantina ha tirado de tópicos y estereotipos para cubrirse las espaldas de las críticas sobre su escaso vínculo con la región, y ha desplegado una campaña con un discurso identitario y cultural, dejando en segundo plano una estrategia más propicia para el territorio con cuestiones relacionadas con la economía o la defensa del campo, dos cuestiones de las que el PP sí ha hecho bandera electoral. Las últimas semanas han dejado varias polémicas en el suelo de Vox, empezando por el controvertido empadronamiento en Salobreña y continuando con el parón de tres días que hizo la candidata durante una inusual campaña.

El resultado de Vox en Andalucía amenaza con abrir fisuras en el terreno nacional del partido, sobre todo tras la arriesgada apuesta de Santiago Abascal por una candidatura con la que no han logrado crecer, sino sólo resistir. El envío de Macarena Olona a la arena andaluza fue motivo de debate interno durante meses, con importantes sectores del partido reticentes a apostar por uno de sus principales activos en el Congreso para unas elecciones autonómicas. El 'efecto Olona' se ha estrellado, y el previsible fiasco llena de dudas su futuro político.