Rubiales desata la polémica en Sevilla al fijar la final de la Copa del Rey en plena Feria

La fecha elegida por la Federación Española de Fútbol para la final de la Copa del Rey de 2023 supone todo un desafío para Sevilla. El día elegido es el 29 de abril y coincide con el sábado de Feria, un fin de semana en el que la ciudad rozará el lleno en sus hoteles y complicará notablemente la seguridad ante una afluencia aún más masiva de lo previsto por las fiestas de primavera. Es un coste, también económico, poco recomendable y que ha obligado al Ayuntamiento hispalense a negociar con la entidad que preside Luis Rubiales para buscar una solución satisfactoria para todas las partes.

Que la final se disputará en Sevilla es algo que ya se conocía, pues la Federación firmó con la Junta de Andalucía en febrero de 2020 un convenio que ratifica la celebración de cuatro finales de este trofeo en el Estadio de la Cartuja. Tres se han celebrado hasta la fecha: la de 2000 que se aplazó y se jugó en abril de 2021, al igual que la correspondiente a ese año y este pasado abril tuvo lugar, justo antes de Feria, la tercera. Hay incluso un compromiso para cerrar una quinta cita, según apuntan fuentes de la Junta de Andalucía.

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En la ciudad se reprocha la poca sensibilidad de Rubiales al no tener en cuenta la coincidencia del partido con la fiesta, algo que, sin duda, ocasionará problemas de logística y dificultará la seguridad, obligando a un despliegue de medios sin precedentes, pues al público que acude cada año a la Feria se sumarán los aficionados de los equipos finalistas que, si no son el Betis y el Sevilla, ocuparán buena parte de los alojamientos de la capital, lo que podría ocasionar además un lleno total o bien un déficit de plazas. Basta con mirar los datos de este año: la Feria supuso una ocupación del 82% de las plazas hoteleras y el desplazamiento de aficionados valencianistas provocó también las reservas del 80% de las habitaciones de la ciudad para la final de 2022, si bien uno de los equipos finalistas era local, el Betis.

El Ayuntamiento de Sevilla teme que se produzca una situación de overbooking. Y, por ello, ha iniciado conversaciones con la Federación Española de Fútbol para cambiar la fecha de un evento que supone para la ciudad un impacto de 45 millones de euros. La petición se realiza, además, después de varias semanas de ocupación muy elevada en la ciudad y otro partido de fútbol, la final de la Europa League, que atrajo hasta la capital a unos 150.000 seguidores alemanes y escoceses, pues el encuentro enfrentó al Eintracht y el Ranger.

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Sólo 40.000 tenían entradas y el resto inundó las calles de la capital provocando algún incidente sin importancia, pero colapsando el centro histórico e imponiendo el mayor despliegue de fuerzas de seguridad y servicios conocido hasta la fecha. Es más, ya ese acontecimiento azuzó el debate sobre el turismo masivo en Sevilla y hubo algunas voces en el sector turístico que llegaron incluso a plantear la posibilidad de limitar de alguna forma la afluencia de visitantes ante determinados eventos.

Sevilla vive desde el inicio de la primavera un repunte importante del turismo que ha provocado ya varios llenos hoteleros varios fines de semana. El pasado fin de semana, en el estadio donde se disputará la final de la Copa del Rey, se dieron cita 60.000 fans de la banda californiana Red Hot Chili Peppers, un concierto que ha marcado el inicio de la nueva gira mundial. El coliseo de la Cartuja presenta, además, un problema añadido de movilidad. Los eventos multitudinarios que allí se celebran se acompañan tradicionalmente de un caos de tráfico difícil de resolver hasta la fecha por parte del Ayuntamiento que trabaja para mantener un calendario de grandes eventos, deportivos y también musicales, que refuercen su proyección internacional. Es una estrategia defendida en los últimos años por el actual equipo de gobierno que, además, cuenta ahora como aliado con el Estadio de la Cartuja, una instalación cinco estrellas reflotada por la Junta de Andalucía en plena pandemia y que ha pasado de ser un monumento al despilfarro a un activo clave para impulsar la economía local.

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Al acuerdo firmado con Rubiales se suman otros. Según fuentes del Estadio de la Cartuja, para los próximos años la intención es mantener relaciones comerciales y acuerdos también con la Federación Española de Baloncesto, Federación Española e Internacional de Rugby, la Liga de Futbol Profesional, la Federación Española de Tenis y la Andaluza de Béisbol. Compromisos en el calendario a los que no beneficia tampoco la polémica originada por la decisión tomada por la Federación Española de Fútbol, pues problemas logísticos en la ciudad podrían desbaratar esta agenda.