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‘Réquiem por Ucrania’: el homenaje del Museum Jorge Rando al cumplir 8 años
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JOYA DE LA MÁLAGA MUSEÍSTICA

‘Réquiem por Ucrania’: el homenaje del Museum Jorge Rando al cumplir 8 años

La pinacoteca, la única de España dedicada al expresionismo, celebra su aniversario con la última obra del prestigioso artista malagueño, reconocido en China y Alemania

Foto: Jorge Rando posa delante del cuadro con el que ha homenajeado a Ucrania. (A. R.)
Jorge Rando posa delante del cuadro con el que ha homenajeado a Ucrania. (A. R.)

El mandarino tiene 150 años y este sábado ve llegar al Maestro a las 10.30 horas. Aparece Jorge Rando en el Museum Jorge Rando de Málaga, porque aquí todo es Rando, y es el único museo español dedicado al expresionismo, con su elegante sombrero, un pañuelo que le cubre la garganta, camisa de manga larga y una dentadura perfecta.

Rando, que el 23 junio cumplirá 81 años, aprieta muy fuerte las manos. Y se le ve feliz porque el museo celebra ocho años. Es reputado en China (su obra se ha expuesto allí en numerosas ocasiones) y fue el primer pintor español que se alzó con el Ernst Barlach Pries, uno de los reconocimientos más prestigiosos que concede Alemania en el ámbito de las Artes. Ha vivido durante 40 años en Colonia. Todavía reside medio año en la ciudad germana.

placeholder Una de las obras expuestas. (A. R.)
Una de las obras expuestas. (A. R.)

Entra el artista en la sala estrella de la exposición temporal. Se llama ‘Réquiem por Ucrania’ y lo primero que sorprende es que el visitante tiene que despedirse del silencio. Ve las obras impregnado en un concierto. Es el réquiem de Brahms, el que se ha basado Rando para componer este conjunto de obras.

Perdón, compasión y esperanza

La composición musical data de 1886 y extrae textos de la Biblia. Es un réquiem “de perdón, compasión y esperanza abordable”, cuenta el artista. Rando había terminado su ciclo de las pinturas sucias, todavía seguía con el de las mariposas que tanto han centrado su obra en los últimos años. Estaba en el estudio y meditó. “Si Brahms es capaz de componer ese réquiem, ¿por qué un pintor no puede ser capaz de crear uno? Tenemos problemas en África o en Oriente Medio… ahora en Ucrania… Y no es solo la muerte, sino los niños en la calle”.

E igual que en la pintura no hay continuidad y siempre hay un principio, hubo un momento en el que se puso a pintar soldados

Este homenaje lo pintó en el suelo de su casa de la calle Císter de Málaga, frente a la Catedral. Lo materializó en 48 horas, volcado en la obra, sin hacer otra cosa más. Porque quería contar las atrocidades “y no solo las trincheras, sino la muerte, la destrucción, la violación… y luego lo haces tuyo”.

Cada centímetro del cuadro tiene su propia reflexión. E igual que en la pintura no hay continuidad y siempre hay un principio, hubo un momento en el que se puso a pintar soldados. Pero, ¿qué soldados? ¿Los que hacen la guerra? “El que pone la última pincelada es el espectador, el que mira los cuadros”.

Foto: Cubo del Pompidou Málaga, icono de la Málaga contemporánea. (A. R.)

Hay un banco, blanco, situado a escasos centímetros de la composición con la idea de que el visitante pueda ver las mariposas muy de cerca y te puedas sentar y ver cada trozo del cuadro. “Esas mariposas tuvieron que atravesar guerras terribles donde tuvieron que compartir vida con los humanos para defenderse de otros humanos”, narra el autor.

Odesa, años 60

Jorge Rando conoció Ucrania en los años 60. Oficialmente era la URSS, pero ni se parecía a la Unión Soviética, ni aquello tampoco era Rusia. Llegó a Odesa en barco. La orquesta del Ejército daba la bienvenida en el puerto. Luego asistió a un concierto de la orquesta filarmónica. “Yo veía que la gente sonreía. Era diferente a lo que había visto en Rusia. Vivían entre el amargor y la felicidad”.

placeholder Jorge Rando. (A. R.)
Jorge Rando. (A. R.)

Brahms sigue sonando en la sala exactamente con el mismo volumen, altísimo, con el que el pintor creó esta obra en su estudio. Quería que el espectador tuviera la misma sensación que Rando. Ahora que lo piensa, quizá no sean reales las 48 horas a las que dedicó el cuadro. “Son los 60 años que llevo pintando”. Y recuerda que en un cuadro que acoge el museo pintado hace más de cinco décadas y que estaba inacabado ahora lo ha terminado. “Una cosa es pensarlo y otra materializarlo”.

“El cuadro lo pinto yo con mis circunstancias y mi misión. Y son circunstancias diferentes a hacerlo con 80 años o antes”

“El cuadro lo pinto yo con mis circunstancias y mi misión. Y son circunstancias diferentes a hacerlo con 80 años o antes. Para mí, como cristiano, crea Dios. Para hacerlo tuyo, tienes que hacer la conexión con la realidad. Te tienes que hacer discípulo de tu propia sabiduría. La pureza está la libertad, en la identidad de la persona que nunca la va a perder”.

Rando, artista entre dos siglos, tiene claro que hay que vivir el momento actual. Y por ello abogada para que se desarrolle y difunda el concepto nuevo expresionismo, un regreso a nuevos valores, un equilibrio entre la espiritualidad y el humanismo. “La inteligencia, el corazón y la pasión deben unidas, ser un conjunto, y no predominar una sobre otras”.

placeholder La directora del centro, Vanesa Díez, observa una de las obras expuestas. (A. R.)
La directora del centro, Vanesa Díez, observa una de las obras expuestas. (A. R.)

En la obra están sus huellas dactilares. Posa ante la cámara y se va a una reunión. El fuerte apretón de manos y la sonrisa. Vanesa Díez, directora del museo, enseña otras salas del recinto de un pintor que nunca da título a sus obras, sino que las agrupa en un mismo concepto. Hace ya años que no las firma por delante. Cree que el sello del nombre y apellidos del autor mancha demasiado el cuadro.

Búsqueda de la luz

Hay frases del artista que engarzan con su filosofía. “La creación no es una continuidad, es un principio”. Y aparece la serie ‘Maternidades’ (1997-2014) o una dedicada a la pintura religiosa donde aparece Jesucristo con los ojos vendados, como aparece en el Evangelio de San Juan. Y las Áfricas, gritos del hambre. También luminosidad. “Ha sido siempre un obseso de la búsqueda de la luz”, resalta Díez.

En este antiguo colegio de las Madres Mercedarias, situado entre el barrio del Molinillo y calle Ollerías, que conecta con el centro histórico, es testigo el mandarino de 150 años en este aniversario de un museo que es una joya aún no tan conocida. De fondo, sigue sonando el réquiem…

El mandarino tiene 150 años y este sábado ve llegar al Maestro a las 10.30 horas. Aparece Jorge Rando en el Museum Jorge Rando de Málaga, porque aquí todo es Rando, y es el único museo español dedicado al expresionismo, con su elegante sombrero, un pañuelo que le cubre la garganta, camisa de manga larga y una dentadura perfecta.

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