Candidato a la Junta o alcalde de Andalucía: PSOE y PP exhiben poderío municipal ante Vox

El PSOE hace gala de partido municipalista y en estas elecciones del 19 de junio ha pedido ayuda a sus 460 alcaldes para que expliquen a los andaluces la importancia de la cita y lo que está en juego. Para ellos, se reduce a la disyuntiva de una coalición Juanma Moreno-Macarena Olona o una mayoría socialista suficiente. Algo que también ha hecho el PP, que, en palabras de su coordinador general, Elías Bendodo, va a abordar estas autonómicas con sus 189 regidores elegidos en 2019 “como si fueran municipales”.

Los candidatos a la presidencia del Gobierno andaluz necesitan ser también alcaldes de Andalucía, conscientes de que ese poder es el motor que ayuda a engrasar las maquinarias de los partidos. El municipalismo es uno de los mantras de esta carrera hacia San Telmo y un patrimonio de las principales fuerzas, del PSOE más que de ninguna otra, para exhibir su fortaleza ante formaciones como Vox, que no tiene ninguna alcaldía y sí una escasa implantación territorial. A pesar de haber irrumpido por sorpresa en las últimas citas electorales, con 12 diputados por Andalucía en el Congreso y 12 escaños en el Parlamento andaluz, los de Santiago Abascal perdieron fuelle en las municipales de 2019. Se presentaron en 156 ayuntamientos y sacaron 104 ediles, pero ningún alcalde, lo que supone poco más del 3%. De hecho, Vox no ganó en ningún municipio, ni siquiera donde fue la formación más votada meses antes en las generales, como en El Ejido o Níjar, en Almería.

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El cambio político en la Junta de Andalucía se redujo hace cuatro años, pero en el mapa andaluz siguió predominando el rojo en las pasadas municipales. Al PSOE solo se le resistió el vuelco en los feudos tradicionales del PP, Almería y Málaga, si bien Córdoba dejó de ser un territorio de izquierdas y los populares se lograron imponer con el auge experimentado por Vox y Ciudadanos. Por tanto, alcaldes y concejales son actores fundamentales para activar la movilización que necesita en estos momentos, especialmente, el candidato Juan Espadas, para frenar a las derechas como pretende.

A nivel institucional, el PSOE es el partido con más penetración territorial de Andalucía: ostenta seis de cada 10 alcaldías y cuenta con más de 4.000 concejales. A lo que se suma su mayor presencia orgánica en la comunidad autónoma, a través de las Casas del Pueblo y de una militancia menos activa ahora, pero que incluye a uno de cada 140 andaluces. “El PSOE es la organización más municipalista que tiene Andalucía y probablemente también lo es su actual dirección”, apunta Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, secretario general de Política Municipal del PSOE federal, que recuerda que, además de Espadas, exalcalde de Sevilla, o el secretario de Organización, Noel López, que se despedirá como alcalde de Maracena, todos los secretarios provinciales han sido o son regidores o presidentes de diputaciones.

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Esto, señalan los socialistas, no está en el ADN del PP, aunque ambos partidos cuentan con órganos específicos donde se sientan los alcaldes. “Por eso es normal que a Juanma Moreno le dé la risa o entre en pánico como el otro día, cuando reconoció que le tiemblan las piernas ante el PSOE, porque conoce la base tan amplia, estructurada y organizada que tiene a nivel andaluz y también nacional”, comenta Gómez de Celis, que confirma que la base municipalista ha sido siempre el gran impulso que ha llevado al PSOE a ganar las elecciones. Ocurrió hace 40 años, cuando en el primer Parlamento de Andalucía se sentaron 22 alcaldes, 18 concejales y cinco presidentes de diputaciones, y también en las últimas citas municipales y en las generales, en las que ganó Pedro Sánchez.

Municipalismo contiene una de las emes que definen al estilo del también moderado (con eme) Espadas y del nuevo PSOE andaluz. En la campaña de las primarias donde se impuso a Susana Díaz, fue su santo y seña y ya hizo guiños al proponer que los ayuntamientos y las diputaciones tuvieran un papel especial en el reparto de los fondos europeos extraordinarios. También cuando propuso al PP apoyar la nueva Ley del Suelo que habían tumbado antes entre Vox y el propio PSOE, sin descuidar que dicha normativa da protagonismo igualmente a los consistorios.

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Son 'flashes', pero su proyecto va más allá y se enfoca hacia una segunda gran descentralización que ahonda en el problema de los ayuntamientos, más allá de lo que lo hizo la Laula, la ley de autoría local abordada durante los gobiernos del PSOE. Según indica a El Confidencial Juan Espadas, antes del adelanto electoral, su equipo ya había puesto en marcha la elaboración de un dictamen para valorar y reforzar desde el punto de vista académico cómo llevar a cabo esa segunda descentralización, además de analizar las competencias y servicios que hay que revisar. “Si la legislatura hubiera terminado, habría planteado incluso una proposición de ley, una iniciativa normativa que, aunque seguramente no hubiera prosperado, hubiera dibujado ya mi planteamiento, y ahora espero poder llevarlo como proyecto de Gobierno”, comenta. La intención es elevar la financiación incondicional a los ayuntamientos y acabar con las quejas de los alcaldes, recuperar y blindar las competencias municipales para no perder autonomía local.

Espadas apunta con sorna que él sería el presidente de la Junta de Andalucía que soñó ser Francisco de la Torre hace 30 años, para remarcar que es el único municipalista convencido que reconoce en el PP, una condición que niega tanto a Juanma Moreno como a Elías Bendodo. “Moreno tuvo una oportunidad inmejorable de haberse puesto una medalla municipalista si se hubiera sentado con los ayuntamientos en la pandemia y hubiera planteado lo que el Estado hizo con las comunidades autónomas: una línea de colaboración o transferencia de recursos. Yo mismo le planteé en la negociación presupuestaria que incrementara un punto la Patrica [participación en los tributos de la comunidad autónoma, un fondo imprescindible para los ayuntamientos] como consecuencia del covid, hubiera sido un gesto para demostrar su compromiso con los municipios”, declara el socialista a este diario.

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Para Bendodo, las autonómicas pueden servir también de calentamiento para las municipales y asegura que si el 19 de junio les va bien, “en las municipales les irá muy bien a los alcaldes del PP”, a quienes llama para que hablen del proyecto popular. En un acto celebrado hace un par de semanas en Málaga, el cabeza de lista por esta provincia estuvo arropado por referentes municipalistas de su partido, como los alcaldes de Almería, Córdoba y Málaga, Ramón Fernández, José María Bellido y Francisco de la Torre, respectivamente, y señaló que, por primera vez, en estas autonómicas se puede hablar de gestión. Uno de los temas recurrentes será el empleo y la reducción de las listas del paro. El PSOE hará justo lo mismo, pero barriendo para casa, convencido de que los socialistas siempre han sabido gestionar y remarcando que el PP utilizará su estrategia nacional, que atribuye cualquier problema al Gobierno de España y al presidente Pedro Sánchez.

Buscar una política pegada a la piel, al territorio, a las personas, es la estrategia y el mensaje que tanto PSOE como PP quieren trasladar. Los socialistas han celebrado tres encuentros, uno con representantes de municipios mayores de 50.000 habitantes y otro con alcaldes de localidades entre 20.000 y 50.000 habitantes, en el que Espadas estuvo acompañado por el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, el secretario de Organización, Santos Cerdán, el de Estrategia y Acción Electoral, Javier Izquierdo, y el de Política Municipal, Gómez de Celis. Y hubo un tercero con consistorios más pequeños. A ellos se sumará previsiblemente este domingo un acto municipalista en la provincia de Granada en el que está especialmente vinculado Noel López. Espadas sostiene que lo que se pide desde el partido a los alcaldes no es que dejen su labor institucional y entren en una confrontación sin razón de ser con la Junta, sino que cuenten, sin ocultar nada, qué ha ocurrido en los municipios andaluces durante esta legislatura del cambio.

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El PP siempre ha sido un partido más centralista y el PSOE más federalista. El discurso municipalista ya irrumpió en el PP de Pablo Casado, una línea que se ha mantenido y que a algunos les resulta chocante, ya que durante años han defendido la conocida como ley Montoro, que impedía a las entidades locales y provinciales el uso de sus ahorros. Hasta que, en plena pandemia y por sorpresa, el propio ministro dio la razón a los alcaldes y pidió suspender la norma. Y el PP entonces se presentó como “la fuerza tranquila” que representa a la España rural, a las clases medias. Una Andalucía que ha sido feudo del PSOE y donde ahora campa con libertad el voto de Vox, que intentan frenar tanto los socialistas como los populares.

Alcaldes en las listas

Tradicionalmente, cuando el PP ha tenido menos poder municipal, ha usado el tirón de sus alcaldes como reclamo. En algunas ocasiones, como ocurrió en 2011, se produjo un trasvase de ediles importante a las listas tanto del Parlamento andaluz como del Congreso y el Senado. Pero esta posibilidad quedó descartada después de que ese año se aprobara la exclusión de los regidores en la Cámara andaluza, al declararse incompatible ese cargo y el de presidente de la Diputación con el de parlamentario. No obstante, figuran en las listas del PP y en las del PSOE. Esta estrategia responde más bien a un intento por adelantar la jugada y dar proyección a militantes que ya ostentan cargos o que han quedado descartados por diversos motivos.