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Moncloa, al 'rescate' de Juan Espadas: hiperactividad de ministros en Andalucía
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Tres ministros en Andalucía Oriental

Moncloa, al 'rescate' de Juan Espadas: hiperactividad de ministros en Andalucía

Se incrementa notablemente la actividad ministerial en la comunidad andaluza en una precampaña en la que el candidato del PSOE no termina de enganchar

Foto: La ministra de Justicia, Pilar Llop, este viernes en Granada. (EFE/M. A. Molina)
La ministra de Justicia, Pilar Llop, este viernes en Granada. (EFE/M. A. Molina)

Será por las encuestas que laminan las esperanzas socialistas el próximo 19-J, por las voces que de forma velada empiezan a cuestionar el carisma del candidato Juan Espadas o por el temor que puede haberse adueñado de Ferraz ante la posibilidad de no superar el suelo de diputados de Susana Díaz. Aunque también habrá quien defienda que es simple casualidad, no deja de ser llamativo el constante goteo de ministros socialistas que estos días se desplazan a Andalucía para participar en actos ajenos al calendario electoral. Una presencia con la que indirectamente parecen querer impulsar la candidatura del PSOE a través de publicitar proyectos e inversiones del Ejecutivo central. Tres de ellos coincidieron este viernes en distintos puntos de la zona oriental, la más esquiva a los intereses de su partido.

Desde que Pedro Sánchez avalase a Espadas en el mitin que se celebró el pasado día 14 en Jaén, la región se ha convertido en destino prioritario de algunos de los elementos más reconocibles de la cuota socialista del gabinete ministerial. Incluso hay quien ha hecho doblete, como la ministra de Justicia, Pilar Llop, que este jueves estuvo presente en un evento del Colegio de Abogados de Málaga en el que se abordaba el fenómeno de la okupación, y un día después viajaba a la capital granadina para participar en la clausura de las XX Jornadas de presidentes de Audiencias Provinciales de España.

Foto: Susana Díaz y Pedro Sánchez. (Reuters)

No es la única en dejarse ver en más de una ocasión, aunque en el caso de Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, es más comprensible por el peso de su departamento en una comunidad como la andaluza, donde, además, ha ejercido como consejero autonómico. Al que muchos consideran el ministro de Sánchez más "homologable" por el votante andaluz de centroderecha, viajó este viernes a Montilla (Córdoba) a visitar la empresa agroindustrial Bodegas Robles.

La provincia cordobesa también fue el destino de la visita que realizó días atrás. Fue a la Feria del Olivo de Montoro, en la que no rehusó confrontar con Ejecutivo andaluz por la Política Agraria Común (PAC). "No acepto el fraude, ni el fraude intelectual", espetó como respuesta a unos reproches por el resultado de la negociación en Bruselas.

Hasta tres ministros coincidieron este viernes en distintos puntos de la comunidad andaluza

Ante la supremacía del PP en buena parte de los grandes municipios, para el PSOE es una necesidad amarrar a su votante rural, de interior, que siempre le fue fiel y al que ahora le encandilan propuestas impensables en el pasado como las de Vox.

La ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, también concurrió en este 'superviernes ministerial'. La que en su momento sonó como posible candidata a pelear en las urnas con Juanma Moreno se trasladó a Málaga para asistir a la clausura del XII Congreso Notarial Español 'El envejecimiento de la sociedad: principal desafío del siglo'.

La sevillana abordó un tema que siempre se cuela en los mítines de cualquier campaña política: las pensiones. La dirigente socialista quiso transmitir "absoluta tranquilidad para los pensionistas porque con este Gobierno sus pensiones y su actualización están garantizadas". Los mayores "se merecen una vejez tranquila y, por tanto, que no pierdan poder adquisitivo como sí ha ocurrido a lo largo de los años de gobierno del PP", aseguró, obviando que José Luis Rodríguez Zapatero congeló estas retribuciones en 2011.

Foto: Espadas y Sánchez el pasado enero, durante la presentación del primero como candidato a la Junta. (EFE/Pepe Torres)

El mismo día que el presidente arropaba a Espadas en su puesta de largo electoral, la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, hacía un combo gaditano. Un dos por uno. Visitó la localidad de Rota, en la que recordó que el Gobierno central "ha invertido 8,7 millones en planes de sostenibilidad turística en Cádiz", y después se desplazó a Jerez, donde se paseó por la Feria del Caballo.

Y, poco antes, cuando Juanma Moreno, candidato popular que opta a la reelección de la presidencia de la Junta de Andalucía, ya había anunciado que los comicios se celebrarían el próximo 19 de junio, era el responsable de Interior, Fernando Grande-Marlaska, el que viajaba hasta Andalucía para participar en un acto celebrado en Málaga: la Conferencia Internacional de Alto Nivel sobre Derechos Humanos, Sociedad Civil y Lucha contra el Terrorismo.

Tras Madrid y Castilla y León, será inevitable que se impute a Pedro Sánchez la derrota de su ungido andaluz

Es lógico que un partido que se encuentra en el Gobierno movilice a sus principales efectivos en una campaña electoral, pero esta obviedad no puede abstraerse de las complicadas perspectivas electorales de los socialistas andaluces. Recuperar el cetro andaluz —tras casi cuatro décadas al frente de la Junta de Andalucía— es una prioridad para un Pedro Sánchez que, con el destronamiento de Susana Díaz, se hacía con todo el poder orgánico del partido. La derrota de Espadas se analizará como su derrota, otro descalabro autonómico tras Madrid y Castilla y León, y quién sabe si una debacle no servirá para animar a los susanistas —que sigue habiendo— a agitar el avispero. De ahí que parezca razonable que Moncloa toque a rebato para no hacer bueno el dicho de "no hay dos sin tres".

En Ferraz, saben que las elecciones andaluzas del 19 de junio son cruciales para el futuro del PSOE a nivel federal. Hay, incluso, preocupación por una posible falta de movilización, que fue lo que provocó la caída de resultados de 2018 y la pérdida de la Junta. Así se explica el despliegue de ministros, pero fuentes consultadas en el PSOE andaluz confirman que se intensificará en las próximas semanas y, sobre todo, durante la campaña. La visita de Sánchez a la localidad jiennense de Torredelcampo fue solo la primera de varias.

Foto: Juan Espadas. (EFE/José Manuel Pedrosa) Opinión
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No es casualidad que este domingo el candidato y el secretario general vayan a volver a coincidir en una de las provincias orientales de Andalucía, donde Espadas tiene más dificultades por su perfil excesivamente sevillano. Será en Granada capital, donde Sánchez y Espadas se resarcirán después de que tuvieran que cancelar su presencia en un acto en Armilla por el positivo en covid del exalcalde de Sevilla.

La presencia de ministros, el propio Sánchez y de numerosos dirigentes del PSOE federal no supone ya ningún problema en San Vicente, sede regional del partido. "Nosotros hemos pedido que vengan", cuenta una fuente del equipo de Espadas, que defiende el desembarco como una forma de ensalzar la gestión del Gobierno central y sacar pecho por las inversiones del Ejecutivo y la llegada de fondos europeos a la comunidad.

Los fondos europeos se colarán en los discursos de los socialistas de que quedan por llegar

Atrás quedaron los tiempos de fricción entre la dirección de Susana Díaz y Pedro Sánchez, con aquel célebre "tú a San Telmo y yo a la Moncloa" que el ahora presidente del Gobierno le dedicó en un mitin a la exmandataria andaluza. Esa guerra fría —que acabó por estallar en octubre de 2016— desembocó en una época de malas relaciones entre la dirección del PSOE y la federación más numerosa del partido. Ferraz hacía la guerra por su cuenta y no metía mano en las listas de las autonómicas, y San Vicente hacía lo propio en las generales. La situación cambió con la victoria insuficiente de las elecciones de 2018 y la posterior caída de Díaz, que dio paso a un nuevo periodo de alineación entre Madrid y Sevilla en un PSOE más cesarista que antes.

Será por las encuestas que laminan las esperanzas socialistas el próximo 19-J, por las voces que de forma velada empiezan a cuestionar el carisma del candidato Juan Espadas o por el temor que puede haberse adueñado de Ferraz ante la posibilidad de no superar el suelo de diputados de Susana Díaz. Aunque también habrá quien defienda que es simple casualidad, no deja de ser llamativo el constante goteo de ministros socialistas que estos días se desplazan a Andalucía para participar en actos ajenos al calendario electoral. Una presencia con la que indirectamente parecen querer impulsar la candidatura del PSOE a través de publicitar proyectos e inversiones del Ejecutivo central. Tres de ellos coincidieron este viernes en distintos puntos de la zona oriental, la más esquiva a los intereses de su partido.

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