Un paseo por las tres Sevillas: el feudo socialista que disputan PP y Vox
De La Macarena, donde la izquierda reina en votos, pasando por la Alameda de Hércules, entre tostas de aguacate y quinoa, para acabar en Los Remedios, distrito de derechas y chaquetas de lino
La Macarena aún no ha amanecido del todo, aunque los turistas ya merodean por las calles y curiosean en el puesto de recuerdos religiosos que hay junto al arco. Es este el barrio al que llaman obrero, humilde y combativo, uno de los cuatro en los que el PSOE fue el partido más votado en las elecciones municipales de 2019. En él viven 74.331 personas, según el padrón municipal a 1 de enero de 2022. En las pasadas elecciones a la Junta de Andalucía, el distrito tuvo una media de participación del 65,1% y el partido más votado fue Adelante Andalucía.
También es el último de Sevilla que fue ocupado por las tropas golpistas durante la guerra civil. Ese en el que el militar Gonzalo Queipo de Llano —al que se le atribuyen al menos 14.000 muertos civiles en la ciudad— sigue enterrado en la basílica que hay frente al bar Plata. Falleció en 1951.
En el distrito de La Macarena, tradicional bastión socialista, ganó Adelante Andalucía las últimas elecciones autonómicas
Los techos de este local, inaugurado en 1900, son artesonados y las paredes tienen azulejos. Es uno de esos bares presididos por dos ruidos: el de los choques de platos y el de los granos de café convirtiéndose en molido. Las mesas están llenas de comida y en un hueco de la barra hay colgado un cartel de La Madrugá de 2002. Uno de los camareros tararea 'Manué, no te arrime a la paré, que te va a llenar de cal, de cal, de cal', del grupo No me pises que llevo chanclas.
Bromean entre ellos mientras ejecutan con rapidez y eficacia lo que una intuye que llevan mucho tiempo haciendo juntos. El que toma nota, el que sirve y el que prepara la cuenta. Lucen todos pantalón oscuro y camisas blancas que ya han adoptado el tono y la caída que resultan de la frecuencia de los lavados.
En una de las mesas una pareja pide agua para compensar el mollete con jamón que acaban de devorar. En otra, una señora con acento de al norte de Despeñaperros protesta por la bandeja plateada en la que se desbordan cinco de lo que en mi pueblo llamamos porras. "Es que para nosotros churros es esto, señora", dice el camarero. "¿Pero cómo me voy a comer esto yo sola?", responde algo seca la clienta. "Usted no se preocupe, coma lo que quiera y el resto se lo envuelvo y así ya tiene merienda", afirma el hombre con cierto tono de guasa. Nota mental: hay que salir de casa con la jerga aprendida. A los churros en Sevilla se les llama 'calentitos'.
Hay que salir de casa con la jerga aprendida. A los churros en Sevilla se les llama 'calentitos'
En la manzana del bar Plata hay un enjambre de calles en los que reina un silencio casi sepulcral. Una señora lanza el agua de una palangana desde la reja de su ventana. Los edificios son bajos y hay muchas plantas a los lados de las puertas de entrada. En uno de los buzones está escrito que viven Antonio y Francisca. A escasos metros está la peña cultural flamenca Torres Macarena y en otra de las paredes se recuerda el paso de la procesión un Viernes Santo de 2006.
Hay bastante gente a las once de la mañana en el interior de la basílica. Algunos rezan ante semejante oda al barroco y otros hacen fotos a lo mismo. Un gesto basta para advertir a los turistas que ahí dentro no se permiten sombreros ni gorras y suena 'Cerca de ti señor quiero estar'. Velas encendidas y mantos bordados con hilo de oro.
A pocos metros de distancia está la Plaza de Pumarejo. A esa hora descansan en una especie de murete algunos señores mayores. "Yo me resfrío solo con pasar de sol a sombra", afirma uno. Hay tiendas de ultramarinos y chacinas, vermús y quinados, un cartel precioso con otra palabra aún más preciosa: abacería. Calles de Malpartida y Relator, un bar que se llama El Puma, muchas macetas en los balcones y también banderas, pero del Betis. Cierto bullicio a la entrada de la Parroquia de San Basilio por un mercadillo de ropa para ayudar a Ucrania.
La escena empieza a cambiar al llegar al cruce de las calles Relator y Feria. Es una Sevilla con otros carteles, aunque las flores y las banderas de los balcones sean las mismas. Ahora se lee 'Taquería', 'Bottega Italia' y 'La calle Burger' hasta llegar a la Alameda de Hércules. Otra zona en la que el partido de Teresa Rodríguez fue el más votado en 2018, con un 35,4%, seguido de Ciudadanos, con un 17%. La participación en esos comicios fue del 65,2%.
En el barrio de Los Remedios, el más envejecido y de más renta, PP y Vox sumaron el 57,6% de los votos en las municipales
Entre perros que pasean, dueños que aguardan y álamos que dan sombra, la oferta hostelera incluye 'bagels', 'brunch and wines', tostas de hummus de remolacha con aguacate, 'chelas' bien frías y pan de barrio. Una zona cuya remodelación no estuvo exenta de polémica. "Antes era una zona deprimida, y cuando se hicieron las obras recibió muchas críticas, porque decían que había quedado 'muy poco sevillana'", explica el periodista José Luis Losa. Luce su actual aspecto desde 2009, cuando era alcalde el socialista Alfredo Sánchez Monteseirín.
A menos de un kilómetro, un señor con cabellera blanca y porte de torero observa el escaparate de la confitería La Campana. Chaqueta oscura, corbata azul, pantalón y claro y piel cetrina. Destaca entre los turistas y paseantes que ese día han optado por atuendo cómodo. Y pasaría mucho más desapercibido en el bar José Luis de la Plaza de Cuba, epicentro en el barrio de Los Remedios. La que escribe previamente ha cruzado el Puente de Triana, luego Altozano y la calle Betis hasta llegar a su destino.
Barrio de Los Remedios. Es el más envejecido de la ciudad y también el de mayor renta per cápita, 42.984 euros por habitante, según un estudio del Ayuntamiento de Sevilla. En las elecciones municipales de 2019 el partido más votado fue el PP y el segundo Vox. El partido que preside Santiago Abascal fue la tercera fuerza en la ciudad en esos comicios. Viven en él 25.355 personas.
En José Luis reina el lino y el algodón en los atuendos. Es la hora del aperitivo y en la barra hay queso, jamón, puding y milhojas de crema. Una pareja conversa con uno de los camareros. "Tú y yo lo que tenemos en común es la hipoteca", dice el cliente mientras sujeta un doble de cerveza. "Ya, pero a mí me quedan treinta años", responde el que se la ha puesto. "Pues como a nosotros nos queda menos, te la cambiamos por tu juventud", bromea la señora. La charla deriva en costumbrismo delicioso. "Antes se vivía mejor porque no había tantas tonterías como las de ahora, con tanta cosa sin lactosa". Cuando a los vecinos de este tramo de la plaza se les animó a ir a votar en 2018, PP y Vox sumaron el 57,6% de las papeletas. En la manzana más cercana al recinto donde se celebra la Feria de Abril, esta misma suma de fuerzas supuso el 69,3% de los votos. La tasa de participación fue del 73,8%.
En una de las mesas altas, dos parejas de unos treinta años toman cerveza y manzanilla. Una de las mujeres asegura haber visto a Mar Flores en la ciudad, otra luce un bolso de Louis Vuitton. Entra una rubia pimpante y pide mesa para 15 personas. En la terraza varias personas esperan de pie para ocupar una mesa. Una de ellas lleva un pin de la Agenda 2030 en la solapa de la americana. Como para fiarse de los estereotipos.
La Macarena aún no ha amanecido del todo, aunque los turistas ya merodean por las calles y curiosean en el puesto de recuerdos religiosos que hay junto al arco. Es este el barrio al que llaman obrero, humilde y combativo, uno de los cuatro en los que el PSOE fue el partido más votado en las elecciones municipales de 2019. En él viven 74.331 personas, según el padrón municipal a 1 de enero de 2022. En las pasadas elecciones a la Junta de Andalucía, el distrito tuvo una media de participación del 65,1% y el partido más votado fue Adelante Andalucía.