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Dar paso a la lista más votada: un viejo debate de la política ficción sin ningún precedente
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OFERTAS CRUZADAS DE PSOE Y PP

Dar paso a la lista más votada: un viejo debate de la política ficción sin ningún precedente

Los expertos creen que en el actual sistema parlamentario, polarizado y fragmentado, es inviable ese pacto, pero sí cabría una reforma para impedir el bloqueo en la investidura

Foto: Alberto Núñez Feijóo y Pedro Sánchez, durante su reunión en Moncloa. (EFE/Chema Moya)
Alberto Núñez Feijóo y Pedro Sánchez, durante su reunión en Moncloa. (EFE/Chema Moya)
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Es un viejo debate al que PSOE y PP se apuntan según vayan las encuestas. Ahora es el presidente popular, Alberto Núñez Feijóo, quien retoma la idea de un pacto para dejar gobernar a la lista más votada. En el anterior ciclo electoral, 2018 y 2019, cuando en muchos ayuntamientos y comunidades el PP sumaba con Cs pese a no ser los más apoyados, esa oferta se escondió en un cajón. Igual ocurre de forma recurrente con los socialistas. Es el comodín cuando las encuestas soplan a favor, avisan los expertos. De hecho, ya Castilla-La Mancha ha recogido el guante de Feijóo y se suma a esa iniciativa.

Más allá de la política ficción, lo cierto es que en España no hay precedentes de este tipo de pactos, ni en el ámbito autonómico ni en el nacional. De hecho, hay muchas más situaciones en las que ha terminado investido el candidato que no era de la lista más votada. Las coaliciones son mucho más comunes para llevar al poder a la segunda o incluso a la tercera fuerza, como ocurrió por ejemplo en Canarias o Cantabria.

Foto: Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Cabalar)

Precedentes de un pacto para dar paso a la lista más votada no hay claros. Sí que en el Ayuntamiento de Zaragoza, en 1999, y en la Junta de Extremadura, en 2011, las abstenciones dieron paso a la lista más votada. En el primer caso, la abstención fue de Chunta Aragonesista. En la comunidad extremeña, de Izquierda Unida. En ambas instituciones, dando paso a las derechas. Ante la disyuntiva de tener que dar sus votos para que gobernara el PSOE, estos partidos decidieron abstenerse y gobernó el PP. Lo explicaron con el argumento de la lista más votada, pero no fue un pacto preelectoral ni las direcciones de estos partidos apelaron a un acuerdo en este sentido, recuerda la politóloga Cristina Monge, profesora en la Universidad de Zaragoza.

El acuerdo de la lista más votada en el Gobierno de la nación y en comunidades autónomas es inexistente. Distinto es en el nivel municipal, donde sí es factible, aunque sea de forma indirecta, porque la ley marca que si no hay una mayoría absoluta en el pleno gobierna automáticamente la lista más votada. “Ahí es más sencillo. Ni siquiera los concejales tienen que mojarse, por eso nos encontramos con mucha más frecuencia con este caso en situaciones municipales. Nuestro sistema parlamentario autonómico y nacional no es así”, sostiene Pablo Simón, politólogo y profesor en la Universidad Carlos III.

Bloques y gobernabilidad

Para los expertos consultados, la oferta de un pacto para dar paso a la lista más votada no es factible en el sistema parlamentario español. “No es factible por una razón muy sencilla: tras la configuración de la política de bloques en España desde 2019, ya está claro que uno si es capaz de sumar con quien esté a su izquierda o su derecha para armar una mayoría, pues lo va a hacer. Si el PSOE suma con Podemos y los nacionalistas para llegar a la mayoría, gobernará. Si el PP, con Vox o algunos regionalistas pequeños, llega a la mayoría, gobernará. Es el sistema en el que ya estamos. Es la configuración de la competición política en España”, advierte Simón.

Foto: El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Lavandeira jr)

Para Monge, la opción de un pacto para dejar gobernar a la lista más votada tiene varios problemas, el principal, es que acaba con el sistema parlamentario tal y como está concebido en España. Aquí se eligen diputados y de entre ellos el presidente del Gobierno, o concejales y de entre ellos el alcalde, y se elige en función de una mayoría parlamentaria. “Dar paso a la lista más votada echa abajo el sistema parlamentario y lo asimilaría a uno mayoritario. Si es un pacto informal o declarativo, nada impide votar en un sentido u otro, abstenerse, no se vulnera nada. Otra cosa es que se decida que esa vaya a ser la norma a partir de ahora, por ejemplo en los ayuntamientos, entonces sí se tendría que cambiar la ley”, advierte.

Tiene claro que este de la lista más votada es un “viejo” debate que se retoma según vayan las encuestas. “Feijóo lo plantea ahora sabiendo que no es viable y que el PSOE no va a llegar a eso”, sostiene. Habría que aclarar, por ejemplo, qué ámbito estaría afectado por ese pacto, dónde se aplicaría, en el Congreso, en las comunidades autónomas, en los ayuntamientos. “Esa propuesta es echar el balón fuera, darle una patada para arriba para despejar la disyuntiva que tiene el PP con Vox”, asegura Monge.

Los votantes condicionan

Simón apunta a otro factor que hace esa oferta inviable. Recuerda que en un contexto de polarización como el que ahora mismo se vive en el país, se da la paradoja de que los bloques están alejados entre sí, la distancia entre PSOE-PP o Podemos-Vox no para de crecer. Sin embargo, lo que llama “la distancia intrabloque” se ha reducido. Es decir, los votantes de PSOE y de Podemos hoy se llevan mejor de lo que se llevaban en 2016. Hay menos rechazo cruzado. El votante del PP ha normalizado las alianzas con Vox de una manera mucho más intensa de lo que a lo mejor hacía en 2018 o 2019. A sus votantes les parecería mejor una alianza a la izquierda, en el caso del PSOE, o a derecha, en el caso del PP, que un pacto entre los dos grandes partidos, que tendría mucho más coste entre sus bases.

Foto: El líder de Vox, Santiago Abascal, en el debate de investidura de Alfonso Fernández Mañueco. (EFE/Nacho Gallego)

“No tiene sentido ese acuerdo preelectoral. Además, hay otra dimensión importante, qué pasa con la gobernabilidad. No solo es investir a un presidente, sino con quién vas a aprobar los presupuestos, con quién vas a aprobar las leyes. No sé si tiene mucho sentido que le regales la investidura a la lista más votada y después no pactes políticas, no pactes presupuestos. Eso te inhabilita como alternativa”, apostilla el profesor de la Universidad Carlos III.

Presiones ante notario

Hay momentos recogidos en las hemerotecas en que en la campaña electoral algún candidato hace el ‘teatro’ de ir al notario para garantizar que no pactará con algún partido o no se coaligará con determinadas siglas. En la campaña de las andaluzas de 2018, el PP invitó a Cs a acudir al notario a firmar que no iba a pactar con el PSOE y de camino su candidato firmó que no lo haría. Es un momento más de la campaña, son gestos para presionar al contrario, pero no hay precedentes de que ese pacto de dar paso a la lista más votada se haya formalizado de alguna manera. De hecho, en esas elecciones ganó el PSOE y fue el PP el que se coaligó con Cs y pactó con Vox para llegar a la presidencia. Ahora el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, cuando las encuestas dicen que ganaría las elecciones, no quiere ni oír hablar de vetos a alianzas y no aclara si daría o no entrada a Vox en su Consejo de Gobierno, como ha hecho el PP en Castilla y León.

Es más factible una reforma constitucional para evitar las dinámicas de bloqueo

De ser en serio, los expertos sí creen que ese acuerdo se tendría que formalizar. No solo la investidura, sino que deberían fijar qué tipo de políticas pactan, con qué condiciones y para hacer qué cosas. Además, habría que distinguir el procedimiento de conformación de mayorías y el sistema de investidura. Es mucho más factible una reforma constitucional para evitar las dinámicas de bloqueo. Cambiar lo segundo es más viable y suscita menos problemas. En el País Vasco ya hay fijada una cláusula para que nadie pueda bloquear una investidura. Ocurre algo parecido en los ayuntamientos, si no hay mayoría absoluta alternativa, se inviste el candidato de la lista más votada. En Asturias también se prevé esto y está prohibido votar en contra de un candidato, y en Castilla-La Mancha, si no hay mayoría absoluta en dos meses, ocupa la presidencia la lista más votada. En Andalucía, no, la Cámara se disuelve automáticamente en el plazo de dos meses a partir de la primera votación si ningún candidato ha obtenido la mayoría simple y hay nuevas elecciones. En el Congreso, el bloqueo ya llevó a repetir elecciones generales en 2016 y en 2019.

El procedimiento que impide con más garantías el bloqueo político es el de la elección de lendakari en el País Vasco. Se recoge en el artículo 33 del Estatuto de Autonomía y su desarrollo se fija en el 165 del reglamento del Parlamento vasco. Si ninguno de los candidatos o candidatas alcanzara la mayoría absoluta, se repetirá la votación en el plazo de 24 horas y será elegido lendakari el que obtenga el mayor número de votos. La clave es que los parlamentarios, al ser llamados para la votación pública nominal, deben responder con el nombre de uno de los candidatos o bien abstenerse. No cabe votar en contra.

Foto: Votantes en un colegio electoral en una imagen de archivo. (EFE)

“Lo lógico sería reformar el sistema de investidura, que daría margen a alianzas entre distintos partidos para formar mayorías alternativas, pero con un sistema donde no se pueda bloquear. No tiene por qué ser la lista más votada, lo que genera dudas en un entorno político tan fragmentado donde quizá la lista más votada es un 26 o 28% del voto”, indica Simón.

En los países nórdicos sí que hay tradición de investiduras con sistemas más simplificados, pero también la moción de censura es más fácil y se da más poderes al Parlamento. “Eso es cambiar nuestro ‘hardware’ institucional para adaptarlo a la fragmentación, y si hay algo en lo que no están ahora mismo los partidos es en modificar las instituciones para que el sistema vaya mejor”, concluye pesimista el profesor de la Carlos III.

Es un viejo debate al que PSOE y PP se apuntan según vayan las encuestas. Ahora es el presidente popular, Alberto Núñez Feijóo, quien retoma la idea de un pacto para dejar gobernar a la lista más votada. En el anterior ciclo electoral, 2018 y 2019, cuando en muchos ayuntamientos y comunidades el PP sumaba con Cs pese a no ser los más apoyados, esa oferta se escondió en un cajón. Igual ocurre de forma recurrente con los socialistas. Es el comodín cuando las encuestas soplan a favor, avisan los expertos. De hecho, ya Castilla-La Mancha ha recogido el guante de Feijóo y se suma a esa iniciativa.

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