El #MeToo cofrade se apaga en Granada: 'readmiten' a la cuadrilla que denunció machismo
El presunto veto a las costaleras de los Ferroviarios fue el origen de la polémica. La controversia se cierra con la dimisión de la directiva de la hermandad
Al calor del 8-M, una polémica recorrió Granada: ¿Machismo en una cofradía? De la pregunta se pasó a la afirmación y ahí la bola empezó a crecer sobre el presunto veto a la cuadrilla de mujeres en la Cofradía de los Ferroviarios. La denuncia se sustentaba en la negativa del capataz a trabajar con las costaleras el regreso a la calles de las procesiones tras dos años de pandemia. Días más tarde, un grupo de costaleras de la Virgen del Sacromonte acusó a su hermandad de machismo y, además, de racismo contra la etnia gitana. El #MeToo cofrade sacudió como un terremoto los preparativos de la Semana Santa en la ciudad, pero finalmente ha acabado con la 'readmisión' de las mujeres en los Ferroviarios. En los Gitanos no ha podido ser porque faltan candidatas para formar una cuadrilla y la propia vocal, Elena Martínez, ha desmentido cualquier tipo de discriminación.
El origen de la polémica se remonta al día de la 'igualá' en los Ferroviarios, cuando se toman las medidas para colocar a los costaleros bajo las trabajaderas. No se presentó un número suficiente de mujeres como para formar una cuadrilla, por lo que la junta directiva tomó la decisión de apartarlas a todas. Y a tanto llegó la controversia que la directiva se vio obligada a dimitir y el Arzobispado se hizo cargo de la hermandad de forma provisional.
Finalmente, la cuadrilla de costaleras volverá a ponerse la faja y las zapatillas de esparto, según ha adelantado a El Confidencial el nuevo responsable de la Cofradía, Víctor Carmona. De hecho, incluso si volvieran a faltar mujeres ya hay otras cuadrillas femeninas que se han ofrecido para echar una mano si es necesario. "No hay machismo en la Semana Santa granadina, se lo puedo asegurar, otra cosa es que alguna mujer pueda haber aprovechado la situación en las redes sociales", asegura Carmona.
Así que, el 29 de marzo habrá una nueva 'igualá', que es lo que se reivindicaba, con lo que “ya está todo solucionado", continúa el comisario episcopal al frente de la gestora hasta que se convoquen nuevas elecciones. En otras palabras, el hombre que ha apagado el fuego bajo los faldones. "Lo que había aquí realmente era un desacuerdo entre los hermanos y la junta de gobierno, se ha extrapolado todo y las compañeras han denunciado que no se las había tratado bien y todo se ha magnificado", argumenta la persona que desde hace dos semanas se ha hecho cargo de los Ferroviarios, cuyo nombre completo es Fervorosa Hermandad de Nazarenos y Cofradía de Penitencia del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora del Amor y del Trabajo.
De hecho, las costaleras enviaron posteriormente un comunicado pidiendo disculpas y señalando que ellas sólo querían que se las volviera a igualar porque había mujeres que estaban trabajando en la primera convocatoria y no habían ido a la cita. La junta de gobierno decidió no darles una segunda oportunidad, ellas se defendieron en las redes y la palabra machismo comenzó a sobrevolar.
"Todo se ha ido de madre, no queríamos esta repercusión tan grande, todo pasó muy rápido y ha faltado comunicación por ambas partes", según explica Zaida Tijeras, la portavoz de la cuadrilla femenina. Y sobre el presunto machismo que estuvo a punto de dejarlas fuera de las trabajaderas, apunta que puede haber "como en cualquier otro gremio", pero insiste en que Granada es un referente en este sentido porque "para empezar, hay cuadrillas femeninas, cosa que no pasa en otras ciudades". "Lo que nos dolió fue que no se contara con nosotras después de 12 años al pie del cañón, pero el revuelo ha sido exagerado", continúa Tijeras para concluir que el fin último de esta movilización no ha sido el de convertirse en un emblema del 8-M cofrade. "Sólo queríamos ser escuchadas, no era nuestra intención atacar a nadie ni tildarlo de machista", concluye.
Por su parte, la presidenta de la Asociación de Mujeres Cofrades de Granada, Elisa Pérez, señala que ellas, como mínimo, tienen una presencia igual de importante que los hombres en la Semana Santa. "Todo ha sido un malentendido y una serie de malas decisiones de la junta de gobierno, yo hablé con las compañeras y con el hermano mayor para reconducir la situación, momento en el que me enteré de la dimisión, era tan fácil como organizar una nueva 'igualá' porque las que faltaron tenían causas justificadas", señala
Si se le pregunta si hay machismo en la Semana Santa de Granada, niega de forma rotunda, aunque reconoce que pueda haber "algún retrógrado". "Pero no es ni mucho menos lo común, tenemos que empezar a olvidarnos del machismo en la Semana Santa", recalca.
El comunicado que originó la polémica
"Concurrió un número muy inferior al necesario para poder conformar la cuadrilla femenina (...) La cifra de mujeres que concurrieron a la cita hace inviable poder contar este año con la presencia de la cuadrilla femenina bajo el paso de Nuestra Señora del Amor y el Trabajo". Este fue el comunicado oficial de la junta directiva que, apenas unos días después, lanzó un segundo informando de su dimisión dado el cariz que había tomado la polémica. "Han tenido poca cintura, pero todo venía de una tensión anterior y, personalmente, creo que este paso atrás que han dado es un acto de responsabilidad porque, tal y como estaba la situación, no habría salido el paso este año", afirma Víctor Carmona.
La polémica llegó a hacer peligrar la salida de la Virgen el Viernes Santo granadino y, de hecho, por la premura de tiempo con la que Carmona ha tenido que reconducir la situación, este año no estarán los legionarios de Viator escoltando la imagen, como es tradición. "Pero volverán el año que viene", concluye. Y las que no tendrán que esperar a 2023 son las costaleras. Una vez se han sacudido la polvareda levantada, su única preocupación ahora es mirar al cielo. Que, por cierto, amenaza lluvia.
Y mientras la polémica estallaba en los Ferroviarios, otra mecha se encendía. Las costaleras de la cuadrilla femenina de María Santísima del Sacromonte remitieron la semana pasada un escrito a la Federación de Cofradías en el que denunciaban "discriminaciones y situaciones irregulares", aunque daban un paso atrás para que no se tachase a la hermandad "de machista ni racista".
Igual que en el caso de las Ferroviarias, denunciaron 'igualás' mal tomadas por parte de los capataces e incluso se quejaron de que se puso en peligro su salud cuando fueron cambiadas de posición en el último Miércoles Santo en el que procesionaron, en 2019. Por último, pidieron "que se tomen las medidas oportunas así como la restauración de la cuadrilla de mujeres de María Santísima del Sacromonte".
Falta de mujeres
Francisco López Cánovas, el delegado episcopal que preside la junta de gobierno de la Hermandad de los Gitanos, desmiente con rotundidad estas acusaciones y las tilda de "inexplicables". "Hablan de machismo cuando tenemos una cuadrilla de mujeres bajo el Cristo desde hace más de 30 años, somos de los primeros y todos somos cofrades. Hablan de racismo cuando somos el Cristo de los Gitanos, cómo se puede decir tal cosa cuando tenemos a muchos hermanos activos que son gitanos", prosigue.
La Cofradía tenía históricamente tres cuadrillas, en el Cristo una de hombres y otra de mujeres, "totalmente acopladas y fantásticas", y en la Virgen del Sacromonte otra de hombres. Hace 9 años se dio un paso más para instaurar una segunda femenina bajo la segunda imagen para alcanzar la igualdad absoluta. "Los dos primeros años fueron bien, pero después faltaban mujeres y se tenía que buscar a familiares o amigas de las que había, año a año se reponía, no era una cuadrilla estable como el resto", argumenta López Cánovas.
Ya en 2018 las faltas eran muy numerosas, la cuadrilla iba muy justa y en 2019 "ya era insostenible" porque "no había nuevas incorporaciones y la cuadrilla estaba muy mermada".
Tras la pandemia, y cuando todos los indicios parecían indicar que los pasos regresarían a las calles, se realizó una convocatoria para la 'igualá'." Y llega la cuadrilla de mujeres de la Virgen y hay tres costaleras, la vocal, el capataz y yo. Esperamos una hora por si venía alguien más, no venía nadie, y esta cuadrilla es de 40 mujeres. Nadie dijo nada ni se trató de incorporar, y es algo que la Cofradía sintió mucho, ojalá hubiesen venido", afirma el hermano mayor, rechazando cualquier acusación de machismo. Simplemente faltaron mujeres.
Al calor del 8-M, una polémica recorrió Granada: ¿Machismo en una cofradía? De la pregunta se pasó a la afirmación y ahí la bola empezó a crecer sobre el presunto veto a la cuadrilla de mujeres en la Cofradía de los Ferroviarios. La denuncia se sustentaba en la negativa del capataz a trabajar con las costaleras el regreso a la calles de las procesiones tras dos años de pandemia. Días más tarde, un grupo de costaleras de la Virgen del Sacromonte acusó a su hermandad de machismo y, además, de racismo contra la etnia gitana. El #MeToo cofrade sacudió como un terremoto los preparativos de la Semana Santa en la ciudad, pero finalmente ha acabado con la 'readmisión' de las mujeres en los Ferroviarios. En los Gitanos no ha podido ser porque faltan candidatas para formar una cuadrilla y la propia vocal, Elena Martínez, ha desmentido cualquier tipo de discriminación.