¿El conflicto por el agua más antiguo de España? El trasvase del río Castril

El trasvase del Castril es probablemente el conflicto por el agua más antiguo de España. Hay documentos de 1512 del concejo de Lorca (Murcia) pidiendo el agua del río, a lo que se opuso Fadrique Álvarez de Toledo, segundo duque de Alba. Y más de 500 años después, tras varios intentos como el del siglo XVIII que contó con la autorización de Carlos III y en el que se llegaron a construir 29 kilómetros de canal, hay otros defensores sin golilla y sin más poder que el de su perseverancia; los vecinos. Acumulan más de 20 años de incesante lucha, huelgas de hambre incluidas, que ahora les ha llevado a encerrarse hasta este domingo en el Ayuntamiento de Castril. La capital de esta comarca, Baza, aspira igualmente a compartir el cauce, pero un grupo de irreductibles castrileños ha hecho de la defensa de este río su aldea gala en pleno Altiplano granadino. Y cuentan con reputados aliados como Pedro Arrojo, Relator del Agua de la ONU.

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EFE

La Plataforma por la Defensa del Río Castril, la Fundación Savia, vecinos y miembros de la corporación municipal, el alcalde, Miguel Pérez, entre ellos, comenzaron el encierro el pasado 16 de marzo para solicitar que se respete el cauce natural. Denuncian la actitud de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) a la que acusan de "querer terminar las obras del trasvase", a pesar de que son "ilegales e innecesarias" y hay soluciones alternativas más económicas que no afectarían al río, uno de los ecosistemas mejor conservados del sur de Europa.

"Es algo anacrónico, son proyectos que vienen de la década de los ochenta, justificados en el desarrollo de la comarca de Baza-Huéscar, pero basados en los proyectos que se pusieron en marcha en 1795, en la época de Carlos III", señala desde su encierro el presidente de la Plataforma, Miguel Ángel Ortiz. Y, como telón de fondo, está la sospecha de que el trasvase sirva finalmente para apoyar desarrollos urbanísticos en Almería.

Pero, enfrente, en una situación de sequía y con el acuífero de Baza en estado de sobreexplotación, el PSOE ha presentado mociones en las poblaciones vecinas de Baza, Caniles, Freila y Zújar solicitando el apoyo a la terminación de las obras, alegando que el proyecto tiene cobertura legal y que está acabado en un 94%, postura que coincide con la CHG, que defiende que el trasvase está amparado jurídicamente en los Planes Hidrológicos del Tercer ciclo de Planificación (2022-2027).

Tres trasvases parados

Como movimiento social han conseguido parar ya tres trasvases. El primero fue en el 95, cuando el proyecto contemplaba llevarse el agua de la cabecera del río "por su peso", a una cota de 1.300 metros. Se pretendía cruzar la sierra con un túnel de seis kilómetros para trasladar el líquido al Guardal, y de ahí "teóricamente" a Baza a través de un canal abierto, aunque "lo cierto es que el agua iba a ir a Almería", apunta Ortiz.

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Cuatro años más tarde, en 1999, se aprobó por ley otro trasvase hacia el pantano de Almanzora, que ya no tomaba el agua de la cabecera del río, sino del embalse del Negratín, que está en Baza pero tiene como caudal principal el Castril.

En 2002 se consignaron las obras y la comarca de Baza se levantó contra esta actuación, pero como medida compensatoria se puso en marcha el llamado Canal de Castril, que captaba el agua desde el pantano del Portillo. El proyecto salió a licitación y volvieron a recurrir, incluso a la Unión Europea, hasta que el entonces nuevo Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero decidió paralizar la actuación.

En ese momento, el profesor Javier Alba Tercedor presentó un estudio en el que se ponía de relieve que el río Castril tiene tantos o más valores ecológicos en su parte baja que en su parte alta. Además, allí habita una trucha emparentada con las del norte de Europa según los estudios de ADN, "un endemismo único que no existe tampoco en el Guadalquivir".

En 2006 se aprobó el Real Decreto de Sequía y la CHG declaró como emergencia el trasvase que se había paralizado y se iniciaron las obras. Y comenzaron también los encierros e incluso las huelgas de hambre. El decreto fue declarado nulo de pleno derecho en 2009 y la asociación pidió a la confederación que cesaran los trabajos, que continuaron. Los irreductibles castrileños fueron al Supremo y, en 2010, tras diversas manifestaciones, el tribunal ordenó paralizar las obras y las expropiaciones previstas. Otra victoria.

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Y en pleno proceso de ejecución, el Gobierno aprobó una ley en la que, de soslayo, se permitía en una disposición adicional continuar las obras del trasvase. Se trata de la decimoquinta disposición adicional de la Ley de Residuos y Suelos Contaminados que convalida actuaciones realizadas al amparo del Real Decreto 1419/2005, uno de los argumentos que defiende la CHG para concluir de una vez por todas el proyecto.

"Nosotros no somos insolidarios, al contrario, pedimos que se garantice e incluso se blinde la prioridad de agua para abastecimiento humano para los municipios de la comarca de Baza desde el acuífero de la Sierra de Baza, por ser agua de mayor calidad y un coste menor y que se complemente con la captación de aguas desde la desembocadura del río Castril en caso de sequía extrema", concluye Ortiz.

El relator del agua de la ONU

Pedro Arrojo, Relator del Agua de la ONU, se posiciona sin dobleces en este conflicto y apuesta por el diálogo. “Hay una propuesta muy razonable, el agua subterránea es de más calidad y más accesible y debe ser prioritaria para el consumo. El agua de boca debe ser la prioridad y a esto se debe dedicar el estupendo acuífero de Baza. Para el regadío tenemos el embalse del Negratín, dejemos desembocar al río Castril y tomemos en todo caso el agua de urgencia mientras se soluciona el problema de sobreexplotación”. En definitiva, la misma tesis que defienden los castrileños encerrados.

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“Esto permitiría salvar al río Castril, que es la joya, el río mejor conservado y que puede ser la base de un turismo de naturaleza, algo que ya entienden muchos regantes. Lo que hay hoy en día son regadíos que están sobreexplotando los acuíferos, pero se podría llegar a un acuerdo para tomar 15 o 16 hectómetros cúbicos del Negratín para estos, legalizarlos pero no a base de sobreexplotar los acuíferos. Yo animo a Baza a que prosiga con este diálogo, es factible un acuerdo del que todo el mundo se sentiría orgulloso. Granada puede llegar a un acuerdo ejemplar en el altiplano sin quebrar esa joya del río Castril”, concluye.

Javer Alba Tercedor, catedrático de Zoología de la Universidad de Granada, realizó una exhaustiva investigación del río Castril en la década de los noventa y llegó a la conclusión de que se trata de un “río único” con una fauna “muy peculiar”. Está en el sur pero tiene características del norte de Europa, como la trucha, que es única genéticamente. Pero "también son importantísimos los invertebrados, hay especies que sólo viven allí, y también existe una gran diversidad de anfibios”, defiende.

Y aunque lamenta la construcción de la presa del Porillo porque “el mal ya está hecho”, coincide con la plataforma en que no se niegan a ceder el agua, “pero vamos a cogerla en la parte baja para no afectar”.

Alba Tercedor recuerda el proyecto de los noventa de coger el agua de la cabecera que se desechó, pero el Castril es como el Guadiana, siempre reaparece. “Hay grandes intereses y se engaña a Baza, que tiene agua para beber. ¿A dónde quieren llevarla? Eso es lo que hay que investigar”, denuncia. “Desde el punto de vista paisajístico es el río más bonito de la provincia y hay que tener en cuenta que no nos pertenece a nosotros, pertenece a las generaciones futuras”, concluye.