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El atracador ‘pata negra’ al que delataron sus andares de Don Pimpón
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26 MUESCAS EN SU HISTORIAL

El atracador ‘pata negra’ al que delataron sus andares de Don Pimpón

La Policía Nacional vuelve a detener en Málaga a un histórico atracador de 67 años con una fijación por las sucursales de un banco concreto: “Les quitaría hasta los sacapuntas”

Foto: Traslado de Juan, una vez fue detenido en la vivienda en la que se refugiaba. (Policía Nacional)
Traslado de Juan, una vez fue detenido en la vivienda en la que se refugiaba. (Policía Nacional)

“Les quitaría hasta los sacapuntas”, confesó Juan con sorna a quienes le habían detenido por enésima vez. Con ese deje malagueño, caracterizado con una ronquera que recuerda a la que arrastran los fumadores de Ducados, fue capaz de arrancar una sonrisa a los agentes del Grupo de Atracos. La situación no le resultaba extraña. Esposas, registros, traslado a la comisaría, declaración y paseo hasta el juzgado. Un trámite para quien cuenta con 26 muescas en su hoja de antecedentes y que en esta ocasión creía que se coronaba. Porque en ese último palo, con el que rompió un periodo de ‘abstinencia’ de un año sin robar, se hizo con un inesperado botín de 130.000 euros. Como si le hubiese tocado la lotería, pero siendo consciente de que estaba bajo el foco policial. Su característico balanceo al caminar, consecuencia de los achaques de su avanzada edad, acabó por delatarle.

La investigación que ha permitido volver a detener a este ‘pata negra’ del gremio de atracadores arrancó tras el asalto a una sucursal bancaria ubicada en la zona de Ciudad Jardín ocurrido meses atrás. El reloj marcaba aproximadamente las 8:30 cuando dos encapuchados, aprovechando la salida de una empleada de la limpieza, se colaron en la oficina. Uno de los asaltantes, el que llevaba la iniciativa, se dirigió a los empleados y les apuntó directamente con una pistola. Se hicieron con unos 4.000 euros que tenía el cajero para la atención al público, precisaron fuentes cercanas al caso, que añadieron que “les tocó el premio gordo” cuando “se dieron cuenta de que la caja fuerte estaba abierta porque los trabajadores estaban guardando dinero”. “Se llevaron una saca” que elevaba el botín a un total de 130.000 euros.

Foto: Botín confiscado por la Policía Nacional.

La sala del 091 recibió la señal de atraco de la entidad bancaria y activó el protocolo establecido para estos robos con violencia. Hasta el lugar se desplazaron varias patrullas de Seguridad Ciudadana, investigadores del Grupo de Atracos y especialistas de la Policía Científica, que realizaron la pertinente inspección ocular para la recogida de vestigios y recabaron grabaciones y testimonios que ayudarían a identificar a los participantes.

Este análisis marcó un nombre en rojo entre la terna de posibles sospechosos. Juan, un “veterano” que “lleva toda su vida atracando”, que ha pasado la mayor parte de su vida “entrando y saliendo de prisión” y que adornaba su lista de antecedentes con 26 arrestos. De su etapa más joven corresponden los hurtos o robos con fuerza, pero “desde que hizo el máster en atracos, se doctoró”. Se le achacan en torno a 13 robos con violencia a sucursales, todas de un detertminado banco y siempre usando un arma de fuego -“buena”, no una réplica- para intimidar. No se sabe a ciencia cierta cuál es el motivo de su fijación con esa entidad, pero lo cierto es que no la esconde. “Les quitaría hasta los sacapuntas”, afirmó tras su última captura.

Los achaques de la salud y la edad han ideo moldeando su peculiar forma de caminar

Llevaba un año limpio, sin noticias de que hubiese vuelto al ‘negocio’, pero sus característicos andares, balanceándose hacia los lados, “como Don Pimpón, el personaje de Barrio Sésamo”, acabaron por confirmar la corazonada inicial de los responsables del caso. Esos pasos delatores, producto de los achaques de la salud y la edad de alguien con 67 años, quedaron grabados en los “cientos de horas” de videos de seguridad con los que los agentes reconstruyeron “hasta el día previo al atraco” y que ponían de relieve el carácter de un ladrón meticuloso que planificaba cada robo con gran perfección.

placeholder Arma simulada que se intervino en la operación Escarlata. (Policía Nacional)
Arma simulada que se intervino en la operación Escarlata. (Policía Nacional)

Juan, que se ganó el derecho de no tener mote, a ser tratado como una eminencia delincuencial, vivía en un continuo proceso de aprendizaje que mutaba su forma de actuar. De ser un ‘atracador solitario’, a contar con colaboradores, por ejemplo. “En 2016, fue detenido cuando salía de una oficina de la avenida Pacífico que acaba de robar con una escopeta recortada”. Su plan se vino abajo cuando una clienta que pretendía entrar “se percató de lo que ocurría en el interior y llamó” a la Policía Nacional. Los agentes lo esperaron discretamente en el exterior y lo capturaron. Un episodio por el que los investigadores creen que comen a utilizar ‘aguadores’ que le avisaran si se producía algún movimiento extraño cuando está desvalijando. En esta última ocasión, como demostraron las imágenes recopiladas, quienes le prestaron esta labor de apoyo fueron su novia y su hermana, de 50 y 57 años de edad, respectivamente. La segunda, además, le daba cobijo. “Sabía que sería investigado cuando se produjo el atraco y se quitó de en medio”. Abandonó su casa y se escondió en la que su familiar tiene en el barrio de La Trinidad.

Foto: Parte del material incautado durante la operación Way II. (P. D. A.)

Cuando los agentes echaban abajo la puerta de la vivienda, “no lo esperaba”, aunque tampoco hubiese puesto resistencia. Era algo que no solía hacer. Durante el registro, se encontraron un revólver -que, esta vez, resultó ser de aire comprimido-, varias armas blancas -incluido un machete de grandes dimensiones-, varias prendas de vestir que incriminarían a los sospechosos con el cuantioso robo y tan solo unos 1.000 euros en efectivo.

Los responsables del caso continúan con las gestiones para el total esclarecimiento de los hechos. Juan, mientras tanto, ya está en la calle. A pesar de su largo historial, “lo han soltado por sus problemas de salud”. ¿Cuánto durará tranquilo?

“Les quitaría hasta los sacapuntas”, confesó Juan con sorna a quienes le habían detenido por enésima vez. Con ese deje malagueño, caracterizado con una ronquera que recuerda a la que arrastran los fumadores de Ducados, fue capaz de arrancar una sonrisa a los agentes del Grupo de Atracos. La situación no le resultaba extraña. Esposas, registros, traslado a la comisaría, declaración y paseo hasta el juzgado. Un trámite para quien cuenta con 26 muescas en su hoja de antecedentes y que en esta ocasión creía que se coronaba. Porque en ese último palo, con el que rompió un periodo de ‘abstinencia’ de un año sin robar, se hizo con un inesperado botín de 130.000 euros. Como si le hubiese tocado la lotería, pero siendo consciente de que estaba bajo el foco policial. Su característico balanceo al caminar, consecuencia de los achaques de su avanzada edad, acabó por delatarle.

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