Los métodos de pago instantáneos: el nuevo caballo de Troya de los acosadores

Si hay algo que ha demostrado la lacra de la violencia de género, es la capacidad de los maltratadores y acosadores para evitar las medidas de protección adoptadas por las mujeres. Una malsana insistencia que arrastra a estos delincuentes a buscar sorprendentes formas de aproximarse a su objetivo. Una de ellas, según han constatado las fuerzas de seguridad, es la utilización de las nuevas plataformas de pago instantáneo para contactar con sus víctimas.

Fuentes consultadas por El Confidencial explicaron que, en los últimos tiempos, han recopilado testimonios o registrado denuncias que denotan el empleo de esta vía para saltarse las órdenes judiciales que prohíben la comunicación con las víctimas. Un uso inadecuado, y con fines ilegales, de una herramienta cada vez más extendida.

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“Por favor, cógeme el teléfono” o “Desbloquéame” son un par de mensajes que dos supuestos acosadores hicieron llegar por este sistema a dos denunciantes para intentar retomar el contacto con ellas por cauces más habituales. Las citadas fuentes detallaron que suelen ser textos muy escuetos porque se plasman en el apartado “Concepto” de la transferencia y permite un número máximo de caracteres. El procedimiento, no obstante, implica que el individuo tenga que hacer un desembolso económico para que el envío pueda ser efectivo. Las horquillas en las que se suelen mover este tipo de empresas oscilan, aunque la cantidad mínima suele ser de 50 céntimos. Así que este es el importe aproximado que transfiere a su víctima para que reciba el mensaje.

Esta forma de actuar, especifican, es más propia de acosadores, de individuos a los que la chica ha bloqueado en redes sociales, aplicaciones de mensajería, correo electrónico y llamadas. En estos casos, cuando la víctima decide acudir a las fuerzas de seguridad y denunciar, es que ha sufrido un número desproporcionado de intentos y es durante la explicación cuando cuentan que han intentado hablar con ella a través de Bizum o alguna herramienta similar. “En un principio, no suelen darle mucha importancia a esta vía de contacto” porque están más preocupadas por la convencional, que es el teléfono móvil, pero, en ocasiones, ha servido para que se diesen cuenta de la espiral en la que estaban atrapadas.

"Cógeme el teléfono" o "Desbloquéame" son mensajes de algunos de los casos conocidos

En el caso de que exista una orden que impida la comunicación con la víctima, medida que también es habitualmente impuesta a los maltratadores, la persona que haga uso de este sistema para contactar con su víctima debe ser consciente de que estaría incurriendo en un quebrantamiento “exactamente igual que si la llamara, le enviara un mensaje o le dejara una carta”.

Por ser un sistema de pago relativamente novedoso, vinculado a la telefonía móvil, y que requiere de aplicaciones, este 'modus operandi' es utilizado mayoritariamente por gente joven, que es la que se desenvuelve en entornos digitales y desarrolla las nuevas formas de acoso —de todo tipo— o malos tratos psicológicos. Los expertos han incidido en que las redes sociales son los nuevos escenarios en los que se están registrando mayor número de casos y la preponderancia de una u otra depende cuánto esté de moda en cada momento. Ahora es en TikTok donde se están produciendo mayores situaciones de ‘bullying’, episodios cuya permeabilidad es más intensa porque el acosador tiene un acceso casi constante a su víctima.

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Este poder casi absoluto se extrapola a las situaciones de maltrato psicológico, en las que la tecnología se convierte en un mecanismo de control permanente de la mujer. Desde la insistente fijación por saber dónde y con quién está, hasta la instalación de programas que revelan la ubicación de la pareja.

Víctimas jóvenes

Y, como los agresores en estos entornos suelen ser jóvenes, es fácil presuponer que sus objetivos lo son igual. La consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía, Rocío Ruiz, explicaba días atrás que “los datos están ahí” y “los programas de atención psicológica, gratuitos y especializados, hacia adolescentes han ascendido en más de 15%”. “Estamos hablando de 302 adolescentes que ya han sido víctimas de violencia de género y sexual —en la región andaluza—”, y 133 solo en lo que llevamos de año.

Los expertos creen necesario incluir la ciberviolencia entre las variables a analizar

Las cifras “son tan preocupantes que nos hacen pensar, evidentemente, en lo que siempre dijimos: la importancia de la educación para prevenir este tipo de comportamientos violentos, discriminatorios y sexistas hacia las chicas, por el hecho simplemente de ser niñas y mujeres”. “Es muy importante trabajar con los chicos en una educación afectiva o emocional y sexual y controlar las redes sociales”, para añadir que “es cierto que cada vez hay más formación y concienciación, pero hay un capítulo que no se contemplaba antes, que es el de la competencia digital, el de los riesgos y adicciones, el de la ciberviolencia en las redes”.

Ruiz ha recordado que, hoy en día, los jóvenes tienen acceso a todas las páginas que podamos imaginar, los chicos y chicas se forman en educación sexual a través de la pornografía y “empiezan a los nueve años”. “Este tipo de mensajes que se lanzan, ese tipo de educación, promueven esas relaciones tóxicas de dominación de poder, donde las niñas evidentemente son objetos que ellos no entienden, que pueden usar y tirar, incluso asesinar”, lamentó. “Esa es la realidad que ahora estamos cosechando de no haber trabajado con anticipación con leyes, normativas, campañas y formación y prevención desde la educación”.