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La guerra de PP y Vox tensa la cuerda electoral en Andalucía
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MORENO SE PIENSA EL ADELANTO

La guerra de PP y Vox tensa la cuerda electoral en Andalucía

Los dos partidos se miden en la comunidad, donde libran una intensa batalla y se vigilan de cerca, aunque los sondeos insisten en que estarán condenados a entenderse

Foto: El presidente andaluz, Juanma Moreno. (EFE/Javier Lizón)
El presidente andaluz, Juanma Moreno. (EFE/Javier Lizón)

Paseo por Fitur, Madrid, ante lo más granado del empresariado turístico y cientos de representantes públicos y medios de comunicación. La aspirante a candidata de Vox en Andalucía, Macarena Olona, que aún no ha sido confirmada por su partido, pero que lleva desde octubre en una intensa campaña electoral en Andalucía, se aproxima con desparpajo a saludar al presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno (PP). Este no puede resistirse a hacerle un comentario sobre su vestuario: “Te veo muy roja, ¿no?”. Llevaba un vestido carmesí. Ella no se corta: “Yo a ti, muy pálido”.

La anécdota retrata bien la tensión que viven PP y Vox en sus relaciones políticas y personales desde que el partido de Santiago Abascal impidió que saliera adelante el presupuesto de 2022. En Andalucía son ya meses de enfrentamiento con muchos fuegos de artificio y después acuerdos de última hora que salvan al Gobierno, lo que ya permite decir que hasta ahora, Vox aprieta pero no ahoga. Tumbó las cuentas, pero ha permitido que salga adelante la ley del suelo, el decreto de simplificación administrativa o la reforma de precios y tasas públicas. En número de iniciativas, el bloqueo no existe, pero cualitativamente un presupuesto es un presupuesto y a partir de febrero el Gobierno deberá someterse en el Parlamento a cambios y modificaciones en sus cuentas prorrogadas que necesitarán convalidación y los votos del partido de ultraderecha o del PSOE.

Foto: El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. (EFE/Julio Muñoz)

Moreno dijo intencionadamente a Olona que la veía muy roja pensando directamente en el discurso que tiene su Gobierno, que denuncia que cada día la oposición orquesta una estrategia de derribo contra su Ejecutivo. Es decir, PSOE y Vox caminan de la mano. La “pinza política” o “el partido único de la oposición” son expresiones recurrentes desde hace meses en los dirigentes del PP en Andalucía.

El relato del PP

Es el relato político que alimenta el presidente para justificar un adelanto electoral que desde hace meses se sitúa a finales de primavera. Moreno públicamente ha hablado de junio u octubre, pero lo cierto es que toda la actividad programada para el Gobierno no se extiende más allá de junio. El reparto de su publicidad institucional se planifica hasta abril o mayo, el calendario legislativo se agota en esas mismas fechas, los planes políticos tienen caducidad antes de verano... Hay señales nítidas de que el PP quiere reeditar la investidura de Moreno antes de otoño.

Foto: El presidente de la Junta, Juanma Moreno, junto a Juan Marín. (EFE/Raúl Caro)

No es ninguna tontería, puestos a elegir entre junio y octubre, decantarse por la primera fecha permitiría elaborar y aprobar unos presupuestos antes de que entre el año 2023. De ahí que sea la fecha favorita del consejero de Hacienda, Juan Bravo, preocupado por la precariedad de unas cuentas prorrogadas. Extender las de 2021 dos años inquieta a los que se encargan de los números aunque claro, quien aprieta el botón es el presidente de la Junta. Por más que se hayan llevado meses diciendo que extenderían la legislatura al límite, hasta noviembre, esa opción es cada vez menos probable. En realidad hace tiempo que Moreno deja entrever que su fecha favorita es junio, tras las fiestas de primavera que en Andalucía tienen mucha importancia, también económica.

Presión a Vox

Moreno le dijo “roja” a Olona horas antes de que se votara en el Parlamento la petición del PSOE de celebrar la semana que viene un pleno extraordinario que obligue al consejero de Salud, Jesús Aguirre, a rendir cuentas sobre la sanidad pública en plena pandemia y con protestas por el colapso de los centros de atención primaria. Vox llevaba días anunciando que forzaría ese debate y, con un discurso igual que el de socialistas, Unidas Podemos, sindicatos o 'mareas blancas', denunciando la mala gestión. Los populares estaban convencidos de que todos los partidos se unirían para forzar esa comparecencia y se equivocó. Vox se abstuvo y salvó al consejero. Igual que ya antes había evitado la comparecencia del presidente de la Junta, como había pedido UP, para dar cuenta de la presunta trama de financiación ilegal del PP en Almería.

Vox demostró, después de tres años de legislatura, ser una gran desconocedor del Reglamento del Parlamento. Su abstención se produjo después de que el PP les explicara que al tratarse de la petición única de un grupo, el PSOE, ellos nos podrían intervenir en el pleno. La presidenta del Parlamento, Marta Bosquet (Cs), se negó a modificar este extremo. El portavoz de Vox, Manuel Gavira, no ocultó su sorpresa. Finalmente, todo se quedó en una comparecencia urgente en la comisión de Salud. La abstención de los de Abascal se consumó a la tercera votación.

Foto: El presidente de la Junta, Juanma Moreno (PP-A) (d), y el vicepresidente, Juan Marín (Cs). (EFE/Raúl Caro)

Antes de que todo esto ocurriera, Moreno aprovechó el eco que da una comparecencia en Madrid para disparar la especulación sobre un adelanto electoral. El mensaje iba directamente dirigido a Vox. Fue muy claro, si hay bloqueo, habrá elecciones inminentes. En el PP no ocultan que había un recado directo a quienes fueron sus socios en la investidura y en tres presupuestos.

"Sin miedo" a Vox

Desde las filas del PP tratan de dejar claro que no tienen "ningún miedo" a Vox y que a Moreno no le temblará el pulso. Las encuestas auguran en Andalucía un Gobierno del Partido Popular, pero con Cs en la más absoluta ruina, Vox se convertirá en el socio imprescindible. Ha sido Olona la que en más de una ocasión públicamente ha dejado claro que pedirán entrar en coalición en el Gobierno andaluz, un camino que hasta ahora este partido no ha explorado y que avala la dirección nacional. El PP quita crédito a esta hipótesis, asegura que Vox prefiere llegar virgen a la gran batalla, las elecciones generales, para una formación que no cree en las autonomías, y niegan la posibilidad de que pida formar Gobierno con los populares.

Foto: El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno. (EFE Rodrigo Jiménez)

Sin embargo, el temor está ahí. Cuando se convocó el adelanto electoral en Castilla y León, los dirigentes del PP andaluz admitieron que vigilaban de cerca lo que iba a ocurrir en esa contienda electoral. Los populares pelean por obtener una mayoría absoluta o al menos una mayoría lo suficientemente robusta, por delante de la suma de toda la izquierda, como ocurrió en Madrid, haciendo a Vox irrelevante. Moreno admitió este fin de semana en Castilla y León que necesita ese buen resultado porque él será el próximo en examinarse. Nada tendría que ver una campaña en Andalucía con Vox en el Gobierno de Mañueco que con un Ejecutivo monocolor. El discurso de hombre de centro, moderado y en las antípodas de la extrema derecha que lleva Moreno cultivando con éxito, a pesar de que Vox fue clave para su investidura hace ahora tres años, se ajaría de forma muy importante. La estrategia de la izquierda también cambiaría y ganaría colmillo.

Es cierto lo que dice Moreno cuando proclama que de Vox depende principalmente la fecha electoral. El presidente se refiere a la posibilidad de bloqueo político en el Parlamento andaluz. En realidad, dependerá mucho de la formación de Abascal, es cierto, pero más bien de lo que digan las encuestas y de que Castilla y León pinche las altas expectativas que le auguran en los sondeos. Es lo que más repiten los líderes del PP en la comunidad en los últimos días, que acusan a los medios de comunicación y a las encuestas publicadas de estar hinchando las expectativas de Vox muy por encima de lo que dirán finalmente las urnas. Es el temor que frena a Moreno a convocar ya, de forma inmediata. Es mucho más cómodo gobernar con Cs que con Vox, es mucho más fácil tener a Juan Marín de vicepresidente que a Macarena Olona, que roja, roja, por mucho que se vista con los colores de la bandera de España, no es.

Paseo por Fitur, Madrid, ante lo más granado del empresariado turístico y cientos de representantes públicos y medios de comunicación. La aspirante a candidata de Vox en Andalucía, Macarena Olona, que aún no ha sido confirmada por su partido, pero que lleva desde octubre en una intensa campaña electoral en Andalucía, se aproxima con desparpajo a saludar al presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno (PP). Este no puede resistirse a hacerle un comentario sobre su vestuario: “Te veo muy roja, ¿no?”. Llevaba un vestido carmesí. Ella no se corta: “Yo a ti, muy pálido”.

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