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El PSOE prepara su artillería pesada en Andalucía: "No vamos a dejar solo a Espadas"
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El PSOE prepara su artillería pesada en Andalucía: "No vamos a dejar solo a Espadas"

El líder del PSOE-A pisa el acelerador para impedir una huelga de brazos caídos de los alcaldes socialistas, que tendrán en su mano la movilización del partido en los próximos meses

Foto: Juan Espadas, durante el 15º Congreso Provincial del PSOE de Córdoba. (EFE/Rafa Alcaide)
Juan Espadas, durante el 15º Congreso Provincial del PSOE de Córdoba. (EFE/Rafa Alcaide)

La toma de posesión del alcalde de Sevilla fue toda una declaración de intenciones. El aparato del PSOE y del Gobierno, con la presencia de tres ministras, se desplegó en el ayuntamiento con un mensaje claro: los socialistas van a sacar toda la artillería pesada para tratar de recuperar la Junta. Están convencidos de que deben plantar cara a la estrategia de confrontación del Ejecutivo andaluz de PP y Cs frente a Pedro Sánchez. Admiten que este tipo de maniobras no han sido contrarrestadas durante demasiado tiempo y ahora, avisan, tendrán una respuesta mucho más dura. "Moreno vive de los réditos, de las inyecciones extraordinarias del Estado y de ponerse de perfil mientras tratan de erosionar a Pedro Sánchez. Debimos frenarlo antes, sí, pero aún estamos a tiempo", señalan fuentes socialistas en el Gobierno de la nación. La confrontación va a subir muchos decibelios en los próximos meses conforme se caliente el termómetro electoral.

El secretario general del PSOE-A, Juan Espadas, iniciará una ronda por las provincias y los alcaldes tienen orden de movilizarse para engrasar la maquinaria electoral desde ya. La sensación es que queda una carrera contrarreloj. Los ministros ya tenían orden de intensificar su agenda en Andalucía y esa estrategia, señalan fuentes socialistas, será todavía más visible conforme se acerque la cita con las urnas, en junio u octubre, según avanzó el presidente de la Junta, que insiste en alargar al máximo posible la legislatura autonómica. “Ferraz no va a dejar solo a Espadas en ningún momento”, apuntan fuentes de la ejecutiva federal. "Hay mucho en juego", admiten.

A partir de ahora, comienza el test para el nuevo líder del PSOE en la comunidad. Después de ganar las primarias a Susana Díaz el pasado julio, hacer un equipo a su medida en el congreso regional de noviembre y apagar los fuegos provinciales, integrando el 'susanismo' y tratando de superar las fracturas internas, el dirigente se enfrenta al reto de movilizar al ‘ejército’ andaluz.

Foto: El secretario general del PSOE de Andalucía y alcalde de Sevilla, Juan Espadas. (EFE/Julio Muñoz)

Su misión es tensionar al máximo una maquinaria que desde que se perdió la Junta de Andalucía en las últimas elecciones ha ido acumulando óxido. En su estrategia, los alcaldes tendrán un papel clave. La pandemia ha impedido que en muchos casos se recupere el contacto directo con la militancia desde las provincias, como la dirección regional había planeado. Los socialistas no ocultan que es un obstáculo más que tendrán que superar, pero confían ciegamente en que los militantes vuelvan a recuperar el brío de otros momentos políticos mucho más favorables para el PSOE en Andalucía. El problema no es el ‘susanismo’, señalan desde el partido, sino la atonía y la desmovilización de la izquierda.

La última entrega del barómetro del Centro de Estudios Andaluces (Centra) del pasado diciembre daba una ligera mejoría al PSOE de Espadas y un repunte del resto de partidos a la izquierda, divididos hasta ahora en tres papeletas: Unidas Podemos, Adelante Andalucía y Andaluces Levantaos. Los sondeos auguran una victoria para el PP, aunque necesitaría a Vox para poder formar Gobierno. Tras varios barómetros mostrando un retroceso de los socialistas, el último publicado indica que Espadas mejora ligeramente los resultados, con una horquilla de entre 31 y 33 escaños, los mismos que obtuvo el partido en los últimos comicios, aunque sin posibilidad de poder volver a la Junta.

El comité federal del PSOE de este viernes analizará el curso político con dos plazas clave. Tras las elecciones de Castilla y León, la siguiente cita con las urnas será Andalucía. Los socialistas saben que esta segunda será un termómetro determinante. No solo por el peso de la comunidad, elige 61 diputados al Congreso, sino sobre todo porque el granero andaluz ha sido siempre fundamental para el PSOE y un avance del PP en la región puede cambiar el Gobierno central.

Foto: Pedro Sánchez (d), junto al secretario general del PSCyL y candidato electoral, Luis Tudanca (i). (EFE/Santi Otero)

El viernes sería a Andalucía a la que, como la comunidad más grande, le correspondería abrir el Comité Federal, pero se cederá el sitio al candidato de Castilla y León, Luis Tudanca, en un guiño a la autonomía que celebrará sus elecciones el próximo febrero. En el encuentro, se "analizará la situación y estrategia política del partido en este nuevo año, en el que Andalucía es clave para el futuro de todos los partidos a escala nacional, no solo del PSOE", señalaron fuentes socialistas.

Toque a los alcaldes

Con el PSOE en la oposición en el Gobierno de Andalucía, las piezas clave del proyecto político de Espadas serán los alcaldes. Estos tendrán que implicarse en las elecciones autonómicas como si fueran las suyas. Ese es el mensaje que están recibiendo desde Madrid. Ferraz traslada que ningún responsable municipal puede permanecer de brazos caídos, porque inmediatamente después vienen sus propios comicios y el efecto de una bajada se notará en cadena. También en las generales, donde la formación sabe que tendrá difícil seguir en Moncloa si el granero andaluz se desmorona.

En la dirección regional del PSOE, aseguran que no temen ninguna maniobra de Susana Díaz y señalan que esa guerra quedó desactivada en los congresos. Otra cosa, admiten, será el momento de elaboración de las listas electorales, donde pueden volver los tirones internos. La única preocupación reside en la movilización de la militancia, que consideran clave para un posterior empuje del electorado. Nadie oculta que recuperar a los 400.000 votantes socialistas que se quedaron en la abstención en las últimas elecciones es un reto. El ralentí bajo del PSOE en la comunidad en el tiempo posterior a las elecciones de diciembre de 2018, los dos años y medio empleados en el impulso de un nuevo liderazgo político para desbancar a Díaz y el propio manejo de los plazos de Espadas, que aún está aterrizando y tomando pista para desplegar su proyecto por la comunidad, no han ayudado a tensionar, hasta ahora, el partido.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), junto al secretario general del PSOE-A, Juan Espadas. (EFE/Jorge Zapata) Opinión

“El camino no ha sido fácil para llegar hasta aquí”, admiten fuentes de la ejecutiva socialista, que, sin embargo, defienden que la dirección de Espadas ya ha marcado el tono y cogido un rumbo claro y fácil de identificar para la militancia. Una oposición constructiva al Gobierno de Juan Manuel Moreno, que pivotará sobre las carencias en los servicios públicos, con la sanidad como eje central.

Después de abrir una negociación para salvar los presupuestos de la Junta que no llegó a nada, Espadas insiste en su mano tendida al Gobierno de PP y Cs. En una última oferta, el pasado miércoles, solicitó por carta al presidente un pleno urgente en el Parlamento para aprobar un plan de choque en materia de sanidad y recuperar a los 8.000 sanitarios que no fueron renovados el pasado octubre. Las cartas van y vienen, pero el Gobierno ignora las ofertas y no piensa dar ninguna relevancia pública a ese tipo de propuestas, aseguraron fuentes del PP. Insisten en que si de verdad hubiera querido un pacto, habrían salido adelante los presupuestos para 2022.

La toma de posesión del alcalde de Sevilla fue toda una declaración de intenciones. El aparato del PSOE y del Gobierno, con la presencia de tres ministras, se desplegó en el ayuntamiento con un mensaje claro: los socialistas van a sacar toda la artillería pesada para tratar de recuperar la Junta. Están convencidos de que deben plantar cara a la estrategia de confrontación del Ejecutivo andaluz de PP y Cs frente a Pedro Sánchez. Admiten que este tipo de maniobras no han sido contrarrestadas durante demasiado tiempo y ahora, avisan, tendrán una respuesta mucho más dura. "Moreno vive de los réditos, de las inyecciones extraordinarias del Estado y de ponerse de perfil mientras tratan de erosionar a Pedro Sánchez. Debimos frenarlo antes, sí, pero aún estamos a tiempo", señalan fuentes socialistas en el Gobierno de la nación. La confrontación va a subir muchos decibelios en los próximos meses conforme se caliente el termómetro electoral.

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