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"Andalucía es la última oportunidad que tiene Ciudadanos de reflotar el partido"
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JAVIER IMBRODA, CONSEJERO DE EDUCACIÓN

"Andalucía es la última oportunidad que tiene Ciudadanos de reflotar el partido"

El ex seleccionador nacional de baloncesto cree que ha "faltado generosidad" en los gobiernos de coalición de Murcia, Madrid y Castilla y León, y propone que PP y Cs vayan juntos a las urnas andaluzas

Foto: El consejero de Educación de la Junta de Andalucía, Javier Imbroda, ante el Palacio de San Telmo. (F. R.)
El consejero de Educación de la Junta de Andalucía, Javier Imbroda, ante el Palacio de San Telmo. (F. R.)

Javier Imbroda cumplirá 61 años el 8 de enero y es consejero de Educación y Deporte de la Junta de Andalucía desde hace tres años, cuando Albert Rivera le convenció para que diera el salto a la política. Nació en Melilla, aunque su vida está vinculada a Málaga. Este maestro de vocación (se forjó en los Maristas) y de profesión (es doctor en Ciencias de la Educación) mantiene hoy la misma ilusión por "cambiar las cosas" que el primer día que entró en su despacho hace 36 meses, a pesar de que en este tiempo le ha tocado gestionar la pandemia en los colegios andaluces, conocer las miserias de la política con la descomposición de Ciudadanos y mantener su lucha personal contra un cáncer de próstata que le fue diagnosticado hace cinco años.

PREGUNTA. Permita que empiece preguntándole por lo más importante, que siempre es la salud. ¿Cómo se encuentra?

RESPUESTA. Me encuentro bien. Estoy animado, tranquilo y confiado en que los tratamientos hagan su trabajo. Creo que ya lo están haciendo.

Foto: Dirigentes de Ciudadanos durante el consejo general del pasado junio. (EFE)

P. En Wikipedia aún pone que Javier Imbroda es un famoso entrenador de baloncesto y, tras recorrer toda su trayectoria y éxitos deportivos, también recuerda que ahora es político. ¿Eso es bueno o malo? ¿Usted ya lo ha asumido?

R. Depende. La política es un oficio noble, siempre que se tenga una vocación verdadera de servicio público, y que sea temporal. Así la concibo yo. La política no debe convertirse en una especie de refugio de determinada gente que no tiene qué hacer o que no sabe qué hacer y busca ahí un medio de vida. Creo que ese es el gran problema que padecemos en la sociedad occidental en general y en la española en particular.

P. ¿Por qué el ex seleccionador nacional de baloncesto se metió hace tres años en el 'fango' de la política?

R. Fue una decisión muy meditada, en un momento vital en que me encontraba con la ilusión de dar ese paso. Albert Rivera tuvo mucho que ver en mi decisión y al final me uní a ese liderazgo y esa visión que él tenía y que yo creía tan necesarios para nuestro país. Ese fue el motivo. Mi vida fuera de la política está resuelta, así que no tenía que estar justificando el porqué, más allá de mi vocación pública.

"Mi vida fuera de la política está resuelta, así que no tengo que justificar mi vocación pública"

P. Para ser consejero, usted tuvo que declarar su patrimonio y supimos que es de 8,5 millones de euros y que no necesitaba este sueldo público. Entonces, le atacaron diciendo que tenía intereses privados y que venía a enriquecerse o a privatizar la educación andaluza. No fue el mejor recibimiento...

R. Bueno, tras estos años de experiencia en política te das cuenta de que a veces no existen motivos ideológicos, como en este caso, para criticarme por mi gestión política, sino que esos comentarios son algo que tiene más que ver con la incapacidad, la envidia u otro tipo de miserias humanas, porque si no, no tiene ninguna explicación y, por supuesto, no es real. Solo se necesita un mínimo de rigurosidad para evitar emitir juicios tan alegres y disparatados.

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Foto: F. R.

P. ¿Qué le dijo Albert Rivera para convencerle para dar ese paso y perdiendo dinero?

R. La verdad es que lo había intentado tres veces y siempre le dije que no, porque no me veía en este mundo de la política. Además, yo estaba con mis empresas, con mis conferencias, con mi fundación que atiende a niños en riesgo de exclusión social… y estaba muy tranquilo, sin someterme a esta exposición pública que a veces es tan malintencionada. Al final, cuando se aproximaban las elecciones autonómicas, me insistió y me identifiqué mucho con la idea de que en Andalucía hubiera una oportunidad histórica de trasladarle a la sociedad que había otra manera de hacer política y de gestionar y velar por los recursos públicos, e incluso de aspirar a que esta región sea una referencia, no solo a nivel nacional sino internacional, en muchas cosas.

P. Se ha especulado mucho con que Rivera le había ofrecido que sería el siguiente candidato de Ciudadanos a la presidencia de la Junta. ¿Es cierto?

R. No tengo constancia de eso. Yo me puse desde el primer minuto a disposición de Albert Rivera y de Juan Marín. Y eso es lo que he hecho en estos tres años.

P. Ahora, usted ha apoyado a Juan Marín en las primarias internas para ser candidato en las elecciones andaluzas de 2022. ¿Por qué?

R. Creo que es la persona idónea. He tenido la oportunidad de conocerle en este tiempo y es una persona honesta, trabajadora, con un gran conocimiento de la situación política, moderada y al mismo tiempo liberal. Creo que Juan Marín es el adecuado para este momento y creo que es justo que entre todos nosotros cerremos filas ante su liderazgo para poder apoyarlo. Esto lo he defendido externamente, pero también internamente, e incluso llegué a opinar que no debía haber primarias, aunque venga en los estatutos, porque no creía conveniente abrir ningún tipo de brecha como la que se ha abierto. Seguiré estando junto a Juan hasta que él diga lo contrario.

Foto: El vicepresidente andaluz, Juan Marín. (EFE/Antonio Paz)

P. Después, Albert Rivera dejó la política y Ciudadanos sigue en caída libre. ¿Cómo ve la situación?

R. La situación no se le escapa a nadie que es muy complicada y compleja. Albert tomó una decisión que nadie toma en este país: al ver que en las elecciones había pasado de 57 diputados a 10, entiende que es una gran derrota y decide dimitir, algo que jamás se hace en la política española. Además, decide alejarse y ha estado dos años en silencio. Por eso, creo que, independientemente de que se tomaran decisiones estratégicas en las que se acertara o no, merece todo el reconocimiento de toda la sociedad una persona que lo intentó, que no le salió y dijo “me marcho a casa para seguir con otras actividades”. Eso lo dignifica y demuestra que es un ciudadano libre. Y es verdad que hubo esa bajada de diputados en el Congreso, pero Albert también dejó un legado, con cuatro gobiernos autonómicos, más de 400 ayuntamientos en toda España, más de 3.000 cargos públicos y varios millones de votantes de Ciudadanos.

P. ¿Y desde entonces hasta hoy?

R. Pues hemos visto una sucesión de elecciones y decisiones que, desafortunadamente, no han tenido los resultados que se esperaban. Ese es el coste que está sufriendo Ciudadanos a nivel nacional. Creo sinceramente que Andalucía es el penúltimo bastión que tiene de verdad Ciudadanos para transmitir a la sociedad la importancia de tener un proyecto liberal en España que sirva de equilibrio para que los populismos de un extremo y otro no tengan el peso que no deben en este país. Ojalá que Andalucía sepa mostrar ese camino.

Foto: La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas. (EFE)

P. ¿Qué opina de la dirección de Inés Arrimadas?

R. Creo que el liderazgo de Inés es incuestionable, aunque no le está tocando vivir tiempos fáciles, incluida una pandemia que lo trastoca todo. Creo que el partido se debe amparar en Andalucía, que es el camino que queda para poder reflotar este proyecto, que es absolutamente necesario en este país. Andalucía es la última oportunidad que tiene Ciudadanos de reflotar el partido.

P. Muchos cargos de Ciudadanos se están pasando al PP, incluido su ex secretario de Organización Fran Hervías… ¿El futuro de Cs pasa por esa fusión/absorción o por mantener espacio propio?

R. Creo que este Gobierno de coalición en Andalucía está siendo un auténtico modelo de gobernabilidad que se estudiará en universidades y escuelas de negocios. Creo que este Gobierno ha creado una marca propia y que se ha dado cuenta de que es más importante que las siglas políticas. Por eso, personalmente, soy partidario de buscar alguna fórmula liderada por el presidente y el vicepresidente de comparecer ante los andaluces de forma conjunta en las elecciones, y no solamente apoyados en siglas de dos partidos sino también en la sociedad civil, que debe ser consciente de que nos jugamos mucho para seguir avanzando y alejarnos de una manera de gobernar que nos estaba condenando a estar en el furgón de cola. Confío en que se pueda encontrar esa fórmula, porque esto no va de siglas.

“Soy partidario de que PP y Cs comparezcan ante los andaluces de forma conjunta en las elecciones”

P. ¿Cree que PP y Cs deberían crear una plataforma en Andalucía y renunciar a las siglas?

R. Bueno, estoy hablando a título personal y tampoco tengo muy clara cuál es la fórmula, si una plataforma o conjunción de asociaciones y colectivos liderada por el actual Gobierno de PP y Cs, que ha sabido marcar la diferencia con respecto a otras comunidades, e incluso con respecto al Gobierno central de Pedro Sánchez, que vive a bronca semanal, con el descrédito que eso supone a la hora de transmitir a los ciudadanos unos mínimos de estabilidad de quien los gobierna. Es disparatada esa forma de gestionar. Afortunadamente, tenemos una sociedad civil muy fuerte en España.

P. Ese modelo de coalición electoral parece ya imposible en otras regiones, como Murcia, Madrid o Castilla y León, donde han terminado tirándose los trastos a la cabeza… Inés Arrimadas cree que le “regalaron” cuatro Gobiernos al PP. ¿Lo comparte?

R. Yo aún no he entendido muy bien qué ha pasado en los gobiernos de Murcia, Madrid y Castilla y León para que estallaran por los aires. Un Gobierno de coalición debe ser uno, y lo que no puede haber es dos gobiernos distintos dentro. Creo que no se ha entendido bien cómo funciona un Gobierno de coalición y no se ha tenido la generosidad de entender que, por encima de esas siglas y cargos públicos, la prioridad era el trabajo que había que hacer para la sociedad. Evidentemente, responsables son todos. El interés general de los ciudadanos está por encima de las siglas, de los egos y de los miedos.

“En Murcia, Madrid o Castilla y León no han entendido qué es un Gobierno de coalición”

P. ¿Qué ha hecho el Gobierno de PP y Cs en Andalucía en estos tres años que deba ser recordado por los ciudadanos?

R. Muchas cosas, pero son difíciles de resumir a golpe de 140 caracteres. Lo que está ocurriendo en Andalucía, aunque de nuestros tres años de gestión llevemos dos años de pandemia, es que hemos conseguido abrir Andalucía al mundo y mirar al mundo sin ningún tipo de complejo, recordando que esta comunidad no solo es un destino perfecto para disfrutar, para visitar y para pasarlo bien, sino que es mucho más que eso. Estamos desarrollando una verdadera transformación social, educativa, económica… Y este Gobierno está poniendo esa idea revolucionaria en el escaparate para todo el que la quiera ver. Junto a ello, hay una cuestión que es muy importante: en estos tres años en Andalucía, no se ha vuelto a hablar de un solo caso de corrupción. Ahora hablamos de futuro y de proyectos para crecer.

P. Y usted, ¿qué ha podido hacer por la educación en Andalucía en estos tres años?

R. Este consejero, junto con todo su equipo, lo que ha hecho ha sido revelarse, es decir, no aceptar que Andalucía tenía que estar en el furgón de cola del fracaso y abandono escolar y en otros parámetros de calidad. Hemos apostado por la excelencia educativa, aunque, eso sí, sin por ello dejar a ningún niño atrás, pero no igualando por abajo sino ayudándolos a alcanzar el nivel de los demás. No aceptamos bajo ningún concepto que Andalucía esté condenada a ese furgón de cola educativo.

Foto: Alfonso Fernández Mañueco junto a Ayuso. (EFE/Juanjo Martín)

P. Ese discurso de excelencia que comenta ¿es compatible con las altísimas tasas de fracaso y abandono escolar de esta comunidad?

R. Para saber qué hay detrás de esos datos, hemos hecho una profunda investigación de más de dos años que ha requerido mucho esfuerzo, teniendo en cuenta que tenemos 1,8 millones de alumnos, 7.133 centros educativos y unos 150.000 empleados entre docentes y no docentes. Esa investigación nos está diciendo que hasta los 16 años no se produce un abandono escolar diferente a otras regiones, que podría ser cercano al 7%, aunque queremos mejorar esa cifra. El problema es cuando acaba la ESO, la enseñanza obligatoria, y ese joven de 16 años abandona el instituto y no quiere hacer Bachillerato ni Formación Profesional. Ahí, el abandono escolar alcanza el 22%, que coincide en nuestro caso con el paro estructural que existe en Andalucía. El abandono escolar es la cantera del paro en nuestra tierra. A mí me resulta absolutamente escandaloso que en Andalucía haya cifras de 45% de paro juvenil y tenemos que incentivar esa formación más allá de los 16 años, porque no podemos generar esa cantera de 'ninis' [ni estudian ni trabajan]. Para eso, tenemos que potenciar en las etapas anteriores una mentalidad de formación permanente, de curiosidad, de creatividad, de emprendimiento, etc.

“Me resulta absolutamente escandaloso tener un 45% de paro juvenil y esa cantera de 'ninis”

P. Da la impresión de que los cambios en la educación van mucho más lentos que los cambios sociales y tecnológicos. ¿No deberían ir por delante? ¿La actual educación les servirá a nuestros hijos dentro de 10 años?

R. Esa reflexión que hace es cierta y es un fenómeno global. Ahora mismo, en todos los países del mundo se está debatiendo esto. Se está produciendo una colosal transformación educativa, que evidentemente esta pandemia ha acentuado, obligando a la transformación digital y a reconsiderar muchos conceptos. Creo que los sistemas educativos requieren flexibilidad y capacidad de adaptación a los tiempos actuales y a los que vienen. Nunca en la historia se ha producido una transformación social tan importante como la que estamos viviendo, pero tampoco nunca habíamos tenido tantos recursos para afrontarla, así que lo que tenemos que hacer es alinearnos y formar a nuestros docentes en esas nuevas capacidades de adaptación.

P. ¿España corre el riesgo de que haya 17 modelos de educación distintos?

R. Creo que haría falta una mayor uniformidad en determinadas cuestiones educativas fundamentales y una cierta complicidad de las 17 comunidades, entre otras cosas porque debemos entender que, si uno se desplaza con su familia por determinadas circunstancias laborales a otra región, tu hijo debería integrarse con total normalidad en una educación que fuera similar, aunque con alguna que otra diferencia, pero sin suponer un lastre para el alumno. Por eso, a veces echa uno de menos esa complicidad territorial, al igual que se echa de menos ese liderazgo del ministerio y del Gobierno de España, que deben marcar un rumbo.

P. ¿Qué opina cuando escucha al presidente de Cataluña defender el incumplimiento de la sentencia que le obliga a dar un 25% de clases en español?

R. La verdad es que sorprende mucho ese afán de arrinconar la lengua española. He ido a Cataluña toda mi vida y este problema nunca había existido. Había una convivencia entre la lengua española y la catalana, que coexistían con total naturalidad y normalidad. Lo que está sucediendo ahora con ese intento permanente de poner una lengua sobre la otra no es lógico, especialmente cuando se está intentando desterrar una lengua como la española, que es de uso universal. Eso no parece lo más inteligente, aunque para algunos sea lo más sentimental.

“No parece lo más inteligente querer desterrar de Cataluña una lengua de uso universal”

P. ¿Teme el rebrote de covid a la vuelta de Navidad? ¿Los colegios andaluces van a abrir sus puertas con normalidad el próximo lunes?

R. Confío en la responsabilidad de todo el mundo, y también hay que desterrar el alarmismo, que es lo primero que se contagia a la sociedad. Dejemos a los expertos sanitarios que nos vayan trasladando lo que consideren, y en estos momentos nos dicen que esta variante es muy contagiosa pero no tan peligrosa como las anteriores. Hay que apelar a la responsabilidad y al sentido común porque hay que aprender a convivir con este virus y los que vengan.

placeholder Foto: F. R.
Foto: F. R.

P. ¿Está satisfecho de su gestión en los colegios andaluces durante la pandemia?

R. Le doy un dato: incluso en los peores momentos de la pandemia, el 90% de los centros educativos andaluces ha estado libre de covid. Este curso lo arrancamos con el 99% sin casos, y nos hemos ido estas navidades con el 96%. Quiero decir con ello que hemos demostrado que los centros educativos son espacios seguros, gracias al comportamiento de los docentes, padres, alumnos… En su inmensa mayoría, todo el mundo ha respetado las normas y ha sido consciente de que había que seguirlas para poder tener una educación presencial.

P. Hablamos mucho de salud física, pero ¿tienen datos de la influencia de la pandemia en la salud mental en los niños?

R. Yo tengo mucha confianza en los niños y en su capacidad de recuperarse mucho más que los adultos, lo que pasa es que muchas veces descargamos en ellos unos temores o frustraciones que tenemos nosotros, y lo pagamos con ellos. Los niños nos llevan una ventaja enorme. Ellos están en sus cosas, en su día a día, y ante cualquier golpe se recuperan en un rato y ya están jugando y socializando. Lo saben hacer mucho mejor que nosotros, así que dejémoslos en paz e incluso aprendamos de ellos.

P. Por último, en su calidad de consejero de Deportes, ¿le preocupa más que los niños coman mucha bollería industrial o que su ocio lo pasen frente a la consola?

R. Los hábitos de nuestros niños han cambiado respecto a los nuestros. Si yo fuera niño hoy, también estaría conectado jugando a la videoconsola. Eso supone que hacen menos horas de actividad física porque están más ante la pantalla. Por eso, tenemos que dar respuesta a esta realidad mediante el sistema educativo, como hemos hecho en Andalucía, aumentando las horas de Educación Física en Primaria y Secundaria para equilibrar. También sería conveniente el compromiso de las familias en esta línea. Por ejemplo, los niños, a partir de determinada edad, pueden ir andando al colegio, evitando llevarlos en coche y dejarlos en la puerta del centro en segunda fila y montando un gran atasco continuo. No les viene mal ir andando con sus compañeros, socializando más allá de las aulas.

Javier Imbroda cumplirá 61 años el 8 de enero y es consejero de Educación y Deporte de la Junta de Andalucía desde hace tres años, cuando Albert Rivera le convenció para que diera el salto a la política. Nació en Melilla, aunque su vida está vinculada a Málaga. Este maestro de vocación (se forjó en los Maristas) y de profesión (es doctor en Ciencias de la Educación) mantiene hoy la misma ilusión por "cambiar las cosas" que el primer día que entró en su despacho hace 36 meses, a pesar de que en este tiempo le ha tocado gestionar la pandemia en los colegios andaluces, conocer las miserias de la política con la descomposición de Ciudadanos y mantener su lucha personal contra un cáncer de próstata que le fue diagnosticado hace cinco años.

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