Ocho candidatos contra Marín y el rival más fuerte, expulsado en las primarias de Cs

Empiezan fuerte las primarias andaluzas de Cs. Serán finalmente ocho los rivales frente al vicepresidente andaluz, coordinador de Ciudadanos en Andalucía y candidato del aparato, Juan Marín. La tensión se dispara, además, después de que la comisión de garantías decidiera expulsar como candidato a uno de los rivales más fuertes, Fran Carrillo, por "no encontrarse al corriente de sus obligaciones como afiliado y, en particular, de las económicas en lo relativo a la contribución económica a la que se refiere el artículo 106.2 e) de los estatutos". Así reza en un documento oficial al que ha tenido acceso El Confidencial. Se refiere a la donación, supuestamente voluntaria, que los cargos públicos deben hacer al partido. Carrillo denunció "chantaje y extorsión" para que no se presente. Según su versión, él está al día de sus cuotas como militante y de esa donación fue exonerado tras ser retirado como senador por la comunidad autónoma. El diputado andaluz anunció que va a recurrir la decisión y a denunciar esa maniobra.

Las primarias se caldean. Se convocaron en pleno puente y, con un calendario exprés, se cierran el martes, pero nada ha impedido que haya un total de ocho candidatos frente a Marín en un momento en el que el partido se juega casi su supervivencia en las futuras elecciones andaluzas. Una eventual derrota del líder autonómico, que nadie prevé en su equipo ni en la dirección nacional de Cs, dejaría, además, tocada de muerte la coalición en el Gobierno andaluz con el PP. Si su vicepresidente no gana, las elecciones andaluzas tendrían que adelantarse porque el grupo parlamentario de los naranjas está roto. Hay mucho en juego, sería una sorpresa esa derrota, pero hay nervios por todas las lecturas que tienen estas primarias.

Anunciaron que se presentaban frente al candidato oficial, el diputado Fran Carrillo, la líder de la corriente Renovadores, Carmen Almagro y una tercera aspirante, Elena Bago, que ya optó también en 2018. La carrera ha comenzado con quejas por la premura de los tiempos, porque el proceso se haya convocado para beneficiar a Marín, a su medida, dicen, y con una denuncia sobre la ocultación del censo de los militantes que podrán votar. Finalmente, han sido proclamados nueve candidatos: Adolfo Gros, Antonio Pozo, Carmen Almagro, Elena Bago, Jesús Ángel Martín, Juan Marín, Mariano Díaz, Paula López y Rosario Ortega.

Ese ‘censo fantasma’, que la dirección nacional guarda bajo llave y que el mismo Marín dijo desconocer, en una entrevista en Canal Sur Radio, se oculta, explicaron desde el partido, para cumplir la ley de protección de datos. En realidad, los estatutos señalan que cada aspirante podrá tener conocimiento de los militantes con derecho a voto por provincias una vez que sean proclamados oficialmente. En el anterior proceso, los números sí se conocieron. En 2018, Cs informó de que en Andalucía había 5.697 afiliados, de los que 3.608 reunían más de seis meses de antigüedad y 3.337 estaban al día de las cuotas, ambos requisitos imprescindibles para poder votar. Sin embargo, hubo un importante pinchazo en la participación. Solo el 55% ejerció su derecho, con 1.245 votos para Marín y 435 para Bago.

El censo es, además, importante porque ofrecerá una foto fija del momento real que vive Cs. En una entrevista en El Confidencial, Carrillo ya avanzó, hace meses, que la dirección naranja ocultaba el número actual de militantes por la hemorragia que sufría. “Teníamos 6.500 militantes al principio de la legislatura y ahora no son ni 2.000”, comentó el pasado septiembre.

TE PUEDE INTERESAR

"Ciudadanos no tiene futuro con estos liderazgos, se despeña sin que nadie lo evite"

Isabel Morillo. Sevilla Fotografía: Javier Zapata

Carrillo, que se mantuvo en la duda hasta el último minuto, dio un paso adelante después de que el pasado sábado Arrimadas abriera por primera vez la puerta a ir en una lista electoral conjunta con el PP. Una maniobra que el PP, en estos momentos, descarta y que situó a Marín en una posición incómoda justo en la antesala de la convocatoria de las primarias, que se aprobaron dos días más tarde. Si algo reprochan a Marín sus críticos, es haber entregado Cs al PP en Andalucía, acusándolo de no haber sabido defender el fuerte naranja y de permitir que los populares fagocitaran a sus socios de Gobierno. El giro de Arrimadas alimentó aún más esas tesis. Marín, tras el rechazo del PP a esa suma electoral, mantiene que no encabezará ninguna lista que no sea de Cs. La duda ya estaba sembrada y regada por la líder del partido en un mensaje que sus afines admiten que fue errático o, cuando menos, confuso.

Evitar "el sepelio" naranja

La última candidata en dar el paso fue Bago, que ya se enfrentó a Marín en las primarias de 2018 y perdió por goleada. Claro que entonces la situación era muy distinta. En la candidatura del líder de Cs en aquel momento iba Carrillo, que también ahora tiene un discurso muy duro contra el vicepresidente andaluz. Bago envió una carta a los militantes pidiendo el voto con un tono muy duro, acusando a Marín de ser el único responsable de que se asista al “sepelio” de Cs, que, sostiene, “ha ido muriendo en medio del clamoroso silencio” de quienes piden de nuevo el voto de los militantes. Bago denuncia que Cs primero “se dejó engañar” por Susana Díaz y luego apoyó a “un PP desahuciado” que ha crecido a costa de sus socios naranjas. Carrillo pidió volver al "Cs original, el de las esencias", y reclamó debates con el resto de candidatos, antes de saber que había sido expulsado de la carrera.

En la candidatura de Marín, el paso adelante de una nueva rival fue bienvenido porque considera que se dividirá el voto crítico. Pese a que las primarias han sido convocadas desde Madrid, según los candidatos alternativos, “a la medida” de Marín, nadie asegura qué va a pasar. En el equipo del vicepresidente creen que es previsible su victoria, pero, al final, son los militantes lo que emiten su voto y es difícil, admiten, de controlar. Quien fue candidato de Cs en 2015 y de nuevo en 2018 tiene la mayoría de las papeletas para ser, de nuevo, cartel electoral en 2022, pero Marín no solo tiene que ganar, sino hacerlo con una mayoría suficiente como para consolidar su liderazgo en un momento límite para su partido. Muchos entienden que, en Andalucía, Cs se jugará su supervivencia. Tras la debacle en Madrid y la desaparición de la Asamblea, sacar representación en el Parlamento andaluz y seguir teniendo la llave para reeditar un Gobierno con el PP daría a Inés Arrimadas oxígeno suficiente para presentarse con crédito a unas generales. Si Cs desaparece o logra un resultado tan pírrico que se queda fuera del futuro Gobierno, si el partido certifica su irrelevancia, sería también el epitafio nacional. Esa situación, admiten fuentes del partido, sería “casi imposible de remontar”.

Un partido roto

Las primarias se convocaron el pasado martes y se votará los próximos lunes 13 y martes 14. Los candidatos no requieren avales, pero sí cumplir unos requisitos mínimos, como estar al día del pago de las cuotas. Todos los aspirantes cumplen las condiciones, a falta de confirmación oficial del comité de garantías, aunque sus contrarios denunciaron que el diputado por Córdoba Fran Carrillo es “uno de los pocos cargos públicos del partido que nunca han cumplido con la cuota o donación al partido, cediendo una parte de su sueldo para la financiación de Cs”. Una aportación que es absolutamente voluntaria.

Carrillo fue cesado como portavoz adjunto en el Parlamento andaluz con los cambios ejecutados por Marín el pasado verano. Sus críticas al liderazgo del vicepresidente han sido públicas desde entonces. El liderazgo de Marín en Andalucía siempre ha tenido rivales internos. El más fuerte el de la consejera de Igualdad, Rocío Ruiz, que finalmente no concurrirá a las primarias, como le ha pedido Arrimadas para preservar la unidad del partido. El principal contrapeso de Marín era el del exsecretario de Organización, Fran Hervías, que saltó al PP y ahora se sienta con despacho en Génova. Un fichaje que desestabilizó al Gobierno andaluz de PP y Cs, contra el que trataron de blindarse en Andalucía firmando un pacto para evitar fugas o saltos del partido naranja a las filas populares. Hervías era 'padre' político de un número importante de cargos de Cs en Andalucía. Muchos siguen respondiendo a sus llamadas y le piden opinión sobre sus pasos.

Marín se hizo con el respaldo de Arrimadas tras la debacle electoral de Madrid, cuando la dirección nacional, que hasta entonces había sido muy fría con el vicepresidente andaluz, le dio luz verde para cesar a responsables del partido y nombrar a gente de su confianza. Esos últimos movimientos internos echaron más sal sobre las heridas abiertas durante ya años. Los cambios en el verano en el grupo parlamentario certificaron una ruptura casi total, con nueve de los 21 diputados abiertamente en contra de Marín. Ya no disimulan. El episodio más claro fue la filtración de unos audios en los que el vicepresidente andaluz, en una reunión interna de su grupo, dejaba claro que no había ningún interés en pactar unos nuevos presupuestos para Andalucía. Alguien grabó y filtró. Marín acusó a Génova y a Hervías, pero lo cierto es que alguien de su propio grupo lo había traicionado.

Las últimas tensiones se han vivido con la oferta de Arrimadas al PP para ir en una lista conjunta que Génova, que ya pasó esa fase y ahora está en una fusión por absorción, rechazó al día siguiente. En el PP andaluz guardaban silencio y eso dio pie de nuevo a Marín para decir que aquí sí estaban de acuerdo. En realidad, no hay discrepancias en la dirección de Pablo Casado y la de Juan Manuel Moreno sobre este asunto. Ninguno de los dos lo ven posible tras el portazo en su día de Arrimadas a España Suma y en un momento en el que las encuestas dicen que el PP multiplica por muchísima diferencia los escaños que obtendría en unas elecciones frente a un Cs que ve como un triunfo sobrevivir. En el PP andaluz ya hay muchos que dicen estar cansados de que Marín "hable por boca del presidente".