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Moreno coge las banderas del PSOE clásico: de González al andalucismo militante
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ESTRATEGIA DEL PP EN ANDALUCÍA

Moreno coge las banderas del PSOE clásico: de González al andalucismo militante

El PP lleva tiempo lanzando guiños en Andalucía al votante socialista desencantado y calcula que solo pescando en ese caladero alcanzará la mayoría necesaria para no abrazar a Vox

Foto: El presidente de Andalucía, Juanma Moreno. (EFE/Ángeles Ródenas)
El presidente de Andalucía, Juanma Moreno. (EFE/Ángeles Ródenas)

“¿Qué es el cambio? ". "El cambio es que España funcione". La pregunta la lanzó Pepe Oneto a Felipe González cuando le interrogó sobre qué significaba el lema de la campaña, 'Por el cambio', que en 1982 le llevó a la mayoría absoluta. “¿Dónde está el cambio? ¿Qué les distingue a ustedes del PSOE?". "El cambio está en que Andalucía funcione. Ese es el gran cambio". La pregunta la hicieron los periodistas Juanma Lamet y Teresa López Pavón en ‘El Mundo’ a Juanma Moreno este fin de semana. El consultor y analista político Ignacio Varela vio rápido la coincidencia.

No fue casualidad. Ni es la primera vez. En octubre de 2018, en la última campaña electoral, Moreno emuló la ‘foto de la tortilla’ que se hicieron en un pinar sevillano los jóvenes socialistas que acabaron por gobernar España y Andalucía. El líder del PP andaluz ya se postuló entonces para recuperar ese espíritu del PSOE de Felipe González que asumió que Pedro Sánchez había traicionado. La estrategia ya estaba en marcha.

Los populares habían comprendido que para ganar en la comunidad tenían que conquistar parte del voto socialista desencantado. Moreno quiere pescar en el caladero de los 400.000 andaluces que se quedaron en la abstención en las últimas autonómicas o que ahora rechazan la alianza de Pedro Sánchez con Unidas Podemos y los pactos cerrados con los independentistas catalanes o Bildu. El presidente de la Junta se ha puesto el traje de hombre moderado, de diálogo, andalucista, que defiende los intereses de la región por encima de las siglas del PP. De hecho, Moreno ha consolidado un liderazgo que sobrevuela la marca del charrán. Abraza sin complejos las banderas que en otros tiempos hicieron del PSOE un partido hegemónico en la comunidad.

Foto: Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía. (EFE)

El barón andaluz ha trabajado a conciencia la proyección de su liderazgo público desde que alcanzó la presidencia. Su valoración ha mejorado mucho. Su imagen no asusta a los votantes, se ha consolidado. El PP no aspira ahora solo a reeditar el Gobierno de la Junta sino que quiere ganar en la comunidad. En estos momentos, cuenta con 26 diputados, uno de los peores resultados de su historia en el Parlamento regional. Sería una victoria simbólica que además tendría importantes consecuencias para la formación conservadora en unas generales.

Pero ¿es posible para el PP captar parte de ese voto socialista en Andalucía? Las respuestas a esta cuestión son diversas. Los sondeos dicen que los populares van a ganar en la comunidad, aunque no les dan mayoría absoluta. El último barómetro del Centro de Estudios Andaluces, dependiente de la Consejería de Presidencia y realizado a partir de 3.600 entrevistas la segunda quincena de septiembre, señala que los de Casado se impondrían por el 38,3% de los votos y una ventaja de 15,2 puntos sobre el PSOE. Necesitarían a Cs o Vox para gobernar. Ese porcentaje supondría aumentar en casi 20 puntos lo que obtuvieron en las últimas elecciones (20,75%).

Foto: El presidente de la Junta, Juanma Moreno. (EFE)

El catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad de Granada Juan Montabes recuerda que fue precisamente en las elecciones de 1982 la única vez en España en que un partido político logró pasar del 30% de los votos al 50,7%. Aumentar 20 puntos. Es lo que refleja el barómetro y la estrategia en la que está el PP andaluz. Moreno quiere emular en Andalucía la gesta que logró González en el conjunto del país.

“A Juanma Moreno se lo ponen fácil. La coyuntura le beneficia, todos los presidentes autonómicos salen reforzados de la gestión de la pandemia en sus elecciones, en el contexto del covid hay una pulsión conservadora que refuerza a quienes están en los gobiernos autonómicos”, sostiene el politólogo y profesor en la Universidad Carlos III de Madrid Pablo Simón. Ocurrió con Isabel Díaz Ayuso en Madrid, Alberto Núñez Feijóo en Galicia o Iñigo Urkullu en el País Vasco, y las encuestas dicen que es lo que volverá a pasar con Moreno en Andalucía. “Las comunidades han salido beneficiadas en el reparto de culpas en la gestión de la pandemia, el Gobierno de la nación se lleva lo peor de lo malo y los autonómicos lo mejor de lo bueno. Tiene sentido que el PP en Andalucía se convierta en el más votado, lo que no se sabe es si podrá crecer tanto como para no necesitar a Vox”, advierte Simón.

La idea del 'partido país'

“Un ‘partido país’, que yo lo llamo, fue el PSOE en Andalucía, y un partido que ha sido hegemónico tanto tiempo en su tierra lo pasa mal cuando pasa a la oposición. Es lo que quiere conseguir ahora Moreno y ocurre cuando se fusionan partido, institución y región, cuando el partido se identifica como el que defiende los intereses de tu región por encima de las siglas. Por eso Feijóo se lleva uno de cada tres votos nacionalistas, Urkullu consigue votantes que se sienten tan españoles como vascos y Ayuso logró llevarse votos del PSOE. En ese juego ha entrado Moreno y ha conseguido que la gente vaya a ir a votarle porque no asusta”, añade Simón.

Una parte del voto que ya salió del PSOE se fue a Cs y ahora va a saltar de Cs al PP

“El PP sabe que para percutir en las bases socialistas tiene que buscar elementos que no sean divisorios entre derecha e izquierda, y por eso hablan de buena gestión, del cambio, confrontan con el Gobierno de Pedro Sánchez pero se sientan con Ximo Puig para la financiación. Creo que el principal objetivo de Moreno ha sido coger la bandera del andalucismo, y lo ha hecho con éxito”, remarca el politólogo.

Foto: Bomberos forestales, protestando este miércoles ante el Parlamento andaluz. (EFE)

Simón ve posible ese trasvase de votos del PSOE al PP. “Creo que ha ocurrido en dos pasos. Una parte del voto que ya salió del PSOE se fue a Cs y ahora va a saltar de Cs al PP. Es más fácil, porque parece una evolución natural, menos traumática. Además, Cs en Andalucía pactó con PSOE en 2015 y con PP en 2018, refrendando aún más esa idea”, sostiene. “Moreno juega un papel parecido al de Monago en Extremadura, al que se le llamó el barón rojo, gobernó con la abstención de IU e hizo una campaña en la que supo identificarse con el electorado por encima de las siglas; el PP sabe ajustarse al electorado allí donde opera, es un partido heterogéneo”, concluye Simón.

Conquistar el voto enemigo

Para Ana Salazar, politóloga y directora de la consultora Idus 3, ese trasvase no es tan fácil. “Es mucho más factible que ese voto socialista se quede en la abstención que pase al PP. Cambiar de partido haciéndolo al enemigo político, al rival, es algo así como reconocer que durante muchos años en que votaste PSOE te estuviste equivocando. Es demasiado frustrante”, sostiene Salazar, que cree además que la mayor parte de los electores de Cs vinieron del PP y volverán a este partido de forma natural tras el derrumbe de los naranjas.

Foto: Juan Espadas. (EFE/Daniel Pérez)

Moreno tiene enfrente a otro moderado como candidato del PSOE, Juan Espadas. Son dos perfiles parecidos, pero para Salazar hay “profundas diferencias” en cuanto al posicionamiento ideológico. “Cuando se habla de Moreno como un moderado, un hombre de consenso, sosegado, se habla de su carácter, de su forma de ser, cae bien, es buena gente, pero eso no mide su posicionamiento ideológico”, insiste la consultora, recordando que el PP accedió al Gobierno pactando por primera vez en España con la extrema derecha de Vox. “Sí es cierto que el PP ha tumbado en estos años de gobierno esa idea de que la derecha venía a desmantelarlo todo. La Junta en gran medida está funcionando con inercia y eso hace que el miedo a votar a la derecha desaparezca”, admite Salazar.

La volatilidad del voto

El catedrático Montabes cree que la volatilidad ha caracterizado los últimos procesos electorales en España y que esa incertidumbre seguirá en las andaluzas. “En los últimos ocho o 10 años, hemos comprobado que un tercio del electorado decide su voto en los últimos 15 días, durante la campaña, y que un tercio de ese tercio, entre el 10 y el 15%, decide su voto el último día”, subraya. “El anclaje ideológico, la fidelidad del voto que existía en otros tiempos, ha desaparecido y esas oscilaciones son lo que hace que ahora mismo convocar elecciones, digan lo que digan las encuestas, genere una gran incertidumbre”, apunta el politólogo granadino.

Foto: El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. (EFE)

Para Ángel Valencia, catedrático de Ciencia Política de la Universidad de Málaga, “Andalucía ha tenido tradicionalmente un voto asentado muy importante para el PSOE, pero eso comenzó a cambiar hace mucho”. “Desde hace muchos años, las victorias socialistas se circunscribían más al medio rural, a los pequeños y medianos municipios, y el PP comenzó a ganar el voto urbano, en las capitales o las ciudades emergentes del litoral”, recuerda Valencia, “ese eje tradicional, desde la Transición, de que el voto progresista estaba en las ciudades se rompió hace ya mucho en Andalucía”.

"Si en Madrid se ha radicalizado el discurso del PP, más apegado a Vox, en Andalucía, Moreno representa un distanciamiento"

“Si en Madrid se ha producido una radicalización del discurso del PP, más apegado a Vox, en Andalucía, Moreno, sin embargo, representa un distanciamiento de ese discurso de derechas más radical y tiene un discurso más centrista. Ha preferido adoptar una imagen de hombre que se lleva bien con todo el mundo, con [Pablo] Casado, con [Isabel Díaz] Ayuso, pero mantiene una posición distinta. Él insiste en esa idea de que es un hombre de modales suaves, que no convoca elecciones porque antepone los intereses de los andaluces a los de su partido, que pide ayuda para aprobar los presupuestos más sociales de la historia, unas cuentas sin ideología, repiten. Salvando todas las distancias, una especie de ‘macronismo’, que presumía que no era de izquierdas ni de derechas sino que velaba por los intereses de la gente”, considera el catedrático de la Universidad de Málaga.

Lo interesante del panorama electoral es saber qué va a pasar de aquí a la celebración de los comicios, que tocarían en noviembre pero podrían anticiparse a la primavera. Si el líder del PSOE andaluz, Juan Espadas, va a ser capaz de recuperar terreno con un perfil de centrista moderado, de hombre que también opta por el diálogo, muy parecido al de Moreno. Valencia considera que “no hay que minusvalorar la capacidad del líder de la oposición”. “También habrá que ver si Cs se descompone del todo o no. Lo que está claro es que cuanto antes sean las elecciones, menos margen tendrá el PSOE para recomponerse y será mejor para Cs, porque se dejará de ahondar en esa sensación de irrelevancia política que se agrava conforme pasa el tiempo. Lo que debe preocupar a Moreno es que posiblemente no tendrá mayoría absoluta y va a tener que pactar con un Vox insurgente, levantisco, por lo que la siguiente legislatura para él sería mucho más incómoda”, concluye Valencia. De ahí que Moreno quiera conseguir la gesta de González, pero desde 1982 han pasado ya 40 años y las coordenadas políticas en España son muy diferentes.

“¿Qué es el cambio? ". "El cambio es que España funcione". La pregunta la lanzó Pepe Oneto a Felipe González cuando le interrogó sobre qué significaba el lema de la campaña, 'Por el cambio', que en 1982 le llevó a la mayoría absoluta. “¿Dónde está el cambio? ¿Qué les distingue a ustedes del PSOE?". "El cambio está en que Andalucía funcione. Ese es el gran cambio". La pregunta la hicieron los periodistas Juanma Lamet y Teresa López Pavón en ‘El Mundo’ a Juanma Moreno este fin de semana. El consultor y analista político Ignacio Varela vio rápido la coincidencia.

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