Espadas perfila el nuevo PSOE andaluz con un estreno difícil: sí o no a pactar con el PP
Los socialistas andaluces afrontan un congreso de reconstrucción, con una dirección que busca la unidad y su papel en la oposición tres años después de perder la Junta
El PSOE andaluz afronta este fin de semana en Torremolinos (Málaga) su 14º congreso con una misión muy difícil: la reconstrucción de un partido que después de casi cuatro décadas en el Gobierno no acaba de encontrar su lugar en la oposición. Juan Espadas, que se proclamó a finales de julio, tras vencer en primarias a Susana Díaz, secretario general de los socialistas andaluces, tiene el reto de conseguir que se entierren las batallas internas y reforzar un liderazgo que validó en las urnas con el apoyo del 55% de los militantes. Sobre la mesa tiene una primera gran decisión política: sí o no a un pacto de Presupuestos con el PP.
Los socialistas no quieren que su congreso se contamine con la negociación presupuestaria, aseguran que este asunto no toca en el cónclave regional, pero la agenda política manda. El Gobierno andaluz envió esta semana al Parlamento su proyecto de Ley de Presupuestos, el 18 de noviembre se agota el plazo para que los partidos de la oposición registren sus enmiendas a la totalidad. Unidas Podemos y Vox lo harán, el PSOE aún no lo ha confirmado, pero aseguran que la registrarán “si nada cambia”. Una semana después se celebrará el debate clave donde se sabrá si las cuentas de 2022 salen adelante o se activará una prórroga automática (24 y 25 de noviembre). Un escenario que acercará las elecciones andaluzas que tocan en noviembre y podrían adelantarse a primavera, por más que el Gobierno trate de desvincular presupuestos y elecciones.
El congreso de los socialistas se celebra por tanto en el tiempo de descuento para decidir sobre un pacto con el PP que puede dar más tiempo a Espadas, un desconocido para parte del electorado andaluz, antes de enfrentarse a unas elecciones. En las bases socialistas, explicar que se va a dar oxígeno a un Gobierno del PP y Cs, que ha pactado los tres anteriores presupuestos con Vox, no es nada fácil. Espadas necesita salir fuerte del congreso para tomar decisiones y tener manos libres incluso para pactar lo más complicado.
El equipo que lo acompañará en esta nueva etapa ya está perfilado. No habrá sorpresas ni eternas negociaciones de última hora para conocer la ejecutiva regional. La portavoz parlamentaria, Ángeles Férriz, una de los principales activos del PSOE de Jaén, se aupará a la Vicesecretaría General. Es la número dos del partido. La Secretaría de Organización la ocupará Noel López, alcalde de Maracena (Granada), en un claro avance del poder granadino, que fue clave para la victoria de Espadas, en el organigrama andaluz. La presidencia la ocupará el histórico Manuel Pezzi, que fue consejero de Educación en el Gobierno de Manuel Chaves, una pasarela directa con un pasado difícil de gestionar por las sombras del caso ERE. A la ejecutiva regional se incorporarán los actuales secretarios generales de Sevilla, Cádiz, Córdoba y Málaga, lo que permitirá la renovación sin conflicto en sus congresos provinciales con candidaturas de unidad que acaben con el susanismo. En Jaén, Almería y Granada no habrá relevos. En Huelva hay una gestora.
Este equipo deberá lanzarse a recuperar el Gobierno andaluz, sacar de la abstención a los 400.000 socialistas que se quedaron en casa en las últimas autonómicas, y las encuestas dicen que en el próximo asalto volverá a editarse un pacto de las derechas que consolidará a Juan Manuel Moreno (PP) en el Gobierno. Los pronósticos no son buenos. El PSOE afronta por primera vez un congreso en la oposición, sin las facilidades que da el poder y la manga ancha para repartir cargos en los gobiernos. Tras una renovación generacional fallida con Susana Díaz que fue más cosmética que un revulsivo cierto para el partido. Con la herencia de un pasado con claroscuros al que el PSOE andaluz no mira de frente, rehuyendo hacer autocrítica de los errores e incapacitado por tanto para celebrar aciertos.
El momento, además, es raro porque el PSOE andaluz siempre ha vivido en perfecta sintonía con la dirección federal y el modelo del pacto de coalición de Pedro Sánchez con Unidas Podemos y los nacionalistas e independentistas no se comprende en una parte de la militancia andaluza o genera ciertas suspicacias. El partido tiene que sentarse en el diván y reflexionar, y no lo tiene nada fácil.
Un estilo pactista
Ya en su campaña de las primarias, el también alcalde de Sevilla anunció un nuevo estilo de oposición, pactista, constructiva, un giro en el papel que hasta ahora había jugado el PSOE de Andalucía en los bancos de la oposición, sin demasiado éxito y condenado a ser un secundario sin gancho. Una estrategia "disruptiva", defendió el equipo de Espadas, que tendió la mano al PP para romper el guion político nacional e intentar otra forma de hacer política.
Es la marca de Espadas como alcalde de Sevilla, cargo al que llegó en 2015 y que, una vez que acabe el congreso socialista, deberá despejar cuando deje. Como regidor de la capital de Andalucía ha pactado sus presupuestos a izquierda y derecha, con una política de moderación y mano tendida a toda la oposición muy similar a la que defiende Moreno en la presidencia de la Junta. Un estilo que aseguró quería llevar a la política andaluza y que estrenó con una oferta para sacar adelante uno de los proyectos estrella del Gobierno de PP y Cs que Vox dejó caer, la ley del suelo. Después, vino la mano tendida para aprobar el presupuesto de 2022.
A diferencia de lo ocurrido con la ley del suelo, donde los socialistas aseguran que sí ha existido una negociación de verdad, con 10 reuniones, discusiones concretas, intercambios de papeles..., el PSOE sostiene con rotundidad que el Gobierno de PP y Cs “no ha querido negociar nada” sobre los Presupuestos. Justo lo contrario que dicen desde las filas de Moreno, que indican que el presidente andaluz ha dado orden de agotar todos los márgenes para alcanzar un acuerdo porque necesita las cuentas y no quiere ir a elecciones anticipadas. En ese peloteo de culpas, sin que el PSOE quiera dar por cerrada la negociación para que nadie pueda acusarles de no haber querido pactar, llega Espadas a un congreso vital para el futuro inmediato del partido.
De rondón, quien fue también candidato en primarias, Luis Ángel Hierro ha incorporado una enmienda que pide debatir cualquier pacto con los partidos del Gobierno andaluz, reclamando que las bases voten y se pronuncien sobre esa posible alianza con el PP. Pese a todas las dificultades, Espadas ha defendido que su voluntad de llegar a un acuerdo era real. Incluso en el Gabinete del presidente de la Junta creen que él si quiere y que Ferraz no le deja. Es otro de los retos que tiene el todavía alcalde de Sevilla, afianzarse como un dirigente regional con manos libres frente a Pedro Sánchez. Su candidatura fue impulsada por la dirección federal para desbancar a Díaz. Esa tutela siempre ha sobrevolado sobre su liderazgo andaluz.
La tutela de Ferraz
Es el fantasma, además, que agita el PP para presionar por un acuerdo, cuando sostiene que Ferraz ha prohibido a Espadas cerrar un acuerdo. A esa impresión ayuda el hecho de que miembros de la ejecutiva federal, como el vicepresidente del Congreso Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, entonen el discurso más duro contra la posibilidad de un acuerdo. Lo cierto es que a Sánchez, según la dirección federal, sí le convendría ese pacto con el PP, más incluso que a Pablo Casado, que tendría delante un espejo complicado al que mirarse.
Espadas insiste en dejar puertas abiertas a una abstención del PSOE que bastaría para que las cuentas salieran adelante. Pero los socialistas no pueden permitirse este giro político gratis, sin nada a cambio, y el PP no facilita banderas para sumar al principal partido de la oposición al pacto. La no renovación de 8.000 sanitarios o el aumento del fondo para los ayuntamientos podrían ser las perchas.
El PSOE andaluz afronta este fin de semana en Torremolinos (Málaga) su 14º congreso con una misión muy difícil: la reconstrucción de un partido que después de casi cuatro décadas en el Gobierno no acaba de encontrar su lugar en la oposición. Juan Espadas, que se proclamó a finales de julio, tras vencer en primarias a Susana Díaz, secretario general de los socialistas andaluces, tiene el reto de conseguir que se entierren las batallas internas y reforzar un liderazgo que validó en las urnas con el apoyo del 55% de los militantes. Sobre la mesa tiene una primera gran decisión política: sí o no a un pacto de Presupuestos con el PP.