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El 'Pasapalabra' del narco: curso acelerado para entender a un traficante de Cádiz
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El 'Narcodiccionario': de la A a la Z

El 'Pasapalabra' del narco: curso acelerado para entender a un traficante de Cádiz

Alrededor de la actividad del narcotráfico en el Campo de Gibraltar crece una cultura y estética 'kitsch' que trasciende la moda y coloniza el lenguaje hasta crear su particular jerga

Foto: Ilustración: Irene de Pablo.
Ilustración: Irene de Pablo.

El tráfico de drogas y el contrabando llevan tanto tiempo arraigados en el Campo de Gibraltar que se han convertido en algo cotidiano, habitual, normal. Incorporado a su idiosincrasia por una parte de la población, que no ha dudado en 'legalizarlo' como medio de vida, se ha construido alrededor de esta actividad criminal una cultura y estética 'kitsch' que trasciende la moda y coloniza el lenguaje. Porque, como si fueran académicos, los traficantes y sus acólitos han ido creando su particular jerga. Un ‘narcovocabulario’ en constante evolución y crecimiento surgido, en muchas ocasiones, de la necesidad de engañar a los investigadores que interceptan sus comunicaciones y que se ha ido replicando y adaptando según los tiempos.

Miguel Ángel Ramos, secretario de Comunicación de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) de Cádiz, ha ido recopilando muchos de estos términos y expresiones y asegura a El Confidencial que “nunca deja de sorprenderle la capacidad de reinvención” de estos delincuentes. “Se da la circunstancia de que algunas de estas expresiones están extendidas por toda la comarca, pero unas se emplean en lugares concretos, como la zona de La Janda, y hay otras que son exclusivas de determinadas ‘collas’ —bandas—”, señala este agente, que explica que hay grupos que emplean su propio argot o código para sortear las investigaciones y evitar los ‘vuelcos’ —robos de droga— de otras redes.

El ‘narcovocabulario’ está en una permanente evolución y crecimiento

Este singular diccionario, que han ido engrosando las interminables horas de escuchas telefónicas y las confesiones de los implicados, acoge términos provenientes tanto del contrabando de tabaco como de su posterior mutación: el tráfico de drogas. Relacionadas con la primera de las actividades hay un glosario con el que se identifican roles, métodos o medios empleados.

'Vallero' —el que lanza o pasa cajas de tabaco por la verja que separa Gibraltar de La Línea— es uno de los que se incluirían en el primer grupo, como 'pailo' —piloto de lancha de origen ‘llanito’ centrado en esta actividad— o 'buzo' —quien introduce cajas de tabaco por el mar ataviado con un neopreno—. El 'corredor', 'correcaminos' o 'correcajas' es el que portea la mercancía a la carrera.

La 'gomita' es la embarcación tipo zódiac que suelen utilizar los contrabandistas, mientras que la 'rana' es la manera con la que denominan a una particular forma de apilar las cajas que obliga a que uno de ellos vaya encima dando instrucciones al que maneja el motor. El 'rojo' es como denominan al tabaco de la marca Legend, el más consumido por su bajo coste.

Foto: Concentración en recuerdo del agente del SVA fallecido en acto de servicio, la tarde de este jueves en Algeciras. (AUGC)

'Orillear', por su parte, es una delicada maniobra para aproximarse a la costa y descargar el alijo evitando la acción de las patrulleras, que no pueden seguir a la lancha porque podrían encallar. Este 'modus operandi' es compartido también por los traficantes de hachís y cocaína, auténticos protagonistas de este singular 'narcodiccionario' en el que destaca la figura del 'gayumbero'.

“Es la forma que tienen algunos de definir al narco con mayúsculas”, señala Ramos, que explica que cada miembro de la tripulación de una 'goma' es denominado de una forma distinta según sea su función. “Está el 'testigo', que es el tipo de la organización de origen magrebí que suministra la droga y ejerce de notario de la operación para evitar engaños; y el 'gepero', que es el que está a cargo del GPS”.

Donde hay una gran variedad de alternativas es en la forma de referirse a los 'puntos': los jóvenes que vigilan y alertan de la presencia de las fuerzas de seguridad. El 'scootero', como se puede deducir, es el que suele desplazarse en un ciclomotor, al igual que el 'volaor'; mientras que el 'tonto' es el que permanece horas y horas en un lugar fijo, conectado con un teléfono y manos libres.

Foto: Una muestra del alijo de 'coca en polvo' que se incautó en San Pedro Alcántara. (Policía Nacional)

El secretario de Comunicación de la AUGC de Cádiz recuerda que, una vez, vigilando a uno de estos últimos que se encontraba en una playa, “aluciné” cuando “vi llegar a un repartidor de comida que le entregó una 'pizza”.

Mejor no ser un 'petete'

La 'industria' auxiliar del 'petaqueo' —suministrar combustible a las embarcaciones en alta mar— está cobrando gran protagonismo en los últimos tiempos por los intentos de los sindicatos policiales y las asociaciones de la Guardia Civil de que deje de estar sancionada administrativamente y pase a ser un delito, como ocurre en Gibraltar, y por ser un foco de atracción para aquellos que quieren ganar un dinero fácil sin el riesgo de vincularse al narcotráfico puro y duro.

Foto: Parte de la droga incautada en la operación Zurek. (Guardia Civil)

Y, como no podía ser menos, en torno a ella han surgido nuevos términos. Al 'petaquero', se ha unido recientemente el 'pipero', que es el 'busquimano' de las garrafas. “El individuo que recorre la playa para recoger las 'petacas' llenas de gasolina o vacías que trae la marea para posteriormente revenderlas”, detalla la citada fuente, poniendo de relieve la cantidad de elementos que se lucran, directa o indirectamente, de una actividad delictiva.

El submundo del narco tiene nombres singulares hasta para los caídos en desgracia, como el 'muerto' —un repudiado por la organización— o el 'petete' —esa persona que consideran un chivato—.

placeholder Imagen del Servicio Marítimo de la Comandancia de Algeciras (Cádiz) el pasado mes de julio.
Imagen del Servicio Marítimo de la Comandancia de Algeciras (Cádiz) el pasado mes de julio.

Las embarcaciones en las que introducen los alijos y con las que han protagonizado espectaculares persecuciones sobre el agua tienen numerosas dominaciones. 'Portaaviones' o 'porta' son las de gran tamaño “capaces de alcanzar grandes velocidades”. “Hasta 150 kilómetros por hora en mar abierto y con carga”, amplía la citada fuente, que añade que las llamadas 'tres patas' son las que tienen gran capacidad de transporte de droga —“unas tres toneladas”—. 'Gomón' podría ser otro sinónimo de estas.

La 'mora' es la moto acuática y 'mojar al moro' es cuando, en su constante diversificación de la actividad, estos delincuentes deliberadamente arrojan al mar al inmigrante que intentan introducir irregularmente en el país para zafarse de los cuerpos de seguridad.

Algunas de las expresiones surgen de variar palabras árabes o 'llanitas'

Porque muchas de las expresiones que utilizan han surgido de la propia acción, como 'de cañón', que es “cuando está despejada para poder introducir la droga”; 'salitre', que es la forma en la que en algunas 'collas' llaman a los fardos que están húmedos por su contacto con el mar, o hacer el 'superman', que es la manera de definir cómo los porteadores se tiran en plancha al suelo para no ser detectados antes de salir corriendo a por la mercancía.

Foto: Agentes contando con máquinas billetes incautados durante la operación. (EC)

Una de las más curiosas, y que surge de la relación constante de estos delincuentes con los 'llanitos' y sus proveedores marroquíes, es 'juriri juriri'. Esta es una de las maneras que tienen para advertir que hay algún riesgo y que es mejor salir corriendo. “Otra es 'juye juye' —adaptación a la fonética andaluza de '¡huye, huye!'—”, añade Miguel Ángel Ramos.

Las 'arañas' y los 'vampiros'

Hay otros términos que llevan implícita una carga de violencia y que están estrechamente vinculados a las persecuciones y enfrentamientos con los agentes que en la zona del Campo de Gibraltar han provocado más de una muerte. Así, en los grupos de WhatsApp y Telegram de estos delincuentes se han observado términos como 'chapa con chapa' o 'choca choca' para referirse a situaciones en las que un vehículo de los traficantes embiste a un coche policial.

Foto: El helicóptero en el que viajaba el agente del SVA, tras ser rescatado del mar. (EFE)

Porque un capítulo especial merecen la infinidad de formas, casi todas despectivas, que tienen para referirse a los miembros de la Guardia Civil y la Policía Nacional. Evolucionando los clásicos ‘picoleto’ o ‘madero’ y adaptándolos a situaciones concretas. De este modo, está el término 'arañas' para referirse a los agentes que están apostados vigilando o esperando la entrada de un alijo; o uno más recurrente como es el de 'cucaracha'. “Los 'boinas' son los antidisturbios de unidades como los GRS”, mientras que los 'guantá' es como llaman a los efectivos de la Unidad de Intervención Policial (UIP) por su contundencia a la hora de actuar.

Esta creatividad para generar sinónimos la extienden a la hora de referirse a los medios con los que operan los cuerpos de seguridad. Las embarcaciones de la Guardia Civil reciben multitud de nombres según su tamaño, color y modelo: 'heineken', 'cangrejera' o 'Rodman', son algunas de ellas.

Los helicópteros —'pájaros', en el argot policial— también coleccionan varios motes. Desde 'cuco', palabra con la que algunos se refieren específicamente a las aeronaves del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA), pasando por 'gaviota' o 'mosquito', términos con los que denominan a las de menor envergadura.

Foto: Un agente con un perro entrenado inspecciona una de las viviendas registradas. (Guardia Civil)

Los 'vampiros' son aeronaves no tripuladas como los drones, mientras que 'el camión de la basura' es “la forma que tienen de llamar a un vehículo policial todoterreno camuflado que es muy viejo y cuyas características conocen perfectamente”.

La moda narco

La moda es otra generadora de palabras en un contexto donde el chándal ‘brilli brilli’ y la sudadera con capucha combinan perfectamente con unas chanclas de Armani valoradas en 80 euros, como las que Ramos vio días atrás en la playa y por las que dedujo que quien las calzaba “era alguien importante”. Porque en este ambiente, donde la apariencia es casi tan importante como la predisposición para acabar entre rejas, las falsificaciones están a la orden del día y hay que saber diferenciarlas de los productos originales que los narcos “iban a comprar a Puerto Banús”.

En el mundo narco, el chándal ‘brilli brilli’ y la sudadera combinan perfectamente

“La 'gucci' es la riñonera que habitualmente llevan con el tabaco, la cartera, el móvil y sus cosas, mientras que la 'capucha' es la sudadera y el 'omega' es como llaman al reloj”, apunta la citada fuente, que añade que los narcos “han devaluado el valor de todas estas marcas de lujo”.

Miguel Ángel asegura que esta jerga está en constante ebullición y que expresiones que ahora están en boga se convierten en obsoletas a las pocas semanas. Porque, como remarca, no podemos obviar que el cometido principal de este sublenguaje es que no se les entienda. “Es su código para que no los cacemos”.

El tráfico de drogas y el contrabando llevan tanto tiempo arraigados en el Campo de Gibraltar que se han convertido en algo cotidiano, habitual, normal. Incorporado a su idiosincrasia por una parte de la población, que no ha dudado en 'legalizarlo' como medio de vida, se ha construido alrededor de esta actividad criminal una cultura y estética 'kitsch' que trasciende la moda y coloniza el lenguaje. Porque, como si fueran académicos, los traficantes y sus acólitos han ido creando su particular jerga. Un ‘narcovocabulario’ en constante evolución y crecimiento surgido, en muchas ocasiones, de la necesidad de engañar a los investigadores que interceptan sus comunicaciones y que se ha ido replicando y adaptando según los tiempos.

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