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Así puedes acabar en Onlyfans sin saberlo: la plaga del 'clonado' de perfiles se extiende
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Ciberdelincuencia

Así puedes acabar en Onlyfans sin saberlo: la plaga del 'clonado' de perfiles se extiende

La Policía Nacional registra un incremento de denuncias de duplicados. Los delincuentes buscan, fundamentalmente, cuentas de mujeres atractivas para estafar a sus seguidores con falsos contenidos eróticos

Foto: Página de una usuaria en Onlyfans. (EC)
Página de una usuaria en Onlyfans. (EC)

Tras varios días de especulaciones sobre su nuevo modelo de negocio, el portal de Internet Onlyfans anunciaba en las últimas horas que seguiría apostando por su seña de identidad, la clave de su éxito, su marca: permitir la publicación de imágenes eróticas y de sexo explícito como vía de obtención de ingresos. Esta decisión, más que esperable desde el punto de vista empresarial, habrá sido acogida con alegría no solo por los que libremente han decidido monetizar esa parte de su vida, sino también por muchos ciberdelincuentes que han encontrado en este tipo de páginas un ecosistema propicio para desarrollar un fraude que se apoya en la usurpación de identidad y que se extiende: el clonado de perfiles. Una actividad delictiva de la que puede ser víctima cualquier ciudadano con una lista de seguidores en redes sociales que supere los varios miles y que consigue su objetivo final colándose por los resquicios que deja abiertos la escasa "cultura digital" de la población.

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Andrés Román es el responsable de la sección de Ciberdelincuencia de la Comisaría Provincial de Málaga y confirma que se ha producido "un incremento importante de denuncias relacionadas con duplicados de perfiles en las redes" que conllevan la pérdida del control de la "imagen virtual". Un porcentaje de estas acciones no se pueden perseguir penalmente y la reclamación de responsabilidades se circunscribiría al ámbito civil, como puede ser el caso de alguien que abre una cuenta "para fastidiar a otra persona"; pero hay otro, más reducido, que acaba activando la maquinaria policial y judicial. "Son aquellos en los que hay una derivada delictiva, como una campaña de difamación que atenta contra el honor de una persona física o jurídica, o una instrumentalización de la imagen para sugerir contenidos pornográficos con ánimo defraudatorio", precisa el inspector jefe. En estos casos "el único fin es delinquir".

Es en este segundo supuesto donde Onlyfans y portales que replican su exitosa fórmula se han convertido en un escenario donde los ciberdelincuentes operan para cometer un fraude basado en la "ingeniería social". Como si fuese una nueva versión de estafas clásicas como las 'cartas nigerianas' o el 'phishing', que recientemente se ha renovado con la utilización de operadores telefónicos, lanzan un anzuelo con un señuelo en mitad de un banco de víctimas potenciales. ¿Y quiénes son en esta singular tipología delictiva? Los seguidores de un determinado perfil.

Es una revisión de estafas clásicas como las 'cartas nigerianas' o el 'phishing' con el gancho del sexo

Román explica que suelen pertenecer a "personas atractivas, generalmente mujeres, que se promocionan en las redes sociales porque quieren ser modelos, 'influencers' o simplemente tener un escaparate en el que mostrar su imagen". Chicas que publican instantáneas en Facebook o Instagram que acumulan muchos 'likes' y que entran en el radar de individuos dispuestos a robar su imagen para lucrarse. Delincuentes que "pueden operar desde un país africano o un cibercafé de cualquier zona del Este de Europa" y que realizan sesiones de navegación que son auténticas jornadas de caza.

El modus operandi es sencillo. Cuando encuentran un perfil que consideran que se adecúa a sus fines, simplemente lo clonan: abren otro paralelo con un nombre prácticamente similar al original y al que sugerentemente derivan a los seguidores informándoles de que tiene operativa una cuenta en Onlyfans con contenido erótico. Para aumentar el poder de persuasión, no dudan en modificar fotografías de la persona cuya identidad es usurpada con el fin de sexualizarla, como ponerle un antifaz o lencería, e incluyen frases directas como "Te voy a hacer feliz".

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¿Pero cómo consiguen duplicar el perfil original? Pues es fácil. "Cuando la víctima acepta a un seguidor, le está dando acceso a todas sus imágenes y abre la puerta a que se las robe para clonar la cuenta", señala Andrés Román, que en este contexto recuerda la "regla básica" que debemos tener en cuenta cuando interactuamos en la red: "Si lo que vas a subir te da igual que lo vea tu peor enemigo, no hay problema; pero si te importa, no lo hagas. Porque, tarde o temprano, perderás el control sobre ello".

"Aunque el perfil sea cerrado, el usuario debe ser consciente de que en el momento en que aceptamos a un seguidor estamos a su merced", insiste el responsable de la sección de Ciberdelincuencia de la Comisaría Provincial de Málaga, que detalla que esta es una modalidad delictiva que acaba bifurcándose. En primer lugar, tenemos a la víctima cuya imagen es instrumentalizada; y en segundo, la persona estafada que acaba pagando la cuota que le exigen en Onlyfans para ver un supuesto contenido inexistente.

"Si lo que vas a subir te da igual que lo vea tu peor enemigo, no hay problema"

Román reconoce que estos "no suelen denunciar", por eso es difícil calibrar el impacto económico de estos fraudes, pero explica que pueden ser muy lucrativos para el ciberdelincuente: "Pongamos el ejemplo de un perfil con 5.000 seguidores, de los que un 1 por ciento acaba picando y paga un importe de 30 euros para visionar el presunto material erótico. Pues estaríamos hablando de unas ganancias de 1.500 euros —de los que el portal se lleva una parte— con un único perfil. Cuando está 'quemado' salta a otro. Y así sucesivamente".

El inspector jefe señala que, al componente de vergüenza que hace que muchas víctimas no denuncien, se une que son investigaciones que habitualmente tienen un carácter transnacional y esto pesa en su desarrollo, ya que la maquinaria judicial parece entumecida cuando se tratan de cantidades defraudadas tan pequeñas. Además, recuerda el caso de una joven cuya cuenta fue duplicada y que por curiosidad abonó para poder entrar en su supuesto perfil de Onlyfans: "Comprobó que no eran imágenes suyas. Era un video amateur, de lejos, que podría ser cualquier persona".

Foto: Daniela Blume. (Instagram)

El experto considera que es necesario educar a la ciudadanía en 'cultura digital', para que sepamos las consecuencias que tienen los actos que realicemos en la red. "Porque debemos ser conscientes de que cuando descargamos una aplicación gratuita, probablemente estemos cediendo información valiosa o dando acceso a carpetas como los contactos". Y recuerda: "No todo el uso de la imagen de una persona en Internet es un acto delictivo, sí ilícito, pero en un ámbito civil. Solamente aquellas conductas que tengan una derivada delictiva por su gravedad pueden conllevar una investigación y una respuesta penal".

Tras varios días de especulaciones sobre su nuevo modelo de negocio, el portal de Internet Onlyfans anunciaba en las últimas horas que seguiría apostando por su seña de identidad, la clave de su éxito, su marca: permitir la publicación de imágenes eróticas y de sexo explícito como vía de obtención de ingresos. Esta decisión, más que esperable desde el punto de vista empresarial, habrá sido acogida con alegría no solo por los que libremente han decidido monetizar esa parte de su vida, sino también por muchos ciberdelincuentes que han encontrado en este tipo de páginas un ecosistema propicio para desarrollar un fraude que se apoya en la usurpación de identidad y que se extiende: el clonado de perfiles. Una actividad delictiva de la que puede ser víctima cualquier ciudadano con una lista de seguidores en redes sociales que supere los varios miles y que consigue su objetivo final colándose por los resquicios que deja abiertos la escasa "cultura digital" de la población.

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