La venganza incumplida que persigue a 'El Padrino' irlandés

Los guardias civiles llevaban varios días apostados frente a una vivienda del centro de Fuengirola. Estaban seguros de que su objetivo se encontraba dentro, así que había que realizar turnos de vigilancia para cubrir las 24 horas. Muchas 'tronchas' a sus espaldas, por lo que unas cuantas más no supondrían ningún problema. Estaban en los alrededores del inmueble cuando vieron aparecer a un individuo que encajaba con la descripción, pero había que asegurarse para no revelar el dispositivo. Unas rápidas comprobaciones confirmaron las sospechas iniciales. Se aproximaron y, tratando de no ser descubiertos, se pusieron a su altura. Se identificaron como agentes y le explicaron que estaba detenido porque era reclamado por las autoridades de su país. Le pusieron los grilletes, le ayudaron a entrar en el vehículo policial y lo trasladaron hasta la Comandancia de la Guardia Civil de Málaga. Los hechos sucedieron este jueves y el arrestado era Gerry 'El Monje' Hutch.

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Fue un trayecto de poco más de 30 kilómetros junto a uno de los hombres que, supuestamente, se encuentra detrás de la sangrienta guerra de clanes que entre la Costa del Sol e Irlanda ha dejado más de una quincena de muertos. Un atracador que abandonó su retiro en las Islas Canarias para vengar la muerte de su sobrino en Mijas y que tiene un objetivo vital: acabar con la vida de su antiguo amigo Christopher Kinahan, conocido como 'El Padrino' irlandés. Una promesa, de momento, incumplida.

Las autoridades irlandesas buscaban al Monje por su presunta relación con el espectacular asalto armado al hotel Regency de Dublín. Ocurrió en febrero de 2016, durante el pesaje previo al combate de boxeo que debían disputar Jamie Kavanagh, un púgil vinculado al clan Kinahan, y el portugués João Bento. Un grupo de individuos, disfrazados y algunos portando armas de guerra, abrieron fuego sin importarles ser grabados por las cámaras de televisión que grababan el acto. Murió una persona, aunque las fuentes policiales aseguraron en su momento que el objetivo de los proyectiles era Daniel, uno de los hijos del Padrino.

Fue la acción más espectacular de una espiral de violencia que arrancó en el municipio malagueño de Mijas en 2015, cuando Gary Hutch, sobrino del Monje, caía abatido junto a la piscina del complejo en el que residía tras intentar huir de un sicario que lo esperó escondido.

Gerry Hutch y su clan siempre creyeron que detrás del asesino, James Quinn, condenado a 22 años, estaba la mano de los Kinahan y se desató una guerra que fue acumulando muertos. Uno de ellos fue Eddie Hutch, que fue acribillado tres días después del tiroteo del hotel.

Hutch siempre creyó que tras el asesinato de su sobrino en Mijas estaban los Kinahan

La pelea se ha ido librando indistintamente en suelo irlandés como en la Costa del Sol, donde la familia Kinahan llevaba asentada años y donde le asestaron el primer gran golpe policial. Fue con la 'operación Shovel'. Una investigación que estalló en 2010, que puso de relieve el supuesto entramado delictivo del clan y que se ha ido desinflando durante la instrucción hasta quedar reducida a unos cargos residuales.

Mientras los abogados defensores trataban de limpiar la hoja de antecedentes de sus clientes, algunos de ellos y personas de su entorno esquivaban balas en la noche marbellí. Otros tuvieron menos suerte.

La marcha del Padrino a Oriente Medio no calmó los ánimos, pues salir del radar de acción de sus rivales exponía aún más a sus hijos: Daniel y Chirsty Jr. Sobre todo al primero, cuya afición por el boxeo lo situaba en el escaparate constantemente.

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Solo la alarma social que provocaron las presuntas acciones violentas de ambos clanes, y la respuesta policial que derivó, aplacó los ánimos de dos familias irreconciliables que han jurado acabar la una con la otra.

Tras su detención por agentes del Equipo de Huidos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, el Monje espera su comparecencia ante la Audiencia Nacional. En ella deberá decidir si acepta ser extraditado o, en cambio, se niega, lo que probablemente implicaría su ingreso en prisión provisional por su peligrosidad y el evidente riesgo de fuga.

Conocido por su carácter meticuloso, sobrio, casi espartano, probablemente tenga tiempo para pensar cómo saciar su sed de venganza. Mientras, en otra parte del mundo, el que fuera su amigo, probablemente, piense que la distancia no es una garantía de vida.