Acreedores vs. accionistas: ganadores y perdedores de las ofertas para salvar Abengoa
Ambas propuestas coinciden en estimar en 50 millones el valor del 70% de Abenewco 1, la filial operativa, y en condicionar sus ofertas a que la SEPI inyecte 249 millones de euros
El pulso que los accionistas y los acreedores de Abengoa llevan echando desde hace más de un año se ha recrudecido en las últimas semanas hasta plasmarse en dos ofertas que se han presentado esta semana ante la empresa, el administrador concursal y la CNMV y que competirán entre sí por hacerse con el control accionarial y de gestión de Abenewco 1, la filial operativa de la multinacional sevillana.
La oferta presentada por “un grupo de inversores liderados por TerraMar Capital LLC.”, un fondo norteamericano, está avalada por la dirección de Abengoa –controlada por los acreedores–, mientras que la oferta presentada por la familia mexicana Amodeo a través de su grupo Caabsa (que controla OHL), con la participación de EPI Holding, B.V. / Ultramar Energy Ltd., es la que llega de la mano de los accionistas minoritarios, agrupados en la plataforma AbengoaShares.
Ahora tendrá que decidir sobre ambas ofertas el administrador concursal, Guillermo Ramos (Ernst & Young), nombrado hace apenas unos días por el magistrado del Juzgado Mercantil 3 de Sevilla, Miguel Ángel Navarro, ya que la firma ha declarado concurso de acreedores el pasado mes de febrero. Ramos ha sido propuesto por la Comisión Nacional del Mercado de Valores, al tratarse de una empresa cotizada, aunque sus acciones están suspendidas desde el pasado mes de julio.
Ambas ofertas mantienen importantes similitudes –sobre el valor de mercado de la multinacional sevillana y en cuanto a la petición de ayudas públicas a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI)– pero difieren drásticamente sobre el control posterior del accionariado de la empresa.
Con respecto al capital, en ambos casos ofrecen invertir unos 50 millones de euros por hacerse con el 70% de Abenewco 1, la filial operativa a la que se han traspasado los principales activos de Abengoa, lo que da idea de la valoración real de mercado que puede tener en este momento la multinacional sevillana de ingeniería y energías, muy alejada de las cifras multimillonarias barajadas hace unos años.
En concreto, la oferta de TerrraMar, respaldada por los acreedores, consistiría en proporcionar 150 millones de euros en forma de préstamo y 50 millones de euros en forma de aportación de capital a Abenewco 1. El préstamo de 150 millones de euros se dividiría en dos desembolsos, uno inicial de 35 millones de euros que dotaría a Abenewco 1 de liquidez en el corto plazo, y 115 millones de euros adicionales que estarían sujetos a la aprobación de las ayudas públicas. Una vez cumplidas las condiciones precedentes, Abenewco 1 realizaría una ampliación de capital que subscribiría TerraMar por un importe de 50 millones de euros, con el objetivo de llegar a ostentar el 70% del capital social de Abenewco 1.
En el caso de la oferta de Amodeo, apoyada por los accionistas, también coincide en valorar en 50 millones de euros el 70% de Abenewco 1, aunque su entrada se hace de otra forma. En una primera fase, haría una aportación de 35 millones de euros en préstamos garantizados y 15 millones de euros en bonos opcionalmente convertibles –el 50% de ellos serían cubiertos por la Plataforma de Accionistas Abengoashares–. Una vez confirmadas las ayudas públicas, este grupo completaría la aportación con 100 millones de euros en préstamos y 50 millones para ejecutar la ampliación de capital que le otorgaría el 70% de las acciones de Abenewco 1.
Ambas ofertas no solo coinciden en la valoración de la filial de Abengoa, sino también en condicionar su propuesta a que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) invierta 249 millones de euros para el rescate de la compañía. En concreto, se trata de unas ayudas con cargo al Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas, regulado en el Real Decreto-ley 25/2020, de 3 de julio, de medidas urgentes para apoyar la reactivación económica y del empleo. Se trata de la cantidad máxima que la firma puede pedir a esta entidad dependiente del Gobierno sin necesidad de la aprobación de las autoridades europeas.
Precisamente, la pasada semana ha sido nombrada la nueva presidenta de SEPI, Carmen Gualda, persona de confianza de la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, la sevillana María Jesús Montero, que deberá decidir sobre esta petición, que no es la única solicitada al Ejecutivo de Pedro Sánchez, que tiene mucho que decir en este rescate. De hecho, el acuerdo presentado en agosto por Gonzalo Urquijo –ahora sustituido por Juan Pablo López-Bravo– para salvar Abengoa ya recogía ayudas públicas por 550 millones de euros, una inyección de liquidez de 230 millones en créditos bancarios con el aval del ICO, así como 300 millones de euros en avales del CESCE y la conversión de deuda en acciones de la filial Abenewco1.
Ayer mismo, el consejero andaluz, Rogelio Velasco, destacó la "nueva oportunidad" que tiene Abengoa
El plan también incluía un aval de 20 millones por parte de la Junta de Andalucía, que finalmente no se ha concretado, al asegurar el presidente autonómico, Juanma Moreno, que “carece de instrumentos legales” para llevarlo a cabo, si bien la realidad es que tampoco lo ha querido crear en todos estos meses porque PP y Cs, actualmente en San Telmo, han criticado durante años al Gobierno socialista por “enterrar millones” en empresas en crisis. Ambos partidos son ahora rehenes de sus palabras.
Ayer mismo, el consejero andaluz de Transformación Económica, Rogelio Velasco, destacó la "nueva oportunidad" que tiene Abengoa para afrontar el futuro con base en un acuerdo financiero con los bancos que le permita salvar su situación en "el muy corto plazo". El representante autonómico ha señalado que "desde el primer momento, cuando Abengoa manifestó públicamente sus problemas financieros, hemos mantenido contacto y colaboración con la empresa" si bien ha reconocido que "desgraciadamente" la Junta no ha podido aportar fondos por falta de instrumentos legales". "Ahora tienen una nueva oportunidad de afrontar el futuro sobre la base de un acuerdo financiero con los bancos que les permita salvar su situación en el muy corto plazo y que a medio plazo Abengoa pueda remontar el vuelo y volver a ser una empresa rentable, internacional, basada en las nuevas tecnologías y ahí todo nuestro apoyo", ha subrayado Velasco.
El consejero prefirió no decantarse por ninguna de las dos ofertas que dejará a la multinacional en manos de los acreedores o de los accionistas, poniendo fin a esa batalla, en ocasiones soterrada y ahora abierta, que mantienen.
La actual dirección de Abengoa está controlada por los acreedores –liderados por Banco Santander, Caixa, BBVA y el fondo KKR–, que tras las dos reestructuraciones anteriores salvaron a la compañía a cambio de hacerse con la gestión y obligar a la salida de su histórico presidente, Javier Benjumea, con su equipo, para poner en su lugar a Gonzalo Urquijo.
Este último presentó el pasado 6 de agosto un nuevo plan, que pretendía ser el definitivo y que suponía, con esas importantes ayudas públicas y el acuerdo con acreedores y proveedores, la salvación del grupo mediante la liquidación programada de Abengoa, cuya deuda supera los 6.000 millones de euros, a cambio de salvar su actividad traspasándola a la filial Abenewco 1.
Esta operación ha contado con la firme oposición de los accionistas minoritarios de Abengoa, que denunciaban que su participación en la nueva empresa operativa se diluía hasta el 2,7%, lo que consideraban inadmisible. Desde la dirección de la empresa –dominada por los acreedores– han insistido una y otra vez que ese plan acordado en agosto era el único posible para salvar a Abengoa, a la vez que recordaban que, en el caso de liquidación, los accionistas son los últimos en el orden de cobro, ya que los prioritarios por ley son acreedores con garantía hipotecaria, trabajadores, administraciones públicas, proveedores y socios-accionistas. Las acciones tienen también su orden; las sin voto y privilegiadas cobran primero y las ordinarias cobran las últimas.
Con estas dos ofertas presentadas se puede salvar el futuro de Abenewco 1, si bien será difícil que la matriz pueda sobrevivir
Con estas dos ofertas presentadas se puede salvar el futuro de Abenewco 1, si bien será difícil que la matriz pueda sobrevivir a su actual situación. En el caso de la oferta presentada por TerraMar, la compañía seguiría controlada por los acreedores –bancos y fondos de inversión–, con apenas participación de los accionistas de Abengoa; mientras que en el caso de la oferta del grupo Caabsa, 35% del capital quedaría en manos de los inversores mexicanos, un 35% de los actuales accionistas y un 30% de los acreedores.
Paralelamente a esta batalla económica, con sendas ofertas ya sobre la mesa, acreedores y accionistas mantienen también su batalla legal sobre el control de la matriz. La plataforma de accionistas minoritarios, que consiguió en enero forzar la salida de Gonzalo Urquijo y su equipo, había convocado una nueva junta extraordinaria de accionistas para el pasado 4 de marzo con el objetivo de echar también al nuevo presidente, Juan Pablo López-Bravo, para colocar al frente a Clemete Fernández, expresidente de Amper.
Sin embargo, la declaración del concurso de acreedores por parte de la empresa una semana antes motivó que el titular del Juzgado Mercantil 3 de Sevilla decidiera la anulación de esta junta. AbengoaShares recurrió la decisión pero ayer mismo se conoció que el magistrado no ha atendido su demanda, por lo que los votos telemáticos emitidos para esa asamblea no serán tenidos en cuenta una vez que se convoque la próxima junta de accionistas.
El pulso que los accionistas y los acreedores de Abengoa llevan echando desde hace más de un año se ha recrudecido en las últimas semanas hasta plasmarse en dos ofertas que se han presentado esta semana ante la empresa, el administrador concursal y la CNMV y que competirán entre sí por hacerse con el control accionarial y de gestión de Abenewco 1, la filial operativa de la multinacional sevillana.
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