Una pequeña Jamaica en el 'mar de plástico' de El Ejido con casi 65.000 plantas de marihuana

Un símbolo de prohibido sobre el dibujo de una hoja de marihuana y una leyenda en la que se podía leer: "Cultivo de cáñamo industrial. No THC/No Psicoactivo. No apto para consumo humano". Este es el letrero que colgaba de la puerta de entrada de uno de los dos invernaderos de El Ejido (Almería) en los que la Guardia Civil ha encontrado un impresionante alijo de 'maría': 64.800 plantas. Una presunta coartada para desviar la atención y ocultar que el destino real de los cinco cultivos encontrados entre el 'mar de plástico' de la localidad almeriense era supuestamente ilegal.

La intervención, que se ha saldado con la detención de dos personas por delitos contra la salud pública, se llevó a cabo la semana pasada, según ha podido saber este periódico de fuentes cercanas al caso, que han recordado que en este tipo de explotaciones -autorizadas y centradas en la obtención de la fibra de la planta- se debe desechar el cogollo. Esta parte, concretamente, es con la que se trafica en el mercado ilegal.

Las pesquisas se iniciaron después de que los agentes detectaran, durante una inspección para el control del cultivo de cannabis industrial, cinco fincas cuya producción supuestamente no estaba siendo destinada a los fines declarados.

Durante los registros, los guardias civiles almerienses localizaron dos invernaderos, con plantaciones de marihuana en avanzado estado de crecimiento, y otros tres, con las plantas ya cortadas y colgadas del revés en los alambres para su secado.

Finalizadas las inspecciones, los agentes aprehendieron un total de 64.800 unidades de 'maría'. "Este tipo de actuaciones conllevan un gran esfuerzo en el proceso de corte para su destrucción, debido al gran número de plantas que se intervienen", ha señalado el Instituto Armado, que ha hecho hincapié en que el cultivo de cáñamo está permitido si es destinado exclusivamente a objetivos industriales. Es decir: "Aquellos como la producción de fibra o semillas; o, con autorización expresa de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), para se destina a fines científicos, médicos o investigación".

"Cualquier otro uso de los cogollos está considerado un ilícito penal", apuntaron las citadas fuentes, que han agregado que las pesquisas se centran ahora en saber cuál era el destino final de las plantas incautada. Aunque puede ser desde la venta para su consumo, como para la obtención de semillas con un porcentaje de THC más allá del permitido.

La investigación y su posterior fase de explotación se saldó finalmente con la detención de dos personas como presuntas autoras de un supuesto delito contra la salud pública, decretando la autoridad judicial el ingreso en prisión de una de ellas. Las diligencias instruidas fueron entregadas en el juzgado en funciones de Guardia ejidense.