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El último reducto de poder de Arenas es un polvorín: el PP de Sevilla se abre en canal
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CONGRESOS PROVINCIALES

El último reducto de poder de Arenas es un polvorín: el PP de Sevilla se abre en canal

La presidenta provincial, con aval de Génova, se enfrenta a un candidato lanzado por la dirección andaluza. El pulso se lee en clave Moreno y Casado, por más que ambos lo nieguen

Foto: El presidente de honor del PP-A, Javier Arenas. (EFE)
El presidente de honor del PP-A, Javier Arenas. (EFE)

El PP de Sevilla celebrará su congreso provincial el próximo 27 de marzo y será, de nuevo, una guerra civil. Hay dos candidatos. La actual presidenta, Virginia Pérez, con aval de Génova, y el alcalde de Carmona, Juan Ávila, de la mano de la dirección andaluza y Juan Manuel Moreno. El pulso está echado y aunque nadie descarta que llegue un acuerdo de última hora, desde la actual dirección del PP sevillano avisan de que no aceptarán “humillaciones”. La última palabra, como siempre en esta plaza, la tendrá el eterno Javier Arenas, dicen quienes conocen el paño sevillano. "Es una leyenda, está retirado", replican desde hace años sus afines.

Antes, tocan el congreso de Málaga, el próximo domingo, o el de Granada, el sábado. Con estos, no hubo problemas ni excusas con la pandemia. Elías Bendodo, cada vez más poderoso y con dispensa de Génova para compatibilizar su cargo como consejero de Presidencia y como presidente del PP malagueño, no tiene discusión interna en su provincia. En Granada, donde el anterior presidente dimitió, también hay un candidato único, Francisco Rodríguez.

Foto: El líder del PP, junto a la portavoz en el Congreso y el secretario general. (EFE)

Otra cosa es Sevilla, el eterno polvorín del PP andaluz, la provincia donde en los últimos años no han ganado para sobresaltos. El último reducto de poder de Javier Arenas, el espacio donde el presidente de honor del PP andaluz sigue moviendo los hilos, con permiso de la actual dirección andaluza, claro, y con el rechazo frontal de Génova. La historia es larga y viene de lejos. En los últimos congresos provinciales donde ha estado Arenas, ha estado el ganador. Desaparecido de la primera fila, senador autonómico, con discreto despacho en el Parlamento andaluz, pareciera que ya no manda, pero muchos aseguran que no es verdad. "No sabe irse", dice alguien que lo defendió durante años. Lo cierto es que con el pulso interno en Sevilla, su nombre vuelve a la primera línea.

Un puñado de votos

Hay que remontarse a abril de 2017. Virginia Pérez, hoy presidenta del PP sevillano, disputó las primarias al candidato oficialista, que venía de la mano de Juan Ignacio Zoido y María Dolores de Cospedal, Juan Bueno. Ganó por 24 votos, tan al límite que el resultado fue impugnado por el bando perdedor. De nuevo Arenas había condicionado el cónclave sevillano. Si ganó fue porque el entonces vicesecretario general puso a los suyos a trabajar para esa victoria.

Foto:  Maria Dolores de Cospedal y Juan Ignacio Zoido. (EFE)

Pérez no era una candidata de Génova. La presidenta del PP de Sevilla jugó un papel activo en la candidatura de Soraya Sáenz de Santamaría, igual que la dirección andaluza de Juan Manuel Moreno. En la última disputa sevillana, el PP andaluz no se implicó demasiado. La dirección de Moreno prefirió mirar desde la barrera. Aquel momento no era este. Moreno era presidente del PP andaluz, pero la presidencia de la Junta aún ni se acariciaba. Su poder orgánico era débil. Ahora, muchos miran con asombro a Moreno y se preguntan cómo no ha aprovechado estos dos años para blindarse "con un BOJA en la mano". Muchos de sus afines no dan crédito y lamentan que en la sede de San Fernando, donde reside el aparato andaluz, no haya aquilatado su poder interno. Nadie pensaba que iban a desatarse estas guerras provinciales y culpan a Génova de querer blindar el poder de Casado a costa de debilitar a sus líderes autonómicos. El ambiente se ha calentado mucho en los últimos días.

Entre 'los renovadores' del PP sevillano estaban los afines de Javier Arenas. La mayoría ocupan hoy un sillón en la Consejería de Cultura, que dirige Patricia del Pozo. La mujer que Arenas, la misma noche electoral de las municipales, ya señaló como la mejor candidata para unas elecciones locales en Sevilla tras perder Beltrán Pérez. Ahí está otro motivo de la disputa. Los fieles de Arenas, que conservan su espacio de poder en la Consejería de Cultura, quieren extender ese control al ayuntamiento sevillano.

Los hilos entre bambalinas

La actual líder del PP de Sevilla dejó claro hace ya más de un año —“unos 14 meses”, asegura alguien que conoce bien los entresijos orgánicos del partido— que "no iba a ser marioneta de nadie". Es una mujer de carácter y con ideas propias. Por eso, entre otras cosas, no gusta a muchos. El PP andaluz ya decidió entonces su relevo, pero aún hoy nadie la ha sentado para decirle que no querían que repitiera como candidata y que iban a postular una alternativa. Desde la dirección regional, la acusan de haber convocado el cónclave "a espaldas" de Moreno y de su secretaria general, Loles López, llamando solo a Madrid.

placeholder La presidenta del PP-A, Virginia Pérez. (EFE)
La presidenta del PP-A, Virginia Pérez. (EFE)

Lo cierto es que nadie enfrentó a la presidenta del PP sevillano para decirle que debía dar un paso atrás. Cuando la secretaria general del PP andaluz, Loles López, le pidió que aplazara el congreso, alegó que era mejor “por la pandemia”. “El PP andaluz cree que en estos momentos lo mejor es que se celebren congresos de unidad y de consensos”, señalan desde la dirección andaluza, sin abundar más en polémicas. Luego, según ha podido contrastar este periódico, le explicó que “Elías Bendodo ya había hablado con Teodoro García Egea” y que había que aplazar la junta directiva que iba a convocar el congreso provincial sevillano.

Apuntalar a Casado

No era verdad. Fuentes de Génova aclaran que la potestad de convocar congresos provinciales corresponde a sus presidentes. El equipo de Pablo Casado aclara que el acuerdo fue ir a congresos de consenso y celebrarlos en primavera. “La persona de confianza de Casado en Sevilla es José Luis Sanz [alcalde de Tomares], esa es la verdad”, señalan fuentes del PP nacional. Precisamente a quien un sector postuló para asumir la presidencia del PP andaluz antes de que llegara Moreno.

Foto: El portavoz parlamentario de Vox en Andalucía, Alejandro Hernández. (EFE)

Génova piensa apuntalar el poder de Casado en todas las provincias donde vea posibilidades. Nadie sabe qué va a pasar a medio plazo y su equipo trata de reforzar sus apoyos internos. Lo asombroso de este episodio interno es que hace pocas semanas, el PP andaluz y la dirección nacional no tenían ningún problema. Casado y Moreno mantienen, aseguran, una relación fluida y sin tensiones. Ahora, lo que pase en Sevilla se leerá inevitablemente en esa clave: Andalucía frente a Madrid.

Ya hace dos años, Génova reclamó que bajo ningún concepto Javier Arenas repitiera en el Senado. Fue el entonces presidente de la Junta quien defendió que el presidente de honor del PP andaluz tuviera escaño en la Cámara Alta como senador autonómico. Eso le garantiza su aforamiento en un momento en que el extesorero Luis Bárcenas sigue apuntando a Arenas cada vez que abre la boca. Casado aceptó. Hoy, quienes cierran filas con la dirección nacional insisten: “La próxima vez, Génova aplicará de forma estricta el artículo 53.1 de los estatutos”. Ese punto dice que los senadores autonómicos deben ser ratificados por el comité electoral nacional.

El PP de Sevilla celebrará su congreso provincial el próximo 27 de marzo y será, de nuevo, una guerra civil. Hay dos candidatos. La actual presidenta, Virginia Pérez, con aval de Génova, y el alcalde de Carmona, Juan Ávila, de la mano de la dirección andaluza y Juan Manuel Moreno. El pulso está echado y aunque nadie descarta que llegue un acuerdo de última hora, desde la actual dirección del PP sevillano avisan de que no aceptarán “humillaciones”. La última palabra, como siempre en esta plaza, la tendrá el eterno Javier Arenas, dicen quienes conocen el paño sevillano. "Es una leyenda, está retirado", replican desde hace años sus afines.

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