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La historia interminable de la SE-40 o cómo enterrar millones durante dos décadas
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PARÓN A UNA INVERSIÓN CLAVE

La historia interminable de la SE-40 o cómo enterrar millones durante dos décadas

La segunda ronda de circunvalación de Sevilla acaba de ser sepultada en un tramo clave que debe cruzar el Guadalquivir y se ha convertido en una pesadilla y un lastre para la inversión

Foto: Foto: EFE.
Foto: EFE.

Bajo una carpa. En una nave industrial de Coria del Río, está la tuneladora con la que se iba a construir uno de los dos túneles que atravesarían el Guadalquivir para hacer realidad la segunda ronda de circunvalación de Sevilla: la SE-40. Una máquina que costó 30 millones de euros y que la UTE adjudicataria del túnel norte, OHL, Azvi y Sando, compró de forma específica para hacer una obra de ingeniería complicada. El Ministerio de Fomento se comprometió a pagar los costes de mantenimiento de esa tuneladora, que ha resultado ser inservible. Las empresas calcularon que cada año invierten unos 1,4 millones de euros. Hagan cuentas. Desde 2012, cuando se compró, serían más de 11,2 millones de euros dilapidados solo en una máquina que coge óxido en una nave industrial.

Desde 2007, en que se apostó por ella con partidas en los Presupuestos Generales del Estado, de esa segunda ronda de circunvalación para Sevilla se han construido 38 de 77,6 kilómetros. Prácticamente, la mitad en 14 años. Fue en 2009 cuando, con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, se aprobó y adjudicó ese paso por túneles bajo el río Guadalquivir que se ha convertido en una pesadilla y que iba a unir Coria del Río con Dos Hermanas, a una punta y otra del área metropolitana de Sevilla. Se adjudicó a dos consorcios de empresas por 500 millones de euros.

Parón técnico en plena crisis

Ha sido el Gobierno de Pedro Sánchez el que ha admitido, por fin, lo que llevaba años en los corrillos, que ese proyecto no iba a ningún sitio. Ha enterrado los famosos túneles. Se vuelve a la casilla de salida. Gobiernos de PP y PSOE en Madrid se han ido pasando la patata caliente, con el silencio cómplice de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla. Todos, aprovechando además el parón de la crisis económica de 2008, han mirado para otro lado y han modulado el volumen de las reivindicaciones según gobernara en la Administración contraria el mismo signo político o el adversario.

El Gobierno ha admitido lo que llevaba años en los corrillos, que ese proyecto no iba a ningún sitio. Ha enterrado los famosos túneles

Después de años en que los distintos gobiernos han ido cambiando el proyecto con medias verdades, el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, admitió el pasado julio que el proyecto, como estaba contemplado, era “insuficiente”. En realidad, inservible. Ya no solo por las graves dificultades técnicas y de ingeniería que presentaban los túneles diseñados. Cuando se empezó a perforar, el agua se filtraba por las paredes en unos terrenos que son casi de marisma. Habría que horadar mucho más y con más diámetro, eso obligaba a una pendiente de subida y bajada muy complicada para los vehículos pesados y transportes de mercancías.

Además, el diseño se había quedado obsoleto, explicaron, porque el tráfico había crecido de forma importante y los atascos iban a estar garantizados con solo dos carriles en cada sentido de la circulación. Los sevillanos saben perfectamente que una infraestructura puede quedar vieja justo al cortar la cinta de inauguración. Es lo que ocurrió con otra obra clave, el Puente del Centenario, ahora en obras para ampliar un carril, y que se quedó ‘pequeño’ casi a la vez que se estrenaba. Esa ampliación del puente se ha llevado las partidas en los Presupuestos Generales del Estado que antes se pintaban para la SE-40.

Foto: infraestructuras-colaboracion-privado-financiacion-bra

Cambiar túneles por un puente

Llegados a este punto, el Ministerio de Transportes ha pedido un nuevo análisis y vuelve a estar sobre la mesa la posibilidad de un puente para atravesar el Guadalquivir, que ya se descartó en el origen por su alto impacto visual. Una estructura con entre 55 y 60 metros de altura que el alcalde de Coria del Río, Modesto González, de Andalucía Por Sí, recuerda que ya estuvo sobre la mesa y se desechó por presentar importantes problemas.

El alcalde aún no estaba en política, pero trabajó en una serie de alegaciones al proyecto que permitieron precisamente conectar el arco sur, porque al principio no era una ronda de circunvalación de Sevilla sino una carretera más que no contemplaba atravesar el río. Era finales de los noventa. “Desde entonces, venimos oyendo hablar de esa infraestructura, viendo cómo pasan un ministro, una ministra, de un partido y del otro, y realmente nunca se ha hecho una apuesta decidida”, lamenta. No ha sido hasta ahora cuando se ha sabido que en 2011, cuando se paró la obra de los túneles, ya era un hecho su inviabilidad técnica. Se alegaron entonces motivos económicos, en plena crisis, pero ahora se ha sabido que no era verdad.

La Junta calcula que enterrar los túneles costará 166 millones en indemnizaciones

El problema, advierte ahora la Junta de Andalucía, es que vendrá, por parte de las empresas adjudicatarias, una lluvia de millones en forma de indemnizaciones. Desde el ministerio, parece incluso que está asumido, porque cuando se ha retomado la idea del puente en vez de los túneles, asegura que va a ser mucho más barato, incluyendo las indemnizaciones que habría que pagar. La consejera de Fomento, Marifrán Carazo, advirtió de que el Gobierno central ha "enterrado definitivamente" el proyecto de los túneles y está "tirando por el sumidero" la inversión de más de 80 millones de euros ya empleada y gastada en tal iniciativa.

Es más, avisó de que la rescisión de los contratos de los túneles supondrá "reclamaciones multimillonarias" por parte de las sociedades adjudicatarias de los mismos. Tales reclamaciones, calcula, superarán incluso los 166 millones de euros.

El actual Gobierno andaluz de PP y Cs ha afrontado con cargo a los fondos autonómicos el pago de unos 240 millones de euros en cumplimiento de "sentencias firmes por la paralización" de obras públicas durante la era de gobierno socialista en Andalucía.

Foto: Debate de las enmiendas a la totalidad de los presupuestos andaluces 2019 en Parlamento. (EFE)

La decisión de dar carpetazo al proyecto aprobado y empezar ahora desde cero se explica porque la modificación del proyecto en marcha solo admitiría un incremento del 10% del coste del mismo y se habla de un túnel de cinco kilómetros, cuando el inicial era de 2,5, y de un puente de seis kilómetros, cuando el inicial planteaba unos tres kilómetros.

Inversiones, en dique seco

Ese puente que ahora vuelve a la palestra sería, según el alcalde de Coria, “una infraestructura monstruosa que quedaría a 300 metros de las primeras viviendas del casco urbano y a un kilómetro del centro del municipio”. “Desde Coria, en cualquier punto se vería el puente”, señala Modesto González, que admite que el túnel por debajo del Guadalquivir y del Guadaíra tendría que estar, según los nuevos informes técnicos, a 40 metros de profundidad.

“No ha habido nunca interés real por llevar adelante esta infraestructura, porque si hubiera existido, llevaría hecha mucho tiempo. El momento en que se produce el parón es clave, porque los dos próximos años, con la lluvia de millones que van a llegar de Europa, para poder desarrollar otro tipo de proyectos, sería fundamental en el área metropolitana tener esta vía”, admite el regidor coriano. “Se han llevado años callados y hablando en corrillos sobre la necesidad de un puente”, lamenta.

El grave retraso de la segunda ronda de circunvalación para Sevilla afectará, advierten los círculos económicos, a cientos de millones en inversiones que podrían venir justo en esta crisis económica. De hecho, hay proyectos importantes a las faldas de esta infraestructura, sobre todo de empresas logísticas, que siguen sin construirse. La llegada de Amazon, con un macroalmacén a las faldas de esta carretera en Dos Hermanas, es solo un ejemplo. Hay grandes proyectos en marcha en la zona del puerto de Sevilla, La Rinconada o Alcalá de Guadaíra, y en todos los casos el nudo de la SE-40 es clave.

Bajo una carpa. En una nave industrial de Coria del Río, está la tuneladora con la que se iba a construir uno de los dos túneles que atravesarían el Guadalquivir para hacer realidad la segunda ronda de circunvalación de Sevilla: la SE-40. Una máquina que costó 30 millones de euros y que la UTE adjudicataria del túnel norte, OHL, Azvi y Sando, compró de forma específica para hacer una obra de ingeniería complicada. El Ministerio de Fomento se comprometió a pagar los costes de mantenimiento de esa tuneladora, que ha resultado ser inservible. Las empresas calcularon que cada año invierten unos 1,4 millones de euros. Hagan cuentas. Desde 2012, cuando se compró, serían más de 11,2 millones de euros dilapidados solo en una máquina que coge óxido en una nave industrial.

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