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La educación en Andalucía: lo que la mascarilla esconde
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el covid pospone el gran debate pendiente

La educación en Andalucía: lo que la mascarilla esconde

La región hace años que dejó atrás su histórico retraso, que incluía importantes tasas de analfabetismo, pero se ha conformado con una educación masiva poco orientada al mercado laboral

Foto: El profesorado del CEIP Tomás Ybarra de Tomares (Sevilla) recibe a sus alumnos con un aplauso de bienvenida con motivo del comienzo del curso escolar. (EFE)
El profesorado del CEIP Tomás Ybarra de Tomares (Sevilla) recibe a sus alumnos con un aplauso de bienvenida con motivo del comienzo del curso escolar. (EFE)

Vivimos una pandemia mundial, la amenaza sanitaria lo eclipsa todo y, lógicamente, es la prioridad absoluta en estos momentos. Cualquier otro debate ha quedado pospuesto para mejor ocasión, para desgracia de los ciudadanos. Uno de los que tendrán que esperar (un año más) es el debate sobre la educación en Andalucía y su relación directa con el progreso económico y social de esta tierra.

La pasada semana, se incorporaron a sus clases un total de 781.020 alumnos de segundo ciclo de Infantil, Primaria y Educación Especial, y la próxima semana lo harán otros 944.570 estudiantes de Secundaria Obligatoria, Bachillerato, ciclos formativos, Formación Profesional Básica, Educación Permanente de Adultos, Artísticas elementales y profesionales e Idiomas.

Foto: Imagen: Pablo López Learte.

En total, son nada menos que 1.830.371 estudiantes (más que la población de alguna comunidad autónoma), 134.325 docentes y 7.099 centros, tanto públicos como concertados y privados. Y con semejante volumen y en las actuales circunstancias, lo único que puede importar a los padres es saber en qué condiciones van a poder ir a clase sus hijos con seguridad. Los docentes lo saben y este año se han convertido en algo así como educadores/monitores de prevención/sanitarios/conserjes... También las propias familias han abandonado el debate y la exigencia de una educación de calidad que garantice el futuro de sus hijos.

Cataluña y Murcia se unen a las comunidades que ya habían iniciado el curso escolar

La mejora de la educación, tanto los ciclos inferiores como la universitaria, era una de las apuestas del nuevo Gobierno de Juanma Moreno, que puso al frente de la Consejería de Educación y Deportes al mediático Javier Imbroda (apuesta personal del exlíder de Ciudadanos Albert Rivera), y al frente de la Consejería de Economía (que incluye Universidad) al catedrático Rogelio Velasco. Pero la consabida pandemia lo ha trastocado todo y ambos son conscientes de que tendrán que rebajar sus expectativas y conformarse con salir airosos de este envite.

Mientras, Andalucía seguirá con su inercia en materia de educación. La región hace años que dejó atrás su histórico retraso, que incluía importantes tasas de analfabetismo, pero se ha conformado con una educación masiva a la vez que poco o nada volcada en transformar socialmente esta tierra y, menos aún, orientada al mercado laboral. Los famosos y siempre polémicos informes PISA llevan años sacando los colores al sistema en Andalucía, aunque nos empeñamos en buscar argumentos para desautorizarlo en lugar de hacer un sano ejercicio de autocrítica.

Foto: Foto: iStock.

Baste un dato: la tasa de abandono escolar temprano se ha reducido bastante en este siglo, pero sigue en el 21,6% de los alumnos andaluces, según los últimos datos del Ministerio de Educación correspondientes a 2019. Esa cifra duplica la media europea (10%) en número de 'ninis' (jóvenes que ni estudian ni trabajan). Y no se trata de un problema achacable solo al Gobierno o a la Junta, sino también al bajo nivel de exigencia de los padres en muchas zonas marginales de Andalucía, donde esos jóvenes se dan ahora al gimnasio y los tatuajes para 'consuelo' de sus progenitores. “Al menos no está en la calle”, dirá resignada alguna madre que se conforma con que su hijo esté sano y no caiga en la droga o en la delincuencia.

Lo curioso del caso es que mientras la sociedad sigue demandando técnicos profesionales, la FP sigue siendo la gran olvidada de la educación y los alumnos dejan los estudios básicos o se meten forzados en un grado (carrera) que ni les convence ni les consigue trabajo después.

Foto: Alumnos de primaria en Cehegín (Murcia). (EFE)

Los jóvenes suman carreras con másteres y todo tipo de estudios de posgrado mientras esperan su incorporación al mercado laboral, algo que no llega porque esos mismos estudios teóricos no están orientados a lo que realmente demandan las empresas. Un informe de Educa 2020 presentado en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) hace un par de años aseguraba que el 63% de las empresas de Andalucía tiene dificultades a la hora de contratar porque "no encuentran jóvenes adecuadamente formados para los puestos de trabajo que necesitan cubrir". En la tierra del millón de parados…

El propio consejero andaluz del ramo ha encargado un mapa de titulaciones para saber cuántas facultades se pueden "optimizar" (eufemismo de “querer saber cuántos grados se repiten en las ocho provincias andaluzas sin una demanda que lo justifique”) y poder especializar algunos campus en áreas que han demostrado su éxito (como salud en Granada, por ejemplo)

Foto: Foto de archivo de una oficina de empleo en Madrid. (EFE)
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Javier G. Jorrín Gráficos: Jesús Escudero

No menos necesario es un estudio sobre los más de 500 másteres universitarios y 160 doctorados que ofrecen las 10 universidades públicas andaluzas, y sobre los que la CEA pide que tengan relación con la actividad productiva. "Cada curso se hacen miles de tesinas o trabajos de fin de máster en nuestras universidades y sería un gran avance que muchos de estos tuvieran un sentido más práctico y enfocado hacia una salida laboral, en lugar de solo académico", explican desde la patronal andaluza.

La educación en Andalucía es la gran asignatura pendiente para transformar la realidad de una tierra con un enorme potencial que se mantiene en unos índices de paro (vuelve a alcanzar el millón de desempleados) y de renta per cápita (su PIB es inferior al 75% de la media de la UE) impropios de sus capacidades. La actual situación sanitaria ha vuelto a posponer el gran debate pendiente en Andalucía. Confiemos en que el próximo año dejemos de repetir curso.

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Vivimos una pandemia mundial, la amenaza sanitaria lo eclipsa todo y, lógicamente, es la prioridad absoluta en estos momentos. Cualquier otro debate ha quedado pospuesto para mejor ocasión, para desgracia de los ciudadanos. Uno de los que tendrán que esperar (un año más) es el debate sobre la educación en Andalucía y su relación directa con el progreso económico y social de esta tierra.

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