Siete investigados por tirar vertidos contaminantes al río aprovechando la lluvia
La Guardia Civil los considera presuntos autores de un delito contra los recursos naturales y el Medio Ambiente
Siete personas han sido investigadas por efectuar vertidos contaminantes al dominio público hidráulico aprovechando los días de lluvia y la noche para evitar ser detectados. La operación "Blackwater" permitió a la Guardia Civil descubrir una trama organizada formada por miembros de una misma familia que utilizaban un entramado de empresas para dificultar las posibles investigaciones y la acción de la justicia.
La investigación se inició el pasado mes de agosto de 2019: entonces, agentes del Servicio de protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Jaén inspeccionaron las instalaciones de una empresa, en el término municipal de Mengíbar. Se trata de una compañía dedicada a la gestión de aceites y grasas de origen vegetal para su transformación en subproductos para la elaboración de biodiesel.
Tal y como explica la Benemérita en un comunicado, los agentes observaron cómo en una balsa próxima se estaba utilizando una manguera que vertía directamente sobre el terreno una sustancia oleosa fluyendo hacia un arroyo. Los guardias civiles procedieron a la toma de muestras de las aguas residuales, que fueron entregadas para su análisis a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.
Una trama premeditada
Además, también localizaron una balsa llena de un líquido oleoso de color negro intenso en la que se acumulaban residuos plásticos procedentes de las materias primas utilizadas en la balsa sin impermeabilizar. Esta segunda balsa tenía numerosas fugas sobre una superficie no impermeabilizada que también generaba un vertido en el terreno.
Los agentes comprobaron cómo habían sido realizados varios vertidos directos de aguas residuales industriales al cauce público que hacían coincidir con periodos de precipitaciones meteorológicas. Estos vertidos presentaban un fuerte olor y un color oscuro intenso que incrementaba el caudal del arroyo: de esa manera, lograban deshacerse de los residuos industriales generados en el proceso de fabricación y diluir los residuos entre aguas pluviales.
Finalmente, los vertidos desembocaban en el río Guadalbullón, afluente del Río Guadalquivir, espacio protegido por la Red Natura 2000, la red de áreas de conservación de la biodiversidad en la Unión Europea. Los investigadores decidieron someter a vigilancia a dicha empresa, detectando cómo en los días de lluvia vertían aguas residuales al arroyo.
Los investigados pertenecen a un clan familiar que que tenía un entramado de empresas para dificultar las pesquisas policiales
Tras tomar muestras de este vertido y ser enviadas para su análisis al Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Sevilla, resultaron tener una alta concentración de metales pesados. Estos, debido a su especial toxicidad, pueden causar daños a la calidad de las aguas receptoras suponiendo un riesgo para el equilibrio de los sistemas naturales y que, dependiendo del caudal y la continuidad de los mismos, pueden causar daños a la calidad del suelo.
Siete personas han sido investigadas por efectuar vertidos contaminantes al dominio público hidráulico aprovechando los días de lluvia y la noche para evitar ser detectados. La operación "Blackwater" permitió a la Guardia Civil descubrir una trama organizada formada por miembros de una misma familia que utilizaban un entramado de empresas para dificultar las posibles investigaciones y la acción de la justicia.
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