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Psicólogas trabajando con EPI a 40 grados: "Este rebrote ha sido una distopía"
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HOY SALEN DEL CONFINAMIENTO

Psicólogas trabajando con EPI a 40 grados: "Este rebrote ha sido una distopía"

El centro de refugiados de la Cruz Roja de Málaga ha estado cerrado durante más de dos semanas por 108 casos positivos de covid-19. Los trabajadores cuentan su experiencia

Foto: Dos trabajadores del centro de refugiados de la Cruz Roja, con su traje EPI.
Dos trabajadores del centro de refugiados de la Cruz Roja, con su traje EPI.

Y con el rebrote, todos los planes se esfumaron.

Estaban a punto de salir del confinamiento. Por fin podrían iniciar su rumbo a otros lugares, otras fronteras, otra vida. Era justo en ese momento, el de la antesala de la felicidad, más bien de la libertad, cuando llegaron noticias extrañas, un tanto confusas en principio.

“¿El coronavirus? ¡Si yo no tengo ningún síntoma!”.

Los refugiados e inmigrantes del centro de la Cruz Roja de Málaga no se podían creer que les tocaba otro encierro. Se habían producido los primeros casos positivos en la prueba PCR por covid-19. Otros 15 días, tras tres meses enclaustrados. El CAED (Centro de Acogida, Emergencia y Derivación) de la institución en la ciudad andaluza tiene una capacidad de 230 plazas (ahora hay 93). Trabaja en él un equipo de más de 10 personas que incluye a abogados, monitores, mediadores y psicológos (en este caso, son dos psicólogas). Hay personas de 40 nacionalidades.

Foto: Una persona habla por teléfono ante una ventana del Centro de Acogida, Emergencia y Derivación de Cruz Roja en Málaga. (EFE)

El cansancio y el desgaste emocional que tanto sufrieron en el confinamiento volvió a repetirse. También la sintomatología de problemas de sueño, insomnio reactivo... “Al principio, la información sanitaria quizá no llegaba de la forma más clara posible. Las primeras 72 horas fueron las más críticas, pero lograron superarlo. Son personas altamente resilientes, han escapado de cosas muy duras y se han mostrado con mucha compresión, paciencia y hasta obediencia”.

Quien habla a El Confidencial es Carolina Zanolla. Lleva 14 años de experiencia como psicóloga especializada en emergencias de tipo sanitario, salud mental e intervención social. Se vivían momentos complicados porque muchos no entendían lo que estaba pasando. Algunos internos fueron trasladados a otras zonas diferentes dentro del mismo centro, que fue dividido entre la parte sucia (donde se ubican las personas que dieron positivo en PCR) y la parte limpia (las personas que dieron negativo).

Rebrotes en casi todas las comunidades autónomas

"Parecíamos astronautas"

Zanolla ha trabajado, junto a otra compañera, durante dos semanas en turnos de 12 horas. El protocolo les pedía que hubiera la menor rotación posible para que los internos se acostumbraran rápido a la dinámica de cada empleado. Era básico tomar confianza.

“Con los EPI, parecíamos astronautas. Cuando lo teníamos puesto, nos daba mucho calor, hemos llegado a 40 grados. Ha sido como una distopía, la verdad”, cuenta la psicóloga, que narra algunos momentos de los que ahora se ríe, como cuando sus propios compañeros chocaban por los pasillos por culpa de algún goterón de sudor que les había entrado en el ojo y les impedía ver.

placeholder Miembros de la Cruz Roja, en el centro confinado de Málaga. (Cedida por Cruz Roja/Zakaria Benazzouz)
Miembros de la Cruz Roja, en el centro confinado de Málaga. (Cedida por Cruz Roja/Zakaria Benazzouz)

Samuel Linares, coordinador de Cruz Roja Málaga, explica que los servicios de epidemiología de la provincia enseguida detectaron que el brote de Málaga no era una cosa menor. “Podemos tener un problema". "Es lo que me dijeron", precisa a este diario. Empezó el triaje a los sospechosos, con pruebas de PCR, y también a los leves, asociados a un posible pequeño resfriado.

Hay siete personas que diariamente se han equipado con EPI. Y esta mañana sale del confinamiento el grupo de personas, entre quienes estaban varios menores, formado por ciudadanos procedentes de Bangladesh, del África subsahariana y de Centroamérica. Algunos han pedido asilo.

La psicóloga lanza un mensaje de calma. “Hay que humanizar el brote y pensar que en una pandemia es algo que desde un inicio se sabía que podía pasar. Los inmigrantes no han remitido un virus: podría haber ocurrido en cualquier otro contexto”.

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Miembros de la Cruz Roja, en el centro confinado de Málaga. (Cedida por Cruz Roja/Zakaria Benazzouz)

El primer caso de PCR positivo en el CAED de Málaga fue un miembro de la Cruz Roja que había estado en una misión humanitaria en Canarias y que tiene más de cinco años de experiencia. "Preveíamos que esto pudiera ocurrir, pero en menor intensidad, no todo en un mismo sitio", admite Linares.

Carolina Zanolla se queda de esta experiencia con momentos pasados con los menores (y también con mayores) subidos a carritos e imaginando que lo hacen a una nave espacial que tiene que cumplir una misión muy particular: salvarse del covid-19. Ninguno ha sido hospitalizado y ninguno olvidará estos meses de convivencia, angustia... y final feliz.

Y con el rebrote, todos los planes se esfumaron.

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