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La protesta se extiende y llega a Málaga: "Ni soy pija, ni soy ‘cayetana’. Estoy en paro"
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"LA POLÍTICA ES UNA PELEA DE GALLOS"

La protesta se extiende y llega a Málaga: "Ni soy pija, ni soy ‘cayetana’. Estoy en paro"

Unas 1.000 personas, según la Policía, se concentran sin distancia de seguridad en la calle Larios, la vía principal de la ciudad andaluza, para pedir la dimisión de Pedro Sánchez

Foto: Una mujer porta la bandera de España en la concentración de la calle Larios de Málaga (Agustín Rivera).
Una mujer porta la bandera de España en la concentración de la calle Larios de Málaga (Agustín Rivera).

Muchos codos a modo de saludo. Casi todos con mascarillas. Casi nadie con guantes. No se puede respetar la distancia de seguridad porque la calle Larios no da para más. Unas 1.000 personas pasean arriba y abajo para protestar contra el Gobierno de Sánchez. Esta es la versión malagueña de las caceroladas de Núñez de Balboa.

Banderas españolas, también de la Legión (alguien hace sonar el 'Novio de la muerte'), gente mayor, de mediana edad, jóvenes. No se ven niños. Antonio María Alfaro tiene 71 años (destaca por sus 1,85 metros y un sombrero de paja) y fue militar en los boinas verdes, también con los ‘Regulares’. “Me considero el último español, el que tiene más cojones que todos los que están en el Gobierno”.

—¡Sánchez, dimisión! —no paran de gritar por todos lados.

Un grupo de amigas de unos 50 años está hablando de sus cosas en mitad de la calle. Parecen dudosas de seguir en la concentración. “Hemos venido porque queremos reivindicar nuestros derechos y libertades. Queremos empoderarnos porque no estamos de acuerdo con la gestión que hace el Gobierno de esta situación. Ya deberíamos estar liberados de esta situación y gestionar un país en igualdad para todos”, dice una de ellas, que lleva unas gafas de sol negras.

placeholder Una mujer agita la bandera de España en la calle Larios. (Agustín Rivera)
Una mujer agita la bandera de España en la calle Larios. (Agustín Rivera)

Lucas Castaño, de 18 años, está en segundo de Bachillerato y quiere estudiar Derecho y Relaciones Internacionales. “Estoy harto del ocultismo del Gobierno en esta crisis. Han ocultado el número de muertos, las partidas de gasto sanitario y si son un Gobierno tan democrático, ya es hora de que nos lo demuestren. Han engañado a todo el pueblo español y a las familias de las víctimas”.

"Lo único que hace es mentir"

Ignacio es amigo de Lucas. También estudia segundo de Bachillerato y quiere irse de voluntario a la Legión. “Este Gobierno lo único que hace es mentir, no se preocupa de los jóvenes, solo se preocupa de ellos mismos, de su beneficio. Tanto hablar de la oposición, pero luego lo que hacen es pactar con terroristas y separatistas. ¡Viva España, coño!”.

Rosa es comercial. Aclara que esto no es una manifestación, sino una concentración. “Como verá, ni soy pija, ni soy ‘cayetana’ ni nada de eso. Tengo mi hipoteca y ahora mismo estoy en paro por culpa de esta situación y es el pueblo el que se echa a la calle. Aquí ha habido más de 40.000 muertos y pueden subir a 60.000… y no hay derecho. No nos han servido mascarillas”.

Dos mujeres se dirigen a la plaza de la Constitución a sumarse a la protesta. No quieren dar su nombre, pero hablan. La más lanzada tiene 39 años. Piensa que el Gobierno tiene en su mano “otras leyes orgánicas que se pueden utilizar para empezar la actividad económica y otra cosa en la que estoy enfadada es que muchas personas no hayan podido cobrar todavía el ERTE y se han dejado atrás”.

"Paupérrimo, diabólico"

Asegura ser apolítica. “Si para echar a este Gobierno hay que votar a otro partido o votar nulo, lo hago, pero comunista desde luego que no soy”. “Yo también soy apolítica”, dice su amiga. Lo que he venido aquí es a apoyar un cambio de Gobierno, una transformación porque el sistema en el que vivimos es un capitalismo abusivo. Ha tenido que venir una pandemia para demostrarnos que ante todo somos personas. No nos pueden imponer lo que ellos quieren. Es vergonzoso cada vez que pones la tele es la pelea de gallos entre unos y otros y encima apoyando el independentismo".

Inmaculada Lloret lleva un pañuelo y alguien que está a su lado dice que si es mora. “¡Qué va! Yo soy de Málaga. ¡Qué voy a ser mora, yo soy cristiana! Me pongo esto por las defensas. Ya era hora de que saliéramos. El Gobierno lo está haciendo mal; es paupérrimo, diabólico”, asegura.

placeholder Una pareja enseña una consigna contra Sánchez. (Agustín Rivera)
Una pareja enseña una consigna contra Sánchez. (Agustín Rivera)

Pepe es biznagero. Está posando, casi como si fuese un cuadro romántico, en una de las bocacalles. "Otro día me hace la entrevista", dice al reportero. "Esto no me ha gustado. Esto está mal", confiesa. Y mira, entre sorprendido y asustado, la escena de gritos y consignas contra Sánchez. En una tienda de ropa (otra franquicia más), la dependienta se siente incómoda. "Así es complicado atender a los clientes. También te digo que yo estoy de acuerdo en que la gente salga a la calle"

Concha es publicista y tiene unos 50 años. "A mí esto me parece muy bien y necesario.Y es necesario porque es una sinvergonzada lo que está haciendo el Gobierno. No se puede consentir, ya no por mí sino por los chavales más jóvenes".

placeholder Lucas, polaco de 36 años, pidiendo en la calle Larios. (Agustín Rivera)
Lucas, polaco de 36 años, pidiendo en la calle Larios. (Agustín Rivera)

Lucas tiene 36 años y es polaco. Está pidiendo limosna en la calle Larios. Estudió Informática en su país y no quiere volver a Polonia. "Me gusta Málaga, hace mucho calor", asegura con una mezcla de resignación y de alegría que quizá no se entienda. Porque quizá ni él mismo sepa lo que ha ocurrido esta tarde en el centro de la ciudad.

El sonido de la cacerolada llega hasta casi la entrada del puerto.

Muchos codos a modo de saludo. Casi todos con mascarillas. Casi nadie con guantes. No se puede respetar la distancia de seguridad porque la calle Larios no da para más. Unas 1.000 personas pasean arriba y abajo para protestar contra el Gobierno de Sánchez. Esta es la versión malagueña de las caceroladas de Núñez de Balboa.

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