En primera persona: "Los enfermeros de Urgencias estamos consiguiendo dar ilusión"

A mí me gusta ser constructivo y lanzar historias en positivo, dar visibilidad a los profesionales. Estamos en una guerra más dura de lo que nosotros esperábamos. Intentamos superar el día a día con la certeza de que saldremos de esta. Mi día a día es un poco de sentimientos encontrados e incertidumbre.

Me llamo Juan Carlos Miranda y soy malagueño de 36 años. Soy enfermero de Urgencias, 13 años como interino, en el hospital Costa del Sol de Marbella. Vivo en Mijas Costa. Me gusta mucho usar las redes sociales para compartir procedimientos, resolver dudas y explicar cómo se trabaja en el día a día. También ayudo en varios proyectos solidarios.

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La crisis del Covid-19 nos ha cambiado. Ahora, cuando llegas al trabajo, nunca sabes a lo que te vas a enfrentar. Nos estamos adaptando a nuevos protocolos. Tampoco conocemos el impacto final de esta amenaza. Estamos continuamente recibiendo noticias y escuchando relatos de otros compañeros en muchos hospitales.

"Superar esta lucha juntos"

Es muy motivador ver cada día la sonrisa de mis compañeros. Lo más importante es que en un momento de emergencia estemos consiguiendo tener emoción e ilusión, trabajando lo más duro posible para superar esta lucha juntos. Y es verdad que nunca sabes lo que te vas a encontrar.

Antes de empezar el primer turno de la mañana, el que empieza a las 7:30, me pido un café cortado. Suelo llegar unos minutos antes para tener un poco de vida social con los compañeros, aunque ahora tenemos la precaución de no acercarnos. En la cafetería, nos disponemos en triángulo y guardamos el metro y medio de distancia. Es verdad que también en algún momento podemos estar más cerca, como cuando se produce una parada cardiorrespiratoria, y hay que tener cuidado.

Lo que me gusta del trabajo en Urgencias del Costa del Sol es que es muy variado. Un día estás en triaje, otro en críticos, o en la sala de cura, traumatología o en la zona de pediatría. Nos hemos adaptado a trabajar con los infecciosos. Los EPI [equipos de protección individual] son agobiantes. No te puedes rascar ni un ojo ni la barbilla.

Miedo al contagio

Tengo miedo a contagiar o contagiarme. Hace ya casi un mes que no veo a mis padres por precaución. Los enfermeros estamos en continuo contacto con posibles portadores. Es duro también para mi pareja, que es sanitaria y trabaja en el laboratorio del Costa del Sol.

En los primeros días, también veías el miedo en los ojos del que se había contagiado. Esa inquietud y el desconocimiento de lo que estaba pasando. Cuando el paciente nos veía con los EPI, el silencio lo invadía todo. Me acuerdo de una mujer a la que le tomé la mano y le dije: “Tranquila. Aquí estamos para ayudarte y te vamos a poner un tratamiento para que te recuperes”.

Recibimos cartas de familiares y se las leemos. Pueden escucharlas también y les organizamos videollamadas

La parte humana de los profesionales está a flor de piel, sobre todo con pacientes en aislamiento estricto que no pueden recibir visitas. Los técnicos auxiliares y sedadores intentamos suplir la parte emocional, ser su segunda familia. Pese a la gran presión laboral, intentamos dar soluciones y ofrecer ayudas. Recibimos cartas de familiares y se las leemos. Pueden escucharlas también y les organizamos videollamadas para que se sientan más cerca de los suyos.

Vemos pacientes de todo tipo. Los más afectados tienen más de 60 años. También hay más jóvenes. ¿Si tengo miedo? Tengo más miedo como profesional, porque estamos ante una nueva amenaza y al principio había dudas de su importancia y nivel de gravedad real.

En mi profesión, se pasan momentos difíciles, pero también muy buenos, como participar en proyectos solidarios como la fundación Ambulancia del Deseo, que vive de donativos. Soy voluntario y trasladamos a un hombre marroquí que quería pasar sus últimos días de vida lejos del hospital y en su tierra, en Tánger.

Vivía en Madrid y estaba en paliativos. La ambulancia le llevó hasta Málaga y de ahí a Tarifa para coger el barco. También hay otros proyectos bonitos de hospitalizados que quieren ver el mar antes de despedirse o ir a la boda de algún hijo o nieto. Eso me llena mucho.

Soy el coordinador del Foro Hurge (Humanización de Urgencias), un punto de encuentro de profesionales de emergencias. Pese a que las Urgencias se relacionan con el caos y mucha aglomeración, un grupo de personas nos reunimos y pensamos que se podía combatir dando humanidad. Este es precisamente el tema de mi tesis doctoral, que ahora tengo un poco abandonada y espero retomar pronto. Nos gusta que en el foro participen los pacientes, que nos cuenten sus historias, y que estas experiencias nos ayuden a mejorar nuestra atención y también sirvan a los familiares, que conozcamos su relato.

"Ya queda un día menos para salir"

Cuando llego a casa después del turno en el hospital, desconecto con dificultad. Recibes preguntas por redes sociales y tienes que contestar. Estoy cansado a nivel emocional. Intento disfrutar de mi pareja y sentarme en el sofá a ver alguna serie de alguna plataforma (las de suspense son nuestras favoritas) dejando el móvil boca abajo, pero cuesta desconectar y concentrarme.

Antes de acabar, pon que quiero dar las gracias a todos los que están sacando esto adelante. Lo vamos a conseguir y ¿sabes una cosa?, ya queda un día menos para salir.