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La Junta salva el campus tecnológico que los Benjumea soñaron a lo grande para Abengoa
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CERROJAZO A UNA ÉPOCA

La Junta salva el campus tecnológico que los Benjumea soñaron a lo grande para Abengoa

Tras una década de promesas, la Ciudad de la Justicia de Sevilla se inaugurará en 2023 en Palmas Altas, el gran recinto ecológico que se inauguró en 2009 y estaba semivacío

Foto: Una de las instalaciones de Abengoa. (EFE)
Una de las instalaciones de Abengoa. (EFE)

Cierre definitivo de una época. La empresa sevillana Abengoa, tras superar dos crudas reestructuraciones financieras y despedir a casi la mitad de su plantilla, 1.100 de 2.800 empleados en Sevilla, deja el emblemático edificio sostenible en el que invirtió 132 millones de euros y que confió al arquitecto Richard Rogers. Un símbolo caído que fue inaugurado hace una década por el hoy rey emérito Juan Carlos.

La sede de Palmas Altas, que los trabajadores apodaron como ‘Palmatraz’, por la estricta política de personal que la compañía multinacional aplicó a sus empleados desde que se abrió el campus, deberá ser desalojada tras ser comprada por la Junta de Andalucía para instalar allí la Ciudad de la Justicia de Sevilla. En concreto, el Gobierno andaluz, de PP y Cs, desembolsará un total de 78 millones de euros por el campus tecnológico y dos parcelas adyacentes, una también propiedad de Abengoa y otra de la inmobiliaria Viapol. En la sede, quedaban actualmente algo más de 1.000 empleados.

Foto: Abengoa Solar.

Una década después de que el Gobierno andaluz se comprometiera a construir esta Ciudad de la Justicia de la capital andaluza, reunificando las sedes judiciales salpicadas en distintos puntos de la ciudad, el emplazamiento ya es definitivo. Tanto el vicepresidente del Gobierno andaluz, Juan Marín (Cs), responsable de Justicia, como el alcalde de Sevilla, Juan Espadas (PSOE), dieron el visto bueno definitivo a la operación inmobiliaria tras presentar un plan de movilidad que garantiza los accesos al nuevo emplazamiento. La promesa es que el proyecto sea realidad en 2023.

Negocio de CaixaBank

La banca sería la principal beneficiada. Las entidades acreedoras ya estuvieron a punto de quedarse con las llaves en 2016, pero en el último minuto decidieron paralizar la ejecución hipotecaria que iba a iniciar un Juzgado Mercantil de Sevilla.

El complejo de siete edificios estaba gravado por una hipoteca de 78,6 millones de euros otorgada en su día por un 'pool' bancario, a cuyo frente figuran la Caixa y el banco francés Natixis, que concedieron 15 millones de euros cada uno. El banco portugués BPI, filial de CaixaBank, otorgó un préstamo de 9,2 millones de euros, y el Banco Popular, otro de 2,9 millones. Caixa ha sido la entidad mandatada por el resto de bancos para negociar una salida a este complejo de oficinas estos últimos años.

Foto: Felipe Benjumea (centro), en una imagen de archivo. (Gtres)
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Palmas Altas fue concebido como el buque insignia de la compañía sevillana que fundaron en 1941 los ingenieros Javier Benjumea (padre) y José Manuel Abaurre, junto a otros familiares y amigos. Fue en plena expansión de la firma de ingeniería, volcada en las energías renovables y cuando soñaba a lo grande con su expansión por Estados Unidos, cuando los entonces presidentes de Abengoa, los hermanos Felipe y Javier Benjumea, pusieron, en 2005, la primera piedra del emblemático edificio a los pies de la SE-30 sevillana, en una zona en expansión al sur de la ciudad. Se inauguró en 2009. Diez años después, era un campus semivacío, un fantasma de lo que quiso llegar a ser y una metáfora perfecta de la trayectoria de la empresa.

Edificio ‘ecológico’

Un solar de 42.100 metros cuadrados, que fue presentado como un campus sostenible y de vanguardia tecnológica, con siete edificios. Unos 30.000 metros cuadrados iban a ser ocupados por Abengoa, 16.300 metros albergarían otras empresas y los 3.700 restantes serían para servicios comunes. Comedor, guardería, centro médico y más de 1.300 plazas de aparcamientos integraban el complejo.

La Junta anunció que negociará con el centro comercial Lagoh, inaugurado hace unos meses y el más grande de Andalucía, para ceder parte de esta bolsa de aparcamientos cuando no haya lleno en la sede judicial. Este centro ha revitalizado la zona, pero también ha confirmado el temor del colapso de tráfico en una ubicación que depende del puente del Quinto Centenario, que se ha quedado pequeño y para el que estudian un nuevo carril de difícil construcción.

Encargado a Richard Rogers, premio Pritzker, Palmas Altas se convirtió en el símbolo de la época dorada de la compañía internacional, que luego caería como un castillo de naipes. En la actualidad, el edificio estaba semivacío. La Universidad Loyola, de los jesuitas, ya había abandonado los 16.000 metros cuadrados que había ocupado antes de inaugurar su sede propia en la localidad de Dos Hermanas.

Foto: Nuevo campus de Loyola en Dos Hermanas. (Universidad Loyola)

La compañía se queda en Sevilla

En estos momentos, Abengoa, que ha vuelto a su negocio originario, la ingeniería, para tratar de remontar el vuelo, ocupaba solo dos edificios. Los tendrá que abandonar una vez sellada la operación. Desde la empresa no han desvelado dónde se mudará, aunque siempre han asegurado que no abandonarán Sevilla. Otro edificio que tenían en la avenida de La Buhaira, y que también fue sede de la compañía, se vendió para albergar un hotel, aunque, de momento, continúa cerrado.

En una comparecencia conjunta, el vicepresidente Marín y el alcalde Espadas dieron luz verde al proyecto tras un plan de movilidad realizado por la Junta de Andalucía que fija en 4.443 la media de personas que acudirán cada día la Ciudad de la Justicia. Aseguran que es viable, porque en su mejor época, Palmas Altas llegó a acoger a 5.000 trabajadores sin problemas de tráfico.

Según Marín, este mismo año se licitaría el contrato para las obras de adaptación del campus de Palmas Altas como sede judicial y la instalación de nuevos edificios en las parcelas anexas. Se estima un desembolso de “30 o 35” millones para readaptar el campus y construir los nuevos edificios, que optarían por la colaboración público-privada, pagando una contraprestación a la adjudicataria. Esto se sumaría a los 78 millones desembolsados para adquirir el complejo y las parcelas.

Cierre definitivo de una época. La empresa sevillana Abengoa, tras superar dos crudas reestructuraciones financieras y despedir a casi la mitad de su plantilla, 1.100 de 2.800 empleados en Sevilla, deja el emblemático edificio sostenible en el que invirtió 132 millones de euros y que confió al arquitecto Richard Rogers. Un símbolo caído que fue inaugurado hace una década por el hoy rey emérito Juan Carlos.

Javier Benjumea Ejecuciones hipotecarias
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