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Planchar, leer a poetas o seguir a científicas: las "aulas violetas" que Vox quiere suprimir
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DENUNCIA ANTE UN JUEZ

Planchar, leer a poetas o seguir a científicas: las "aulas violetas" que Vox quiere suprimir

Desde 2005 hay planes de igualdad de educación en Andalucía sin ninguna polémica hasta una denuncia el pasado marzo y otra días atrás por un vídeo sobre violencia de género

Foto: Unos niños atienden a su profesora en un colegio público. (EFE)
Unos niños atienden a su profesora en un colegio público. (EFE)

“Aprenden a cocinar, a limpiar, a planchar pero también a desmontar la creencia tradicional de que estas labores son solo competencia de las mujeres, este es uno de los principales objetivos con los que nació el programa ‘Moldeando la Igualdad’, donde se enseña a través de actividades muy prácticas”. Todas las enseñanzas se recogen en un blog que ganó la décimo tercera edición del premio Rosa Regás, con el que, en honor a la escritora, la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía reconoce y divulga las actividades de los centros educativos andaluces a favor de la coeducación. ¿Enseñar a un niño a planchar igual que a su compañera de pupitre para que se dé cuenta de que no hay tareas de chicos y de chicas es adoctrinar como dice Vox? ¿Qué acuda un padre a clase a enseñar una receta sería “terrorismo de género”?

“Moldeando la igualdad”, del Instituto de Educación Secundaria Sierra de Yeguas de Sierra de Yeguas (Málaga), ganó el primer premio del último certamen. “Familia no hay más que muchas”, del colegio de Infantil y de Primaria El Pinillo de Torremolinos (Málaga), 16 montajes de fotografías y textos que presentan 16 familias de diferentes, el segundo. “Poemas fuertes”, elaborado por profesores del instituto Chaves Nogales de Sevilla, un colegio de Castilleja de la Cuesta (Sevilla) y el instituto Mar Serena de Pulpí (Almería), en el que partiendo de la biografía de Gloria Fuertes anima a los alumnos a inventar la biografía de una poeta coetánea de la autora, se hizo con el tercer galardón de la última edición.

De exposiciones a microrrelatos

“La igualdad es vida, la desigualdad es muerte”. Es el lema de otro de los trabajos premiados por la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía en ese certamen Rosa Regás. Fue en la décima edición. Un proyecto, que se ha impartido durante nueve años a más de 500 alumnos de Bachillerato y cuarto de Secundaria en el Instituto Eduardo Janeiro de Fuengirola (Málaga) y que anima a contar la igualdad en imágenes. Implica a los alumnos para poner en marcha campañas publicitarias para fechas clave como el 8-M, Día de la Mujer, o el 25-N, Día contra la violencia de género, pero también invita a “resignificar” otras efemérides como el 14 de febrero, día de los enamorados, o el 19 de marzo y el 1 de mayo, día del padre y de la madre, respectivamente, con nuevos roles de paternidad o para combatir el mito de ‘la supermami’.

Otras iniciativas galardonadas son, por ejemplo, un exhaustivo trabajo de investigación, "La toma de conciencia de las mujeres"

Lecturas de cuentos diferentes, como el de “La Cenicienta que no quería comer perdices”, exposiciones abiertas a las visitas como “Ellas, mujeres que han hecho historia”, concursos de microrrelatos o cortos publicitarios realizados por los alumnos. Todo se realiza dentro de una asignatura optativa, en horario lectivo, regulada en las órdenes que fijan los contenidos curriculares en las distintas etapas educativos en los centros andaluces.

Otras iniciativas galardonadas son, por ejemplo, un exhaustivo trabajo de investigación, “La toma de conciencia de las mujeres”, que repasa la historia desde la sociedad grecolatina destacando el papel de las que han sido borradas o han pasado desapercibidas en los trabajos tradicionales. O “RECcreo”, que pasa de los típicos trabajos sobre cartulinas que acaban pinchadas con chinchetas en los pasillos del instituto a un canal de Youtube donde los alumnos cuelgan sus vídeos. Entre los premiados también un proyecto de “educación afectivo-sexual” para los centros educativos, que ayuda a los profesores a formarse para tratar la transexualidad y asesora a alumnos, profesorado y familias.

Desde 2005

Son ejemplos. Hay muchos. Trabajos que entran dentro de las actividades que normalidad incorporaron las aulas andaluzas desde el primer plan de igualdad en educación, aprobado en 2005, hace catorce años. No serían noticia si un juez no hubiera admitido a trámite la denuncia de unos padres del Instituto Baena, de Córdoba, contra las actividades desarrolladas con motivo del 25-N, día contra la Violencia de Género.

Un profesor ha comparecido ante el juez como “testigo”, el instituto defiende que todo entra dentro de la normativa. Ese día le pusieron a los alumnos un vídeo de Ana Orantes, que se recomienda en las propuestas didácticas del calendario escolar coeducativo puesto en marcha por el Instituto Andaluz de la Mujer, también en manos de una consejería dirigida por Cs.

Ese calendario dedica cada mes a una mujer pionera, mujeres andaluzas con historia, y el de noviembre lleva el rostro de Ana Orantes, la granadina que fue asesinada por su marido en 1997, quince días después de denunciar una vida de palizas y malos tratos en un programa con Irma Soriano en Canal Sur. Su terrible asesinato marcó un antes y un después en la legislación contra la violencia de género, que salió del ámbito doméstico para ponerse en el primer plano de lo público.

No es la primera vez que una iniciativa de igualdad en las aulas andaluzas acababa en los tribunales. Ya le ocurrió al instituto onubense de La Puebla de Guzmán. En marzo, la Fiscalía abrió una investigación, finalmente archivada, sobre una actividad por el 8-M denunciada en las redes por Vox y que consistía en retrasar la salida al recreo de los niños cinco minutos para que entendieran con un ejemplo práctico en qué consiste la discriminación que denuncian las mujeres.

Leyes orgánicas y autonómicas

La Consejería de Educación explica que los contenidos que actualmente los centros andaluces desarrollan en materia de igualdad y contra la violencia de género se rigen por normativa estatal y autonómica y el segundo plan estratégico de igualdad de género en educación, que se aprobó en 2016 y se extenderá hasta 2021. Dentro de este marco normativo, cada centro piensa las actuaciones que quieren llevar a cabo dentro de su plan en materia de igualdad y lo aprueba el Consejo Escolar, con representación de toda la comunidad educativa, también de los padres y las madres.

Este año se abrió una convocatoria a los centros por el Pacto de Estado contra la Violencia de Género y unos 1.704 centros han presentado proyectos para participar. Cada proyecto recibe 5.000 euros. También este curso se ha realizado el primer encuentro de aulas violetas, que ha reunido a diferentes centros de Andalucía para compartir sus experiencias. Este proyecto permite por ejemplo visitar una página en internet donde los centros cuelgan voluntariamente sus actividades para el 25 de noviembre, día contra la violencia de género. Manifiestos, vídeos, canciones, todo tipo de trabajos para concienciar sobre el maltrato machista.

Cada centro, un coordinador

Todos los centros andaluces tienen su plan de igualdad y un coordinador o coordinadora de ese plan, en todas las etapas educativas. No lleva aparejado una dotación presupuestaria diferente. “No nos consta que haya existido ninguna polémica anteriormente. La Consejería de Educación trabaja en igualdad desde hace muchos años y todos los centros trabajan en esa materia. No nos consta que haya existido ningún problema”.

Nunca, según fuentes de la Consejería de Educación, cuyo titular es Javier Imbroda (Cs), se habían producido denuncias ante los tribunales por estos contenidos que entran desde hace más de una década entre las asignaturas que se imparten en las aulas andaluzas, al igual que en el resto de comunidades. Eliminarlos no es tan fácil como pide Vox.

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Estos contenidos emanan, no solo de la Constitución y del Estatuto de Autonomía, que defiende en ambos casos la igualdad, sino de leyes orgánicas como la de violencia de género (2004), la de igualdad efectiva entre hombres y mujeres (2007), sus réplicas en sendas normas autonómicas aprobadas en el Parlamento andaluz, la ley de educación de Andalucía, también de 2007, o la norma contra la discriminación de las personas transexuales de Andalucía. Todas las normas reclaman empezar a educar en igualdad desde los primeros pasos y por supuesto, dentro de las aulas.

El "pin parental"

¿Se puede todo este cuerpo legal y normativo, acompañado de planes estratégicos e incluso un pacto de Estado contra la violencia de género, eliminar de un plumazo como exige Vox al Gobierno andaluz de PP y Cs? La respuesta de cualquier jurista es clara: No. El último pacto alcanzado por Vox con los partidos del Gobierno, sellado el pasado octubre y referido a los Presupuestos andaluces recién aprobados para 2020, apunta a lo que el partido de Santiago Abascal llama el “pin parental”. En el punto 19 de ese acuerdo, Vox impone para garantizar "la educación en libertad" que se establezca "una autorización expresa de las familias para la participación de sus hijos en actividades complementarias, en base a los preceptos consagrados en la Constitución española".

Desde la Consejería de Educación explican que el llamado “pin parental” no existe y que “se está analizando el alcance siempre dentro de la normativa”. Hay actividades, la mayoría, que son "obligatorias aprobadas por el centro y el consejo escolar, donde se sientan las familias, y que se imparten en horario lectivo", advierten desde el Gobierno andaluz.

De momento, en las aulas andaluzas los niños seguirán teniendo un calendario escolar en el que cada mes podrán conocer a una mujer referente. Mariana Pineda de García Lorca, la escritora María Rosa Gálvez de Cabrera, Ana Orantes, la deportista paralímpica María del Carmen Herrera, la periodista Carmen de Burgos, la catedrática de Física Adela Muñoz, Carmen Olmedo, primera directora del Instituto Andaluz de la Mujer, la poeta María Zambrano, la activista Mar Cambrollé, la cantaora Rocío Márquez, la política Victoria Kent y la fotógrafa Amalia López 'adoctrinarán' a sus hijos con vidas apasionantes y en muchos casos, difíciles.

“Aprenden a cocinar, a limpiar, a planchar pero también a desmontar la creencia tradicional de que estas labores son solo competencia de las mujeres, este es uno de los principales objetivos con los que nació el programa ‘Moldeando la Igualdad’, donde se enseña a través de actividades muy prácticas”. Todas las enseñanzas se recogen en un blog que ganó la décimo tercera edición del premio Rosa Regás, con el que, en honor a la escritora, la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía reconoce y divulga las actividades de los centros educativos andaluces a favor de la coeducación. ¿Enseñar a un niño a planchar igual que a su compañera de pupitre para que se dé cuenta de que no hay tareas de chicos y de chicas es adoctrinar como dice Vox? ¿Qué acuda un padre a clase a enseñar una receta sería “terrorismo de género”?

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