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Juan José, de 300 kilos a 150: "Lo del Ironman era broma; no tengo ganas de gimnasio"
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SOLO LOS BOMBEROS LE PODÍAN MOVER

Juan José, de 300 kilos a 150: "Lo del Ironman era broma; no tengo ganas de gimnasio"

Aunque prefiere estar en casa, viendo películas y leyendo libros, ya sale a diario de su domicilio de Málaga. Reduce peso de modo lento, pero constante. Y busca trabajo

Foto: Juan José, el pasado jueves, en su casa de Málaga, junto a un ejemplar del manga 'Gorda' y una reproducción de Tintín. (Foto: Agustín Rivera)
Juan José, el pasado jueves, en su casa de Málaga, junto a un ejemplar del manga 'Gorda' y una reproducción de Tintín. (Foto: Agustín Rivera)

'Ningen Isu', un grupo de rock japonés, irrumpe en el salón de su casa. Le dan duro estos nipones con la guitarra eléctrica. Lo confirma la flamante televisión de 55 pulgadas. Juan José se ha levantado a las seis de la mañana. Ha estado un par de horas leyendo en la cama y escucha música a todo trapo a las 11 horas. La luz natural apenas entra. No le gusta mucho la claridad. Tampoco el verano. Ni demasiado la gente. Su conversación es fluida, culta y nutritiva cuando se trata de hablar de libros, películas y series de TV.

Hace ahora un año Juan José esperaba en su habitación del Hospital Clínico Universitario a que le practicaran una reducción de estómago. La operación salió perfecta. "Ni me enteré", asegura. Cuando le ingresaron pesaba 300 kilos (solo los bomberos lo podían mover); ya ha bajado a los 150 y aún le quedan 50 kilos para estar bien.

Foto: Juan José, en su habitación del Hospital Clínico de Málaga. (Agustín Rivera)

"No tengo un objetivo concreto. Mi peso normal sería 80 kilos, supongo; pero con bajar de cien me quedo contento". Juan José (1,80 de estatura) y con ojos azules, no ha estado toda la vida obeso. Tiene fotos en su casa familiar (sus padres ya murieron y su hermano se pasa los fines de semana) con un peso más que razonable. En el pasillo, en un recoveco justo antes de entrar en su habitación, hay una imagen de él vestido con el traje de primera comunión con pajarita incluida.

Cinco horas de ejercicio

La época en Elche da constancia de que fue delgado, que llegó a ir al gimnasio, de modo regular, a destajo, como si no existiera mañana, pero de repente un día dejó de hacer pesas y correr en la cinta. "Perdí 70 kilos en un año, hacía cinco horas diarias de ejercicio, pero cuando lo abandoné no lo echaba de menos". El año pasado dijo a este diario que por qué no podría ser capaz de hacer un 'Ironman'. "Lo dije en broma", aclara ahora en una voz de susurros, educada.

Juan José no es muy sociable, admite, y se identifica con los 'hikikomori' pero sobre todo lo dice porque no le gusta que le señalen por la calle, que le reconozcan. "Por eso no quiero ir al gimnasio, para que nadie me pregunte. No me gusta la gente que me mira", explica. Tiene una cinta de correr en el piso y una pesa de 5 kilos, de color azul. La toma y practica un poco.

placeholder Juan José, en el hospital Clínico de Málaga, en agosto de 2018. (A. Rivera)
Juan José, en el hospital Clínico de Málaga, en agosto de 2018. (A. Rivera)

¿La comida? Ahora se llena enseguida. Su estómago le dice basta. Hasta aquí puedo comer. Ha aprendido a tomar pequeñas porciones y ya no está devorando a cada momento patatas fritas ni cosas así. El miércoles almorzó ensalada de pepinos y lata de atún al natural con un poco de pan. Como le entra mucho sueño después de comer, sobre todo en verano, como es habitual, a veces decide que la comida principal del día sea la cena "y así luego poder quedarme dormido".

"No hago siesta, pero me quedo leyendo en la cama. Suelo acostarme a las 11 de la noche, pero a pesar de que me gusta la radio a esa hora no puedo. Odio el fútbol porque está en todas partes. Y por la noche es lo único que se puede escuchar. Menos mal que están los podcasts de Historia y Ciencia". Por las mañanas escucha a Carlos Alsina en Onda Cero, pero no le apetece mucho el resto de la programación de las radios convencionales, porque dice que está muy encorsetada a unas determinadas horas. Prefiere diseñarla él mismo, como hace con su subscripción a Amazon Prime y Netflix.

"Cualquier cosa que pueda hacer por Internet me vendría bien, pero no tengo suficiente nivel para unas cosas y otras son timos"

Ya ha empezado a sondear el mercado para trabajar desde casa. Por el momento no ha tenido suerte. "Cualquier cosa que pueda hacer por Internet me vendría bien, pero no tengo suficiente nivel para unas cosas y otras son timos, de esos que acabas perdiendo dinero".

Es delineante de profesión. También ha sido cobrador de recibos de cofradías. Recibe una pensión por minusvalía. Mantiene la discreción: prefiere no decir la cantidad. "Para ir una oficina aún no he buscado. Estoy preparándome. Dentro de un par de años me gustaría tener un empleo, el peso que te he dicho antes, y tener un cierto dominio de idioma francés. También mejorar mi nivel en Física y Matemáticas, que lo tengo muy dejado últimamente. Nada académico, estudiar por mi cuenta. Ah, y mejorar mi nivel de inglés".

'Gorda' de Moyoco Anno

placeholder Juan José, en marzo de 2018
Juan José, en marzo de 2018

La pasión por los cómics, "antes se consideraba algo infantil, pero afortunadamente eso ahora está cambiando", continúa intacta. Posa con una reproducción del reportero Tintín, un manga titulado 'Gorda', de Moyoco Anno, y tiene una colección fantástica de 'Popeye', forrada con plástico transparente como parte importante de su biblioteca.

La cortina del salón (son las 12 de la mañana) sigue echada. Hay una pata de jamón ibérico con una pinta maravillosa en el respaldo del sofá, debajo de un cuadro con tonos azules oscuros. ¿En el sofá? ¿Sí, en el sofá? ¿Y qué hace ahí? "¿A qué te has creído que era de verdad? Está para echarnos unas risas". Marchando una de almohada de ibérico.

Sabe que tiene que salir más de casa. "Me gustaría conocer alguno de los nuevos museos de Málaga, como el Ruso o el Pompidou".

Observa su videoteca, llena de Blue-Rays (la película 'Mediterráneo' es su favorita), y piensa en una nueva vida, el principio del fin de la obesidad. "Voy un poco más lento de lo normal, pero al menos ya no engordo más".

'Ningen Isu', un grupo de rock japonés, irrumpe en el salón de su casa. Le dan duro estos nipones con la guitarra eléctrica. Lo confirma la flamante televisión de 55 pulgadas. Juan José se ha levantado a las seis de la mañana. Ha estado un par de horas leyendo en la cama y escucha música a todo trapo a las 11 horas. La luz natural apenas entra. No le gusta mucho la claridad. Tampoco el verano. Ni demasiado la gente. Su conversación es fluida, culta y nutritiva cuando se trata de hablar de libros, películas y series de TV.

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