Una mujer muere en Almería después de dos horas esperando en urgencias

Dolores Alonso Román vivía en una residencia de ancianos de Almería. Este martes por la mañana sufrió problemas respiratorios, por lo que desde el centro llamaron a una ambulancia que la trasladó rápidamente al Hospital Torrecárdenas de la capital almeriense, donde entró a las 11.30. Sin embargo, dos horas después, la mujer moría en una sala de espera de urgencias sin que la hubiera atendido ningún médico.

Ana Almécija, hija de Dolores, ha explicado a La Voz de Almería lo sucedido: “Después del triaje, ella ha estado dos horas y media sin que nadie la haya visto ni llamado en la sala de espera, no en observación, y donde seguía cuando he llegado yo después de trabajar, pasadas las dos de la tarde”.

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De hecho, fue su propia hija quien descubrió que Dolores había fallecido: “Cuando llegué, la toqué y le pregunté cómo estaba, pero enseguida me di cuenta de que algo iba mal”. Ana llamó rápidamente a los médicos, pero sólo pudieron confirmarle que su madre había fallecido: “No me han dado ninguna explicación… mi madre es muy joven”.

Nivel 2 de urgencia

Dolores había pasado el triaje, el primer contacto que hay en el hospital para catalogar la urgencia y necesidad de cada paciente. El personal de enfermería que la atendió asignó un nivel 2 por insuficiencia respiratoria, pero no el nivel 1 que está reservado a las personas que corren riesgo de perder la vida.

Ana Almécija presentó este mismo martes una denuncia por presunta negligencia médica en la Ciudad de la Justicia de Almería y está a la espera de conocer los resultados de la autopsia. Explica que “los médicos nos han dicho que no han podido ver a mi madre porque están saturados y que no tienen medios, pero no hay derecho: mi madre ha muerto y quizás podría seguir viva si hubiera sido atendida”.

Los médicos del Hospital Torrecárdenas aseguran que la media de espera para pacientes que son calificados de nivel dos en urgencias ronda la media hora, aunque puede superarse en casos de saturación. El problema recaería en la persona que consideró a Dolores como paciente de nivel dos y no de nivel uno como parece que sería el caso.