Los expertos se aferran a que haya oxígeno bajo el tapón de tierra donde está Julen

25 centímetros de grosor y 110 metros de profundidad. El de Julen es uno de los rescates en pozos más complicados a los que se han enfrentado los bomberos en España. "No es el primero, se han producido otros rescates de este tipo, pero jamás en un pozo tan estrecho y con tanta profundidad". Lo sabe bien Aitor Soler, bombero del ERICAM, la unidad especial de Emergencia y Respuesta Inmediata de la Comunidad de Madrid, quien explica a este diario que esta es una operación en la que "hay que actuar con calma pero rápido" por el óxigeno que pueda quedar.

El principal problema con el que se han encontrado además de lo angosto que es el pozo es un tapón de tierra provocado por un derrumbe a unos 70 metros de profundidad, por lo que la cámara con la que estaban intentando llegar hasta Julen no ha podido cumplir su meta. Ahora los equipos de rescate trabajan en la forma en la que podrán acceder hasta donde el pequeño se encuentra habiendo descartado ya continuar retirando tierra del pozo.

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Sin embargo, continúa el temor de que no quede oxígeno. Soler explica que aunque el pequeño se encontrara a poca distancia del tapón atrapado, es posible que el aire siga circulando y quede de sobra para que Julen pueda seguir respirando.

Ahora se va a encamisar el pozo donde se encuentra, es decir entubarlo, para evitar más derrumbes y se va a proceder a realizar una excavación paralela para crear un pozo a través del cual se pretende llegar al orificio en el que se encuentra Julen y luego conectarlo.

El material para realizar esta operación no tiene complicación, ya que cualquier tecnología de obra dispone de este material. Sin embargo, el principal problema de esta opción es que la cercanía a la que tendría que llevarse a cabo la perforación podría provocar nuevos derrumbes a causa de la vibración provocada por la tecnología empleada, por lo que también sería necesario entubar el pozo para evitar despredimientos.

A la vez se va a trabajar en otras alternativas para hallar al pequeño, como un excavación a cielo abierto al otro lado de la montaña o la extracción de la tierra con otro sistema. Aunque el tapón de tierra se ha producido a poco más de 70 metros, no saben con exactitud a qué profundidad se encuentra el pequeño. El terreno ofrece algunas ventajas, explica, ya que es accesible "lo que permite trasladar maquinaria y efectivos de apoyo" hasta la zona donde se encuentra el pozo. Durante toda la noche se ha estado barajando varias ideas para tratar de sacar a Julen con vida del pozo.