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El cortijo de Morera: el empresario con negocios en Gibraltar que liquida ‘El Correo’
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el fin del decano sevillano

El cortijo de Morera: el empresario con negocios en Gibraltar que liquida ‘El Correo’

Un ‘holding’ de 30 empresas y una compañía de seguros en el Peñón, Millenium, están detrás del editor dispuesto a cerrar el rotativo cinco años después de comprarlo por su deuda

Foto: Unos quinientos periodistas, sindicalistas y representantes de instituciones apoyan a los trabajadores de 'El Correo de Andalucía'. (EFE)
Unos quinientos periodistas, sindicalistas y representantes de instituciones apoyan a los trabajadores de 'El Correo de Andalucía'. (EFE)

'El Correo' de Andalucía, decano de la prensa sevillana, uno de los periódicos más antiguos de España, a punto de cumplir los 120 años, está a punto de desaparecer a manos del empresario andaluz Antonio Morera Vallejo, que lo compró en noviembre de 2013 tras años de crisis en el rotativo y que un lustro más más tarde va a liquidarlo.

Morera está al frente de un peculiar holding de empresas que tiene en una compañía de seguros con sede en Gibraltar, Millenium, su principal motor económico. Compró el periódico para mejorar su imagen pública, elevar sus relaciones sociales y codearse con el poder y en sus manos echará el cierre tras no conseguir sus objetivos.

placeholder El empresario Antonio Morera Vallejo. (Wikipedia)
El empresario Antonio Morera Vallejo. (Wikipedia)

En mitad de una huelga indefinida de su plantilla, que lleva soportados seis ERE desde el año 2000, 'El Correo' enfila el final después de que Morera (Chucena, Huelva), haya presentado un ERE de 28 personas para una redacción de 29. Antes, el 31 de julio, llevó a negro la televisión local con la que se estrenó en el mundo de la comunicación, sumando otros siete despidos.

Acusa a la Junta de haberle ‘castigado’ en el reparto de licencias de TDT. Morera no ha dado la cara ni se ha dirigido a los trabajadores. Tampoco lo ha hecho su mujer, Rosario Maldonado, a la que nombró directora del periódico.

30 empresas, muchas deficitarias

'El Correo' puede morir justo donde Blas Infante, “padre de la patria andaluza”, fue asesinado a tiros en 1936. Ese año, el periódico que mejor contó el nacimiento de la autonomía y al que ahora están a punto de liquidar, ya tenía más de tres décadas. En ese lugar histórico, Antonio Morera, que se presenta en su web como presidente de importante “multinacional andaluza” y “uno de los mayores holdings empresariales de España” tiene un parque empresarial de “30.000 metros cuadrados”, con dos hoteles y tres edificios.

Allí trasladó 'El Correo', entonces con 53 trabajadores, poco después de que en diciembre de 2013 decidiera comprar esta cabecera para "impulsar un gran proyecto multimedia", según explicó. Tenía alquilada una licencia de una televisión local que fue el germen de esta nueva expansión. Su objetivo era “reflotar” empresas en crisis, contó. En realidad, la mayor parte de su entramado empresarial, con el mundo de los seguros en el origen, ha ido creciendo con avales ejecutados a empresas a las que aseguró en los años del último ‘crack’. Así se hizo con el club de campo La Motilla o su empresa de plásticos.

Compró 'El Correo' por la deuda, tres millones de euros, certifican quienes asesoraron la operación. El anterior propietario, el Grupo Gallardo, había dejado caer el periódico después de que viera tumbado el proyecto que le llevó a comprarlo. El extremeño era propietario de la refinería Balboa, que pretendía construir un oleoducto desde Huelva hasta Badajoz atravesando Doñana. Gallardo compró en 2008 'El Correo' y 'Diario Jaén' a Prisa por 19 millones de euros. En 2000, Juan Luis Cebrián salió en auxilio de la prensa andaluza que controlaba Emilio Martín, afín al PSOE, y desembarcó por 1.800 millones de pesetas.

El Correo llegó a estar en 2013 en manos de un empresario condenado por estafa tras una operación oscura que propició Gallardo

Morera arribó después de una oscura operación, a través de un fondo de inversión vasco, Abra Invest, que llevó a un empresario que había sido condenado por estafa, Diego Castrejón, a proclamarse director del periódico. Aquello pudo revertirse ‘in extremis’. Su fama de salvador se acrecentó por los precedentes de un periódico siempre a punto de la extinción.

El "ejército" y la Virgen del Rocío

El empresario siempre defiende que su plantilla es “un ejército” donde todos sus trabajadores reman a la vez. Pidió a los redactores que buscaran suscriptores, les sugirió vender seguros en las ruedas de prensa, se los llevó a su cortijo, donde a la entrada tiene una réplica de la Virgen del Rocío y en sus paredes imponentes obras de arte, y trató desde el principio de acabar con algo que para él era inaudito, un comité de empresa, figura que no existe en ninguna de sus compañías. Para él, el periodista era un ser extravagante y poco versátil que estaba demasiado bien pagado para lo que hacía.

Morera presume de tener en nómina a “400 empleados y 500 colaboradores”, a los que elige sin experiencia para promocionarlos y darles su propia formación. Les obliga a firmar cláusulas de exclusividad camufladas en sus nóminas para que si se van, tengan que devolverle el dinero de su formación. Su práctica en recursos humanos es dura. Días atrás volvió a enviar varios burofax a personas que fueron clave en su equipo anunciando demandas por supuesta competencia desleal.

El empresario practica una dura política de recursos humanos con cláusulas de exclusividad poco transparentes y demandas a quien lo abandona

En 'El Correo' y ante la sociedad sevillana se presentó como el salvador, se coronó dando entrevistas y recibiendo premios, pero ¿quién era Morera? ¿De dónde salía esa fortuna que aparentaba tener? Era complicado entender la meteórica expansión de un grupo que nacía con los seguros y se dedicaba a las naranjas ecológicas en Doñana, los plásticos en Almería, que tenía una yeguada (“Regala buenos potros para agasajar a sus clientes”, dice un extrabajador), centros de belleza zen o un club de campo. La mayoría son deficitarias.

Bajo la lupa del Gobierno

Atendiendo a su página web Morera y Vallejo es una multinacional con “más de 30 empresas en los cinco continentes y 25 países”. Un entramado empresarial poco transparente, con firmas que no tienen ni actividad ni trabajadores, según ha comprobado este periódico. Quienes han trabajado con él aseguran que el motor de su entramado está en Millenium, ahora MIC Insurance, una compañía de seguros británica con domicilio fiscal en Gibraltar que en 2015, último año publicado, facturó 75,6 millones de euros con beneficios de 5,64 millones de euros.

Millenium nació en Gibraltar hace 16 años. En una primera etapa, Morera no aparecía vinculado a esa compañía. La propietaria era la mercantil Defensa y Servicios del Asegurado SA (DSA). Desde 2002, Millenium perteneció a su hijo, Francisco Antonio Morera Escobar, y a su íntimo amigo Adrian Sharp, ya fallecido.

En 2008, la Dirección General de Seguros del Ministerio de Economía tuvo bajo lupa a Morera, lo auditó e investigó con el convencimiento de que vulneraba la entonces flamante ley de mediación de seguros privados, que impedía ser corredor de seguros y tener una compañía aseguradora. Él negó entonces cualquier vínculo con Millenium, empresa de la que se presenta como distribuidor de sus seguros por todo el mundo. Previamente a esa nueva norma estatal, Morera había reestructurado su organigrama, repartiendo la titularidad de las empresas entre su actual esposa, Rosario Maldonado, sus hijos y algunos de sus empleados.

El Ministerio de Economía auditó a Morera por incumplir la ley de mediación de seguros al estar al frente de una compañía aseguradora

Morera superó aquella auditoría. “Es un embaucador, un empresario audaz, valiente y un gran trabajador. Cada día amanece a las seis de la mañana y toda su vida social se vincula a su trabajo. Si celebra una cena es para conseguir un negocio. Siempre va al filo de la ley pero sale airoso. En el mundo de los seguros está mal visto entre sus competidores, que lo tildan de ser un tiburón”, asegura alguien que trabajó con él durante años. Es un hombre hecho asimismo, desde abajo. Empezó en los 80 vendiendo seguros de Mapfre puerta a puerta. Ahora tiene un gran yate en el que agasaja a sus clientes.

Una "multinacional" a nombre de otros

En estos momentos, el empresario no esconde su relación con la aseguradora gibraltareña, que tiene su gran negocio en los seguros de caución, avalando empresas y obras que ninguna otra compañía asumiría por su elevado riesgo. En su complejo empresarial las banderolas del caballo que representa a Millenium compiten con las de 'El Correo'. Durante la crisis, Millenium aumentó de forma importante su volumen de negocios. Avalaba principalmente obras públicas de grandes empresas como Sacyr, OHL o FCC. Cuando los bancos cerraron el grifo del crédito y los avales bancarios, ahí estuvo Morera. Mediante la agencia de suscripción de riesgos OM Suscripción distribuye en España los productos de MIC Insurance Company, en Francia lo hace a través de Leader, en Reino Unido, mediante Greenwich y en Miami opera con Iberoamérica Underwriting.

Morera es visto en el sector como "un tiburón" y sus operaciones desde el Peñón despiertan recelos, aunque las constructoras contratan sus seguros

Cuando compró 'El Correo', sus empleados más cercanos le pidieron que no lo hiciera. Le advirtieron que se ponía en el escaparate, que estaría en el punto de mira, como ocurre ahora cuando ha decidido echar el cierre. “Lo quería como un blog personal caro”, dicen personas cercanas al empresario, “fue su juguete”. Cada mañana, los empleados de sus oficinas bromeaban con el periódico rememorando el libro de Wally,“¿Dónde está Morera?”, decían mientras buscaban al empresario en las páginas del periódico. Nombró a un director sociólogo y experto en responsabilidad social corporativa, David López Royo, que nunca antes había trabajado en un medio de comunicación y que ordenó portadas antológicas (“El Rey que sirve a todos los españoles y el príncipe que ama a España son aclamados y vitoreados por la ciudadanía” 9/6/2014). Subió el gramaje del papel, le puso grapa al periódico y puso en marcha otro nuevo, 'El Decano Deportivo', en pleno desarrollo de los medios digitales.

La empresa denunció a la Junta tras perder la mina de Aznalcóllar y desde entonces, aseguran fuentes próximas a Morera, Susana Díaz comenzó el derribo

Morera precipitó el cierre de 'El Correo' tras perder la licencia de la televisión local. La Junta de Andalucía asegura que incumplió las bases del concurso público y no entregó la documentación en CD. Pudo deberse a “un error humano” o una jugada intencionada para tener coartada y echar la culpa al Gobierno andaluz del cierre de un cabecera centenaria. El empresario denunció y el asunto está en los tribunales, donde quedó también su aventura con la mina de Aznalcóllar. El editor de 'El Correo' avaló a Emérita, la empresa que perdió el concurso, y que llevó a su adversaria a los tribunales, provocándole a Susana Díaz uno de los episodios con sombras de corrupción más sonados de su mandato. Todo fue archivado. Desde el entorno del empresario aseguran que tras la denuncia de "chantaje", la publicidad institucional dejó de entrar y el Gobierno andaluz huía de Morera como de la peste. En Andalucía el panorama es desolador y la supervivencia de los medios depende de la publicidad que paga el poder. Pero ese es ya otro capítulo. Ahora se trata de 'El Correo', el periódico que ha sido una gran escuela del periodismo en Andalucía y puede expirar este domingo.

'El Correo' de Andalucía, decano de la prensa sevillana, uno de los periódicos más antiguos de España, a punto de cumplir los 120 años, está a punto de desaparecer a manos del empresario andaluz Antonio Morera Vallejo, que lo compró en noviembre de 2013 tras años de crisis en el rotativo y que un lustro más más tarde va a liquidarlo.

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