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Casado lanza al PP a contrarreloj a recuperar a sus votantes para arrinconar a Cs
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Casado lanza al PP a contrarreloj a recuperar a sus votantes para arrinconar a Cs

Confían en que las encuestas que señalan el despegue del partido tras las primarias sirvan para acelerar la unidad interna y recuerdan que no hay tiempo para lamerse las heridas

Foto: El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, junto al presidente del PP de Andalucía, Juanma Moreno, tras su reunión en Córdoba. (EFE)
El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, junto al presidente del PP de Andalucía, Juanma Moreno, tras su reunión en Córdoba. (EFE)

No hay tiempo para lamerse las heridas. Ese es el mensaje del presidente del PP, Pablo Casado, que confía en que las encuestas, que señalan un aumento de la intención de voto para su partido tras su llegada a la presidencia, sirvan como aliciente para cerrar las fracturas internas más rápido y volver a poner a los populares en órbita. El equipo de Casado admite que tienen poco tiempo y espera que haya elecciones en Andalucía y en España en cualquier momento. "El PP no está en funciones y ha vuelto para quedarse", proclamó el sábado en un acto en Córdoba donde comunicó que no se tomará vacaciones en agosto. El próximo miércoles visitará a la Guardia Civil en Ceuta y Algeciras, donde sufren las consecuencias directas del colapso migratorio, y en las siguientes semanas volverá a Andalucía, a Málaga y Almería.

Casado y su vicesecretario de Organización, Javier Maroto, trasladaron a los suyos en Andalucía que hay tres claves para volver a activar al partido. "Ilusión, regeneración y unidad", es la triada con la que trabajan como receta para volver a recuperar votantes fugados a otras formaciones políticas. Consideran que las encuestas que apuntan a un PP en ascenso insuflarán ánimos a un partido deteriorado tras meses de sobresaltos y guerra interna. Confían en que el nuevo equipo y los nuevos rostros marquen la imagen de una nueva etapa y piden que haya "generosidad y sacrificios" para que la unidad sea un hecho, pese a que Soraya Sáenz de Santamaría y su núcleo duro descarten integrarse en el nuevo organigrama. Casado les dio tiempo, aseguró que la puerta está abierta y dijo que necesita "a los mejores".

Foto: Pablo Casado posa en Barcelona el pasado jueves. (EFE)

El líder del PP incorporó a Javier Arenas y Fátima Báñez al almuerzo celebrado en un restaurante cordobés y vendió todo tipo de gestos de acercamiento y unidad en su discurso. La exministra de Empleo aseguró que va a trabajar con lealtad, pero descartó sumarse con cargo al proyecto de Casado. Arenas capeó como pudo la atención que despierta como símbolo de la caída de una etapa del partido, ensayó su mejor cara y se mostró cordial tras haber sido nombrado portavoz adjunto en el Senado.

placeholder El presidente del PP, Pablo Casado, saluda a Javier Arenas ante la atenta mirada de Zoido. (EFE)
El presidente del PP, Pablo Casado, saluda a Javier Arenas ante la atenta mirada de Zoido. (EFE)

Un discurso "reconocible"

El presidente del PP quiere volver a un discurso "reconocible", más ideológico, explican los suyos, y en su intervención en Andalucía se vio con claridad que endurecerán el tono frente a Pedro Sánchez con advertencias muy firmes frente al secesionismo catalán y mensajes de apoyo, por ejemplo, a la Guardia Civil, alertando sobre la responsabilidad del nuevo gobierno en la presión migratoria que sufre el Estrecho. "Tenemos que volver a ocupar todo el espacio del centroderecha y hacer que los votantes que se fueron porque no nos reconocían vuelvan a sumarse al proyecto cuanto antes", admitían desde la ejecutiva nacional.

"Albert Rivera no es el adversario. Mi adversario es Pedro Sánchez por una confrontación ideológica y porque es quien está ocupando ahora mismo el Gobierno de España", proclamó Casado pero el PP peleará por volver a ocupar con hegemonía el espacio del centroderecha en España y para eso sabe que debe combatir a Ciudadanos. El líder popular no ocultó que aspira a volver "a un modelo bipartidista imperfecto, en el que PP y PSOE garanticen la alternancia y la estabilidad política en España, sin necesidad de volver a legislaturas como estas que iban a ser el gobierno del Parlamento y al final ha sido un desgobierno". "Prefiero una alternancia sana en la que no dependamos de bisagras nacionalistas y donde pueda haber un partido como Cs y como Podemos que puedan garantizar la gobernabilidad en función de qué partido gane y de políticas sectoriales concretas y no de partidos nacionalistas", señaló Casado.

Casado desveló su hoja de ruta: volver al bipartidismo con Podemos y Cs como partidos subalternos y sin "bisagras nacionalistas"

Pero para que Cs sea el partido subalterno del PP, como proclamó Casado, saben que aún tienen un largo camino tras meses de debacle y desgaste, según los sondeos. El 'informe caritas' de este sábado en Córdoba hablaba por sí mismo. El anuncio de Íñigo de la Serna de que abandona la política o la negativa de Soraya Sáenz de Santamaría y su núcleo duro, con José Luis Ayllón, Fátima Báñez o Álvaro Nadal, a integrarse en el nuevo equipo, demuestra que sacar al partido de un proceso tan traumático como el que ha atravesado y convertir la proclamada unidad, en realidad no va a ser tan fácil.

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Elías Bendodo (2d) y Juan Manuel Moreno (3i) junto a Santamaría durante la campaña. (EFE)

San Pablo y los conversos

Mucha foto, mucho mensaje en redes sociales, exceso de 'dientes, dientes' en las sonrisas de los posados, pero también recelo hacia algunos compañeros y cuentas no ajustadas. "Esto es como San Pablo y los conversos", comentaba un diputado del PP andaluz que desde el primer momento se situó en el bando de Casado y que bromeaba sobre la profusión de besos y abrazos al nuevo líder. La dirección del PP andaluz con Juanma Moreno a la cabeza y nombres destacados como Elías Bendodo, Antonio Sanz y Javier Arenas, lo arriesgaron todo por Sáenz de Santamaría. Casado dejó claro que ha pasado página, pero también se encargó de nombrar uno a uno desde la tribuna a todos los que le habían apoyado en Andalucía y a quienes ahora, como cuota de María Dolores de Cospedal, forman parte de su equipo.

Casado quiere señalar al PP andaluz, puramente 'sorayista' y rápidamente alineado con el nuevo líder por una cuestión de supervivencia y ante la proximidad de las elecciones autonómicas, como ejemplo de integración. Su apoyo a Juanma Moreno como candidato a la Junta y al resto de candidatos designados como cabezas de cartel en las capitales para las próximas municipales quedó muy claro. A cambio reclamó que se integre a su gente y a los afines de Cospedal en las listas electorales y que no haya vetos.

Bendodo y Pérez, con corrientes internas en contra en Málaga y Sevilla, eran señalados por los afines a Casado como los perdedores del PP andaluz

"Las peores caras las tienen Elías (Bendodo) y Virginia (Pérez)", comentó un dirigente del PP a la salida del acto con mucha retranca y sin dejar de recordar las "presiones" sufridas durante las primarias. El presidente del PP de Málaga vive un enfrentamiento personal con el alcalde malagueño, Francisco de la Torre, alineado primero con Cospedal y después con Casado. La segunda ha trabajado muy duro, con la inestimable ayuda de Arenas, para laminar todo el poder de Juan Ignacio Zoido en Sevilla y ahora ve cómo el exministro de Interior escala posiciones en el organigrama y amenaza su feudo sevillano. Tampoco es menor que José Antonio Nieto, expresidente del PP de Córdoba, sea el número cinco en la ejecutiva de Casado y el andaluz con más poder en Génova, pese a que no es ningún secreto su enfrentamiento frontal con Moreno Bonilla. Frente a los mensajes de unidad de los 'perdedores' destacaban las sonrisas francas y los mensajes de felicidad sincera de quienes han ganado la partida interna.

El núcleo duro de Casado admite que queda aún tiempo para que las heridas de verdad cicatricen, pero aseguran que habrá "mucha generosidad" y confían en que de estas duras primarias salga un PP sin corrientes internas ni disidencias. El primer examen se librará en Andalucía, donde las autonómicas tocan en marzo, pero se baraja un adelanto electoral al próximo otoño. Las encuestas publicadas señalan que el PP podría perder la segunda posición a favor de Cs. Los dirigentes del PP andaluz niegan que eso sea una posibilidad, aunque hay preocupación en algunos líderes provinciales por el avance de Cs en los grandes núcleos urbanos y en bastiones habituales de los populares como es la costa de Málaga o Almería. Eso a pesar de que Cs jugó como socio de investidura de Susana Díaz y ha continuado toda la legislatura como aliado prioritario del PSOE andaluz. Ahora toca unidad, sonrisas, abrazos y apretar las filas hasta que se abran las urnas. Porque como dijo Casado: "Juanma y yo somos amigos, amigos de verdad, él vino a mi boda y yo a la suya".

No hay tiempo para lamerse las heridas. Ese es el mensaje del presidente del PP, Pablo Casado, que confía en que las encuestas, que señalan un aumento de la intención de voto para su partido tras su llegada a la presidencia, sirvan como aliciente para cerrar las fracturas internas más rápido y volver a poner a los populares en órbita. El equipo de Casado admite que tienen poco tiempo y espera que haya elecciones en Andalucía y en España en cualquier momento. "El PP no está en funciones y ha vuelto para quedarse", proclamó el sábado en un acto en Córdoba donde comunicó que no se tomará vacaciones en agosto. El próximo miércoles visitará a la Guardia Civil en Ceuta y Algeciras, donde sufren las consecuencias directas del colapso migratorio, y en las siguientes semanas volverá a Andalucía, a Málaga y Almería.

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