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Juan José: la historia de un obeso mórbido de 300 kilos y cuatro años sin salir de casa
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Juan José: la historia de un obeso mórbido de 300 kilos y cuatro años sin salir de casa

Se han necesitado 20 efectivos del Cuerpo de Bomberos de Málaga para trasladarlo desde su domicilio al hospital Clínico. “Es un drogadicto de la comida”, dice un cirujano experto

Foto: Juan José Suárez, saliendo este lunes de su domicilio en dirección al hospital. (EC)
Juan José Suárez, saliendo este lunes de su domicilio en dirección al hospital. (EC)

Juan José nunca le dio importancia a su gordura. Para él era eso: solo gordura. No es que fueran kilos de más, es que tenía ya una obesidad mórbida muy peligrosa. Llevaba cuatro años sin salir de casa. Se alimentaba de lo que fuera y en la última semana ni se podía cambiar de postura en la cama. Llamó el domingo a la radio, a la cadena Ser en Málaga. “No pueden moverme”, era su queja.

Esta es la historia de un obeso mórbido de 300 kilos que apenas hace un año pesaba la mitad y que a pesar de su peso carece de masa muscular. Este lunes le han ingresado en el hospital Clínico Universitario y para ello han necesitado un equipo de 20 efectivos de bomberos y protección civil. Era imposible moverle. ¿Cómo llegó a esta situación? Su hermana dice que desde que Juan José era un niño (que ahora tiene 52), con diez años, no tenía ningún control con la comida. Comía lo primero que veía en el frigorífico.

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Todo empeoró para él cuando perdió su empleo de delineante. Iba al psiquiatra, dejó de tomar las pastillas durante un año y ahí empezó a engordar cada vez más. “Con la ansiedad le daba por comer más. No hacía caso de lo que le decíamos la familia, que hiciera dieta. Mis padres, ya mayores, no le podían controlar y tampoco la familia podía estar siempre con él”, relata su hermana en conversación con El Confidencial.

No tenía ni pareja ni hijos. No quería salir de casa y se encerraba en su habitación navegando en internet. “Es una pena, pero lo mejor que podría pasar es que lo ingresaran en el hospital. Le decíamos que hiciera deporte y nada. No tenía ningún aliciente en la vida”, cuenta su hermana. “Hemos vivido muchos años en Vitoria y cuando Juan José tenía 12 años regresamos a Málaga”, explica. “¿Te puedes creer que de pequeño no le apetecía comer?”, dice.

"No está nutrido"

Sentada en la sala de espera del Clínico y con su móvil ya con escasa batería disponible, espera que llegue el momento de ver a Juan José y entregarle “su ‘tablet’, teléfono y radio. Seguro que cuando se la de se va a quedar mucho más tranquilo”, asegura esta mujer que ha vivido en Alicante y ahora reside entre Málaga y Coín, municipio malagueño del interior, “para estar más cerca de la familia”.

El cirujano José Rivas vio personalmente este lunes por la mañana a Juan José. “Su situación es terrible. A pesar de sus kilos, no está nutrido. Su peso se encuentra un 60% por encima de su IMC (Índice de Masa Corporal). Es muy difícil manejar a este paciente. Tiene que estar todo un equipo pendiente”, asegura Rivas a El Confidencial.

placeholder Juan José, en la cama de su domicilio de Málaga, ayudado por una mujer (EC).
Juan José, en la cama de su domicilio de Málaga, ayudado por una mujer (EC).

Ahora el paciente tiene por delante al menos dos operaciones. Una de reducción de estómago, que en estos momentos puede absorber cuatro litros de agua y quedarse en un órgano que retenga solo 90 centímetros cúbicos. Luego, esperar 19 meses hasta graduar para que su organismo tenga proteínas.

“Ahora lo importante es ver bien la función renal y la respiratoria. Parece que todo va bien, pero tiene como dos cuerpos. La parte inferior la tiene toda entera tapada de grasa. Su propio cuerpo es una cárcel. Está abandonado. Su obesidad mórbida es la de un claro drogadicto de la comida”.

Juan José nunca le dio importancia a su gordura. Para él era eso: solo gordura. No es que fueran kilos de más, es que tenía ya una obesidad mórbida muy peligrosa. Llevaba cuatro años sin salir de casa. Se alimentaba de lo que fuera y en la última semana ni se podía cambiar de postura en la cama. Llamó el domingo a la radio, a la cadena Ser en Málaga. “No pueden moverme”, era su queja.

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