Sánchez ve en el "pasado" su guerra con Díaz y ella ironiza: "El deshielo, para 'Frozen"
El líder del PSOE descarta el apoyo a los PGE y critica el tándem Rajoy-Rivera: "Las víctimas de sus 'peleítas' son los ciudadanos porque la legislatura está agotada"
Fue el reencuentro en Sevilla tras la dura guerra de las primarias del PSOE. Pedro Sánchez y Susana Díaz se dan una tregua en su guerra fría por cálculo electoral, casi por supervivencia, aunque ahora se indignen cuando se les recuerde que no se podían ni ver y que protagonizaron una de las luchas más intestinas que se recuerdan en la historia reciente de los socialistas. Ella le dio la bienvenida a Andalucía, comunidad que el líder socialista casi ni se ha atrevido a pisar hasta ahora. Él anunció que va a venir mucho más a partir de ahora.
Antes de la conferencia en el Foro Joly, la presidenta andaluza y el secretario general del PSOE tomaron un café y departieron en una sala a solas durante una media hora. Una reunión que estaba destinada a convertirse en un símbolo de la supuesta normalidad que dicen que, por fin, preside la relaciones entre ambos. La dirigente socialista contestó a los periodistas camino de ese café e ironizó: "El deshielo, para 'Frozen'", aludiendo a la película de Disney y dejando claro que no se siente nada cómoda en el punto de mira por su enfrentamiento interno con el secretario general y que hay titulares que no le hacen gracia. También se mostró molesta por la pregunta de si seguían con las espadas en alto: "En serio", inquirió poniendo cara de asombro.
Al margen de la gestualidad, Pedro Sánchez fue firme en sus posiciones sobre Cataluña y se situó al lado del Gobierno de Mariano Rajoy. Su viraje en el tema catalán, hasta abrazar el 155 y cerrar filas con el Ejecutivo ante el desafío secesionista, aproximó a Sánchez a las posiciones en defensa de la unidad de España con las que se identifica Susana Díaz. "Apoyaremos todos los recursos que interponga el Gobierno para salvaguardar la legalidad en Cataluña", dejó claro Sánchez, en un momento en el que está en el aire la investidura desde el 'exilio' de Carles Puigdemont.
Excepción hecha del tema catalán, el líder del PSOE se dedicó a marcar diferencias con el PP y Ciudadanos por igual, hasta el punto de que descartó sin dudas que el PSOE vaya a apoyar los Presupuestos Generales del Estado. "Las batallitas de poder, reproches mutuos, entre Ciudadanos y el PP, tienen paralizada la legislatura".
Sánchez prometió que el PSOE garantizará la primera matrícula gratuita en las universidades públicas. El Gobierno andaluz de Susana Díaz ha aprobado como medida estrella la matrícula gratis en caso de aprobado, lo que aseguró el líder socialista que inspira su propuesta. "El socialismo andaluz y el español queremos lo mismo, que haya un Gobierno socialista en Andalucía y otro en España", apuntó en otro momento de su intervención.
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"No me va a pillar usted en ese titular". Así zanjó Sánchez su propuesta de "plurinacionalidad" que le enfrentó con el PSOE andaluz y que en los últimos meses el partido ha terminado arrinconando. "Se trataba de perfeccionar la España plurinacional que ya reconocía nuestra Constitución. Lo que proponemos es que es perfectamente compatible la igualdad y la diversidad. Si el PSOE tiene que reconocer algo es la igualdad entre todos los españoles. Cada comunidad de España es lo que define su Estatuto de Autonomía", dijo Sánchez.
"El PSOE no es un cuartel"
"¿No habla usted con Felipe González?", le preguntaron recogiendo las declaraciones del expresidente en la Cadena SER, que señaló que sólo hablaba con Albert Rivera. "Atiendo mucho las reflexiones que hacen mis mayores y lo hago con mucho respeto aunque no comparta sus posiciones. Las posiciones políticas corresponden a la ejecutiva federal. Cuando tenga algo que comentar con Felipe, Alfredo [Pérez Rubalcaba], José Luis [Rodríguez Zapatero], Joaquín [Almunia]... Llamaré".
"El PSOE no es un cuartel, es una formación de izquierdas que ama el debate", se defendió Sánchez. "No sé por qué mira tanto al pasado. En todo caso los afiliados votaron el pasado mayo, el partido está unido, la presidenta Susana Díaz cuenta con todo el apoyo de la ejecutiva federal. No hay más", insistió, enmarcando las discrepancias "en el pasado". Según el líder del PSOE, está "todo superado" y se encuentran "remando en la misma dirección". "Las relaciones están normalizadas. Vamos a estar mucho en Andalucía. Es una federación importante para el interés político y electoral de la organización", agregó, defendiendo que hay objetivos compartidos y que lo mejor sería que haya gobiernos socialistas en Sevilla y Madrid.
Sánchez estuvo presentado por la periodista Pilar del Río y al desayuno asistió el vicepresidente del Gobierno andaluz, Manuel Jiménez Barrios; el alcalde de Sevilla, Juan Espadas; el número dos del PSOE-A, Juan Cornejo; el portavoz parlamentario, Mario Jiménez, la secretaria general del PSOE de Sevilla, Verónica Pérez; el presidente de la Diputación, Fernando Rodríguez Villalobos; y el alcalde de Dos Hermanas, Francisco Toscano, su mayor defensor en Andalucía en tiempos difíciles. De su ejecutiva federal acudieron el secretario de Organización, José Luis Ábalos, y los andaluces Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, Carmen Calvo, José Antonio Rodríguez y Paco Salazar. También había intelectuales que fueron clásicos del PSOE y después fueron rostros próximos también a Podemos como el economista Juan Torres o el catedrático de Derecho Javier Pérez Royo.
Fue el reencuentro en Sevilla tras la dura guerra de las primarias del PSOE. Pedro Sánchez y Susana Díaz se dan una tregua en su guerra fría por cálculo electoral, casi por supervivencia, aunque ahora se indignen cuando se les recuerde que no se podían ni ver y que protagonizaron una de las luchas más intestinas que se recuerdan en la historia reciente de los socialistas. Ella le dio la bienvenida a Andalucía, comunidad que el líder socialista casi ni se ha atrevido a pisar hasta ahora. Él anunció que va a venir mucho más a partir de ahora.
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