Los dos bandos del PSOE siguen tirándose a matar en las redes sociales
Ferraz y la dirección regional del PSOE-A se apartan de los ataques y llaman a la normalidad, aunque Sánchez y Díaz siguen sin tener una relación fluida y se esquivan en sus actos
En las redes sociales se libró la batalla más despiadada de las primarias socialistas. De hecho, en una versión algo limitada de la realidad, el equipo de Susana Díaz sigue pensando que perdió aquellas primarias por los ataques virtuales despiadados, fundamentalmente en Twitter. Ocho meses después de aquella contienda, mientras que Ferraz y el PSOE andaluz siguen tratando de volver a la normalidad, con éxito moderado, las redes siguen siendo campo de batalla entre susanistas y sanchistas.
La última polémica, de muchos capítulos, pasa por la denuncia que realizan algunos de los activistas más fieles de Susana Díaz contra varias cuentas a las que acusan de tener el respaldo de Ferraz para atacar la gestión de la presidenta andaluza. Son perfiles de Twitter en la mayoría de los casos sin nombres y apellidos pero que no corresponden a ‘trolls’ sino a militantes anónimos, de base, que fueron muy activos en la campaña de primarias a favor de Pedro Sánchez. Esas cuentas siguen lanzando y potenciando noticias que coinciden en ser críticas o poner el foco en las debilidades de la gestión de la presidenta de Andalucía.
Premio al "trabajo sucio"
Afines de la presidenta andaluza acusan públicamente a Ferraz de ‘premiar’ a los perfiles en redes que más caña dieron a Susana Díaz. Aseguran que el alcalde de Jun (Granada), José Antonio Rodríguez, miembro de la ejecutiva federal, “premia” a los perfiles que hacen “el trabajo sucio”. Insisten en que la iniciativa #PSOElab ha dado galones a quienes critican públicamente la gestión de la presidenta de Andalucía, difundiendo noticias que ponen el foco en problemas graves de la sanidad pública andaluza o en políticas económicas frustradas.
Los mensajes, cada vez más intensos, vuelven a remover las rencillas entre militantes socialistas. Desde Ferraz, aseguran que nada de lo que denuncian socialistas andaluces cercanos al aparato del PSOE-A es verdad. Afirman que la etiqueta #PSOElab simplemente se creó para mover temas del partido animando a los militantes más activos en redes sociales a utilizarla, pero sin dar instrucciones sobre lo que se debe o no tuitear. Desmienten categóricamente que haya un comando capitaneado por la dirección federal o los responsables de comunicación para poner en evidencia la gestión socialista en Andalucía. “Son voluntarios que no están dirigidos por nadie”, aseguran desde la ejecutiva de Sánchez, “solo se trata de potenciar en redes la marca y la acción política del PSOE”.
La campaña del PSC
“No hay ninguna oficina y todo lo que se mueve en redes está hecho por voluntarios”, insisten desde Ferraz. Sí admiten que el PSC ‘fichó’ a algunos de los militantes que más duros fueron en redes contra Susana Díaz y más activos a favor de Pedro Sánchez para la campaña de las catalanas.
Como respuesta a todas estas críticas en redes desde Andalucía, los aludidos responden poniendo en evidencia que también hay ataques contra Pedro Sánchez y rescatando tuits que, por ejemplo, a la luz de los resultados de las catalanas o las últimas encuestas arremeten contra el secretario general y anticipan que tras una nueva derrota tendría que dimitir. Ya durante las primarias surgieron denuncias que aseguraban que Susana Díaz tenía un ejército de 'bots' o perfiles falsos para boicotear a su adversario y promocionar su imagen.
Desde el PSOE andaluz también niegan tajantemente que alienten o den alas a los tuiteros andaluces que arremeten contra Pedro Sánchez. Insisten en que la cuenta oficial del PSOE de Andalucía es la única por la que van a responder y que no tienen nada que ver con otros perfiles o militantes socialistas, a los que aseguran desconocer, aunque muchos forman parte del equipo que, por ejemplo, suele reclutarse para congresos o actividades extraordinarias.
Cansados de Pimpinela
“¿Hasta cuándo vais a seguir preguntando por Pedro [Sánchez] y Susana [Díaz]?”, preguntaba este lunes un dirigente del PSOE andaluz cansado del ‘retrato de Pimpinela’ de ambos dirigentes. Es una muestra más del hartazgo que existe sobre este tema y que es común en Andalucía y Ferraz, donde priman la indiferencia. Sin embargo, es inevitable que la falta de normalidad y fluidez en las relaciones entre el secretario general y la dirigente andaluza siga estando en el foco. Más allá de la pugna abierta en redes sociales, donde los ‘ejércitos’ no se cortan un pelo, este lunes se confirmó que Pedro Sánchez estrenará el jueves en Granada su nuevo formato de asambleas abiertas, donde dará la voz a los ciudadanos y se someterá a preguntas. Vuelve a la carretera en una nueva vuelta de tuerca tras días de silencio pasado el ‘pinchazo’ de las catalanas.
Es la primera vez que Sánchez vuelve a Andalucía desde finales de julio, cuando, tras las primarias, acudió al cierre del congreso regional que proclamó a Susana Díaz secretaria general del PSOE-A en un acto en el que la tensión fue palpable y el mal rollo entre ambos, una evidencia. La presidenta de Andalucía no tiene pensado, al menos de momento, acudir a ese encuentro de Granada. Sí podrían compartir escenario más adelante en Sevilla, aunque ese acto no está cerrado.
Desde Ferraz admiten que la asamblea de Granada no estaba pensada para que acudiera la presidenta de la Junta. Es un formato además muy incómodo y difícil para la presidenta de Andalucía en una ciudad, Granada, donde miles de ciudadanos han salido a la calle contra la gestión de la sanidad y la fusión de hospitales con Spiriman al frente de las protestas. Cualquiera, militante o no, podrá dirigirse directamente a Sánchez.
La granadina fue una de las tres provincias andaluzas, junto a Almería y Málaga, donde los sanchistas lograron abrir las urnas en las primarias provinciales. Ganó el candidato del aparato, el presidente de la diputación, José Entrena. Desde el PSOE andaluz, su número dos, Juan Cornejo, aseguró que la dirección regional se había puesto a disposición de Ferraz para ayudar a organizar el acto, aunque no despejó con claridad si Díaz iba a acompañarlo alegando que no tenía datos cerrados ni agenda.
En las redes sociales se libró la batalla más despiadada de las primarias socialistas. De hecho, en una versión algo limitada de la realidad, el equipo de Susana Díaz sigue pensando que perdió aquellas primarias por los ataques virtuales despiadados, fundamentalmente en Twitter. Ocho meses después de aquella contienda, mientras que Ferraz y el PSOE andaluz siguen tratando de volver a la normalidad, con éxito moderado, las redes siguen siendo campo de batalla entre susanistas y sanchistas.
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