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Carlos Fernández, cachorro de Gil en Marbella y prófugo sin cárcel por Malaya
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Carlos Fernández, cachorro de Gil en Marbella y prófugo sin cárcel por Malaya

Fue concejal del Partido Andalucista y se escapó a Argentina. Algunos testigos de la época tienen el convencimiento de que él fue quien dio el chivatazo de la trama de corrupción

Foto: Carlos Fernández, en una imagen de archivo, como concejal de Marbella.
Carlos Fernández, en una imagen de archivo, como concejal de Marbella.

Alegó que estaba en el Camino de Santiago. El Ayuntamiento de Marbella, intervenido. Los concejales, detenidos. Una corporación municipal en la picota y a Carlos Fernández, concejal del Partido Andalucista, se le esperaba y no llegó. Nunca. Incluso fue dado por muerto. ¿Chivato de la trama de corrupción del ‘caso Malaya’? ¿Confidente de la Policía? El que fue cachorro de Jesús Gil (fue su concejal de Deportes) ha reaparecido en Argentina. Era prófugo desde julio de 2006. Ahora sí va a volver. Tiene 49 años.

Fernández, relacionado con la mayor trama de corrupción municipal urbanística en la historia de la Democracia, acusado de prevaricación y condenado en 2005 a dos años y medio de cárcel por malversación de caudales públicos por apropiarse de más de 80.000 euros del club de futbol de San Pedro, se ha puesto a disposición judicial tras comprobar que las causas judiciales contra él ya estarían prescritas. El concejal podría regresar cuando quisiera, ya sin antecedentes penales y sin pasar por el banquillo de los acusados. Y sin cárcel, por supuesto. Antonio Fernández, su abogado y hermano, precisó que se había puesto a disposición judicial para poder ser extraditado.

Foto: Entrada a la ciudad de Marbella. (Reuters)

“Es un tío listo, que no inteligente”, apunta a El Confidencial sobre el edil marbellí un expolítico, que le conoció hace 15 años. Muy espabilado, alguien con indudable dotes de relaciones públicas, de don de gentes, hábil en las distancias cortas, se convirtió en un mirlo blanco del Partido Andalucista en Marbella tras su paso por el GIL y tras suscribir en agosto de 2003 la moción de censura que arrebató a Julián Muñoz la alcaldía a favor de Marisol Yagüe.

Año 2004. Congreso del PA. La formación política parece que vuelve a resucitar. Enreda Alejandro Rojas-Marcos, exalcalde de Sevilla y fundador del partido, para lanzar la candidatura de Julián Álvarez, que fue alcalde del municipio sevillano de Écija. En el otro ala del partido se presenta Antonio Ortega, que fue consejero de Turismo de la Junta. Ahí Fernández se alinea con Rojas-Marcos y Álvarez.

"Si no trincabas en Marbella, eras tonto"

Le veían como alguien “con futuro”. Con matices, claro está… “Si no se hubiera corrompido y no hubiera tirado por la calle de en medio; a lo mejor se hubiera acabado yendo del partido, como muchos, hubiera llegado a ser un buen político, pero pasó lo que pasó. En esa época parecía que si no trincabas del Ayuntamiento de Marbella eras tonto”.

Carlos Fernández se convirtió en alguien “incontrolable”. El PA le expedientó, pero el concejal sabía que tenía una llave que utilizar. Alguien que podía dar su voto para influir, como él soñaba, en la política municipal y en el urbanismo de la ciudad. Mientras, “destrozó la agrupación del partido en Marbella”, señala un político con el que tuvo mucha relación.

placeholder Detención de Carlos Fernández por parte de la Policía Federal Argentina. (EFE)
Detención de Carlos Fernández por parte de la Policía Federal Argentina. (EFE)

Cuando se dinamitó la corporación municipal, estaba fuera de Marbella. Huyó hasta hoy. Diversas fuentes consultadas por El Confidencial coinciden en que fue Carlos Fernández quien dio “el chivatazo” a la Policía. “Él sabía que aquello tarde o temprano iba a explotar. Yo no tengo ninguna duda que él es quien ha contado toda la historia, quien se ha quitado de en medio y ha jugado sus cartas a cambio de una cierta impunidad y que pasara el tiempo. El dinero seguro que lo tendrá a buen recaudo”.

En Marbella no creen que este devoto de Nuestro Padre Jesús Cautivo, el Cristo de mayor devoción religiosa de la Semana Santa de Málaga, vuelva a aparecer por la ciudad costasoleña, ni siquiera por la provincia de Málaga, al menos para afincarse de modo estable o hasta que tenga plena constancia jurídica que su caso se encuentre totalmente archivado. “Aunque cuenta con suficiente desparpajo como para volver y como si no hubiera pasado nada, pero no creo que sea tan torpe como para entrar de lleno en un disparadero mediático”, dice.

Él sabía que aquello tarde o temprano iba a explotar. Yo no tengo ninguna duda que él es quien ha contado toda la historia

El Confidencial publicó en julio de 2009 unas declaraciones de Manuel Fernández, padre del exconcejal, en las que este aseguraba que su hijo se había exiliado de España porque no estaba “de acuerdo con el sistema”. “Él es inocente. Si lo demás han querido cumplir una prisión preventiva están en su derecho, pero él no iba a pagar por algo que no ha cometido”. Y añadió Manuel Fernández: “Es cierto que la culpa de todo lo que está pasando la tiene el sinvergüenza de Julián Muñoz. Ese es el que la lió todo. Ese que es un auténtico sinvergüenza”.

Fernández se sometió a varias operaciones para intentar cambiar su imagen. Se le detuvo en su domicilio de Rivadavia, una localidad de 80.000 habitantes de la provincia de San Juan (noroeste de Argentina). Y 11 años después, ahora quiere volver... para evitar la condena.

Alegó que estaba en el Camino de Santiago. El Ayuntamiento de Marbella, intervenido. Los concejales, detenidos. Una corporación municipal en la picota y a Carlos Fernández, concejal del Partido Andalucista, se le esperaba y no llegó. Nunca. Incluso fue dado por muerto. ¿Chivato de la trama de corrupción del ‘caso Malaya’? ¿Confidente de la Policía? El que fue cachorro de Jesús Gil (fue su concejal de Deportes) ha reaparecido en Argentina. Era prófugo desde julio de 2006. Ahora sí va a volver. Tiene 49 años.

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