Susana Díaz a Moscovici: "No me queda otra que respetar lo que decida el PSOE"

El comisario de Finanzas de la UE, Pierre Moscovici, estuvo este viernes más de dos horas reunido con la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, un día después de que Pedro Sánchez diera un volantazo y anunciara la abstención del PSOE en el CETA, el Acuerdo Económico y Comercial Global con Canadá, que hasta ahora habían apoyado. El Gobierno andaluz cerró esta sesión de trabajo el pasado mes de noviembre, cuando Díaz de reunió con el comisario en Bruselas y solicito una visita a Andalucía. Susana Díaz celebró que Moscovici venga a conocer de primera mano la Europa del Sur.

Ambos dirigentes admitieron que habían hablado del CETA, sería "hipócrita" —admitió Moscovici— no decir que el asunto estuvo sobre la mesa. Ambos trataron de no levantar más polémica "de índole orgánico" porque se mostraron convencidos de que el acuerdo comercial saldrá adelante pese a la abstención socialista, pero ninguno ocultó su disgusto por la nueva posición del PSOE. El mensaje fue que era prioritario no dañar al grupo socialista, porque es un partido necesario para la democracia española.

"Sería hipócrita decir que no hemos hablado de todo, porque sí lo hemos hablado", dijo Moscovici. "Pero no estoy aquí como socialista, sino como comisario europeo y no quiero interferir en la vida del PSOE, ni ninguna polémica, ni dar lecciones a nadie", advirtió. Como comisario europeo aseguró que para él es "un buen acuerdo, con un buen socio, con un país amigo" que aseguró que preserva los derechos laborales y que no pone en tela de juicio ni los temas sanitarios, ni la política común en materia de calidad ni en agricultura o medio ambiente, puntos débiles que atacan otras fuerzas de izquierda como Podemos. "Que seamos exigentes sí, pero ir contra cualquier globalización o acuerdo de intercambio internacional sin razones no", añadió.

No obstante, Moscovici quiso dejar muy claro que no tiene nada contra Pedro Sánchez "en absoluto" y que el encuentro entre ambos, ayer jueves en Madrid, pese a las divergencias, fue "amistoso". Susana Díaz subrayó, en varias ocasiones, que se había enterado de la abstención al CETA del PSOE por los medios de comunicación y dejó claro que respeta la posición que decida la ejecutiva federal. "Respeto la decisión que se tome en los órganos del partido, no me queda más remedio, y defenderé siempre los intereses de las empresas andaluzas por encima de todo", incidió. Su opinión, dijo, la traslada si le preguntan en los órganos del partido y no en rueda de prensa. Y es que, hasta ahora, el Gobierno andaluz había defendido las oportunidades del tratado con Canadá.

El consejero de Economía y Conocimiento, Antonio Ramírez de Arellano, aseguró hace pocos meses, tras una misión comercial a Canadá con el sector aeroespacial en el punto de mira, que el tratado de libre comercio creaba "grandes oportunidades en todos los sectores económicos" al abrir el país a empresas y productos, eliminando el 99% de los aranceles. Según precisó, se estima que las exportaciones andaluzas podrían aumentar en torno a los 70 millones de euros anuales. Andalucía es la primera comunidad exportadora de España a Canadá, con ventas que ascendieron 287 millones de euros en 2016, cifra que duplica la registrada el año anterior (+100 por cien), y que supone un crecimiento que supera en más de 91 puntos al registrado por la media nacional (+8,4%).

Que el CETA no tape otros asuntos

Con estos datos, Canadá se sitúa "como decimoctavo mercado de Andalucía, con el que mantiene una balanza comercial positiva de 83 millones de euros y una tasa de cobertura del 141 por ciento, toda vez que las importaciones se situaron en 2016 en 204 millones, con una bajada interanual del 17,7 por ciento", según datos del Gobierno andaluz. La presidenta de la Junta y el comisario europeo pidieron que la polémica del CETA no tape otros asuntos que estuvieron sobre la mesa. Fundamental fue el Brexit y la salida del Reino Unido de la UE por su impacto en Andalucía, frontera con Gibraltar, que podrían tener un impacto negativo del 0,7% en su PIB. Moscovici reclamó no sacar conclusiones antes de que los negociadores terminen su trabajo.

Los fondos europeos del Plan Juncker y la posibilidad de que se destinen a infraestructuras sanitarias o educativas, además de la petición al Banco Europeo de Inversiones (BEI) de que financie las obras en puertos logísticos clave como Algeciras estuvieron sobre la mesa. Igual que el tema de los refugiados. Asimismo, Díaz demandó a la UE que vigile el cumplimiento del principio de adicionalidad que impide supuestamente al Estado sustituir sus inversiones por fondos europeos y que sistemáticamente se incumple.