Es noticia
"Quieren ficharme todos los partidos; pero no entraré ni montaré uno nuevo"
  1. España
  2. Andalucía
entrevista con el líder social granadino

"Quieren ficharme todos los partidos; pero no entraré ni montaré uno nuevo"

Jesús Candel, el médico de Granada que ha desafiado a la Junta y ha conseguido la dimisión de tres altos cargos, asegura que jamás será alcalde y seguirá “siempre” en la lucha

Foto: El médico Jesús Candel, 'Spiriman', sale a hombros del Juzgado de Paz de Albolote (Granada). (EFE)
El médico Jesús Candel, 'Spiriman', sale a hombros del Juzgado de Paz de Albolote (Granada). (EFE)

Jesús Candel, más conocido como Spiriman, llega a una pizzería de la Gran Vía de Granada tras recibir tropecientas notificaciones de Facebook, Twitter y Whatsapp en su iPhone. En la Plaza Nueva se han hecho fotos con él y ha conquistado de nuevo al público de su ciudad. Acaba de presentar una asociación que pretende denunciar irregularidades en la gestión sanitaria. En el barrio del Albaicín le han vuelto a parar, a darle ánimos. “Sigue, por favor”, le dicen. “Ahora ya no puedo parar. Claro que voy a seguir”, anuncia antes de sentarse a hablar, sin prisa y sin tapujos, con El Confidencial.

Foto: Spiriman en Granada (A.R.)

“Si hubiéramos tenido unos medios locales que nos hubieran apoyado desde el principio…, menos mal que tenemos muchas imágenes y si no hubiera sido por las redes sociales este fenómeno hubiera quedado enquistado…”. Candel se queja del trato mediático sobre las manifestaciones de los dos hospitales completos que reivindica desde el mes de octubre. Y también culpa a los medios nacionales (radios y televisiones en concreto) que no han visto la importancia del fenómeno Spiriman. Un cámara se justificaba así en medio de un grupo de gente que le increpaba por la falta de cobertura. “Si yo envío la pieza, pero luego mis jefes no lo quieren dar o le dan muy pocos segundos…”.

Algo ha cambiado en esta semana. La intensa protesta social en Granada, ya ampliada a Huelva, Sevilla y Málaga, ha tenido consecuencias políticas: las dimisiones del viceconsejero de Salud, Martín Blanco (él le llama siempre White), del gerente del SAS (Servicio Andaluz de Salud), José Manuel Aranda, y la directora gerente del Complejo Hospitalario de Granada, Cristina López Espada.

“Yo ya doy por descontado que el consejero [Aquilino Alonso] también va a caer. Es la próxima entrega, seguro”, argumenta, como si supiera ya el guion. Alonso se reunió ayer en Granada con colectivos del sector sanitario y no quiso saber nada de Spiriman. Susana Díaz tampoco. “Le hemos demostrado que la siguiente es ella. No le guardo ningún respeto. Ahora creen que me meto con Susana porque soy un sanchista. Dicen de mí que estamos haciendo todo esto para fastidiarle las primarias, pero ha sido casualidad. Lo que está claro es que voy a aprovechar el momento”.

A Díaz: "Le hemos demostrado que la siguiente es ella. No le guardo ningún respeto. Ahora creen que me meto con Susana porque soy un sanchista"

Cuando la Junta de Andalucía empezó a darse cuenta que las revueltas contra la precariedad de la sanidad en la ciudad andaluza se convertían en un tema grave para sus intereses políticos, no solo institucionales, sino orgánicos, contactó con el doctor. ¿Y qué le dijo el equipo de la presidenta?: “Quería que montara un circo mediático en San Telmo [sede de la Presidencia de la Junta] y en un vídeo se lo dije ya muy claro: ‘Susana, ni se te ocurra llamarme hasta que no me des los dos hospitales’. Que se venga ella a Granada. ¿Y sabes lo que le digo a ella? Que se reúna conmigo y grabo toda la reunión en un vídeo. ¿Lo acepta la presidenta? Yo quiero que se sepa toda la verdad”.

“Me comprometo a muerte, de por vida”

Spiriman admite que él hace política. Y que la quiere seguir haciendo. Desde un plano local con cambios de proyección regional o nacional. Su campo de actuación será Granada, pero no solo la sanidad. También la educación. Cualquier asunto. “Desde Granada se puede cambiar todo”, proclama. “Me comprometo a muerte, siempre, de por vida, a que esta llama no baje nunca. Me están llamando de muchos sectores para que les eche una mano y voy a ayudar, claro que sí, pero que quede claro que no voy a ser alcalde”.

Antonio Higueras, jefe de servicio del SAS y profesor titular de la Universidad de Granada, es la mano derecha de Spiriman en las reivindicaciones. “Jesús ha sido el catalizador que esta ciudad necesitaba, el magma al que le faltaba un ingrediente para producir la reacción. Los granadinos han estado eternamente adormecidos, tragando y tragando dificultades… y ahora se está sacando pecho. Necesitamos dignidad para que no pase lo que ha ocurrido con el AVE, el metro”, apunta. “O la gestión de la Alhambra y Sierra Nevada, que no se controla desde la ciudad, sino desde la Junta de Andalucía”, apostilla Juan Carlos Herrera, miembro de la plataforma que apoya al combativo doctor andaluz.

Esta semana Spiriman salió a hombros de un policía local tras declarar, imputado por un delito de injurias y calumnias en un juzgado de Albolote (Granada) por una denuncia del exviceconsejero de Salud y una directiva de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP). “Le pedí que lo hiciera él porque algunos hombres mayores no hubieran tenido fuerza para cogerme. Voy a apoyar a ese policía por ese expediente injusto”.

"Me dijeron que yo podía ser un puesto importante dentro del socialismo de Granada"

Sabe el médico granadino que su imagen ya es un icono de la lucha social, del movimiento ciudadano. Y los partidos políticos han querido atraerlo a su causa. Desde Podemos al PP, pasando por el PSOE y Ciudadanos. “Me han llamado todos los partidos para ficharme, pero no voy a entrar en ninguno ni a montar uno nuevo”. El PSOE fue el primero que lo quería para sus siglas tras grabar los primeros vídeos. “Me dijeron que yo podía ser un puesto importante dentro del socialismo de Granada. Y yo dije ‘que se vaya a tomar por…' Todos han querido comer conmigo, ‘lo que necesites’ y me han dicho que tenía dotes para la política”.

“¿Sabes lo que yo quiero?”, relata el doctor, “reunirme con todos y que hablemos de la sanidad; me llevo compañeros y charlamos. La última a la que se lo dije fue a Teresa Rodríguez, líder de Podemos en Andalucía”. También Juanma Moreno, presidente del PP de Andalucía, ha intentado atraerlo a sus filas. “Moreno me llamó desde Bruselas para decirme que Susana estaba muy cabreada conmigo, pero luego entre ellos se llevan bien y tienen una relación cordial. No son claros y no se atreven a sentarse con alguien que dicen las cosas como son. Creen que la población no se tiene que enterar de lo que hablan”.

Sobre Íñigo Errejón, aspirante al liderazgo nacional de Podemos, asegura que se quería hacer una foto con él cuando participó en la última manifestación en Granada, pero Candel se negó. El alcalde de Granada, Francisco Cuenca, también se lleva un varapalo. “Le dije que no hiciera doble juego conmigo. Él quiso hacer un jueguecito político conmigo y le salió por la culata”. Y Luis Salvador, diputado de Ciudadanos en el Congreso y portavoz en el Ayuntamiento de Granada, “que apoyó la fusión de los hospitales”. “El único que se ha portado bien ha sido Antonio Maíllo [portavoz de IU en el Parlamento de Andalucía], que vino aquí a una manifestación a título particular, pero vino a lo suyo”.

Está indignado con los políticos. Mucho. “No me caen bien ninguno. Ellos se sientan, se dan la mano y ji, ji, ja, ja. Tenemos los derechos a enterarnos de qué cojones hablan en los despachos porque luego sale uno y dice lo que quiere. Van a hacer un teatro en el Parlamento que no servirá para nada. Ellos creen que detrás de nosotros hay un partido político que está jugando con nosotros y moviendo todo esto…”.

“Tiro para adelante porque no me da miedo”

“Antes me fastidiaba cuando me decían que era un líder social; pues bien, sí, lo soy. Tiro para adelante porque no me da miedo. Si ellos me dicen que están conmigo claro que voy”, sostiene. Un grupo de niños apareció junto a la Plaza Nueva para hacerse fotos con él. “Los niños ya me decían Spiribol porque le enseñaba un deporte para ayudar a otros niños en mi fundación”. “Me están buscando cosas, pero todo lo tengo en regla”, asegura.

—¿Tú crees en Dios? —le preguntó hace pocos días un político local.

—Sí, claro, soy muy creyente. —contestó.

—No me lo creo. Porque tú no puedes ser de derechas.

—¿Creer en Dios es ser de derechas? Soy creyente a muerte. Jesucristo es una persona a la que se debe imitar.

"Aquí hay un sistema de presunta corrupción orgánica y funcional con un sistema de acceso dedocrático. Eso hay que cambiarlo"

Jesús Candel estudió en el colegio Mulhacén, controlado por el Opus Dei. Dice que la Obra lo empezó a regir cuando ya habría entrado como alumno en el centro. “Cuando conté eso en una entrevista me dijeron que era del PP, pero luego salía con camiseta y la gorra en las manifestaciones y decían que era de Podemos. No tengo afinidad con el Opus, pero es verdad que mis profesores me enseñaron valores. Lo de ‘estudia y trabaja ,que tus padres se han dejado un dineral y como no lo hagas se te va a caer el pelo’. Y esos valores de compartir con los demás; por eso creo que hice la carrera de Medicina”.

Presunta “corrupción orgánica”

¿Y qué hará Spriman si al final consigue su objetivo de los dos hospitales completos? “Me centraré en mejorar la atención primaria. Aquí hay un sistema de presunta corrupción orgánica y funcional con un sistema de acceso dedocrático. Eso hay que cambiarlo. Para eso hemos montado la asociación”.

Fuera de la pizzería hay una chica que ha venido de Sevilla que llora. Le cuenta su situación. Todos quieren hablan con él. Dice que no es ningún mesías. Habla con tacos sin parar, tiene carácter y su jefe en el hospital no le dio ni tres días de permiso de paternidad cuando nació su primer hijo. Se rebeló contra él. “Pensaban que esto iba a aflojar y vamos a más”, remata. “Salgo por la calle y todo el mundo me para”, admite el hombre de moda de Granada que hace política y no quiere 'fichar' por ningún partido.

Jesús Candel, más conocido como Spiriman, llega a una pizzería de la Gran Vía de Granada tras recibir tropecientas notificaciones de Facebook, Twitter y Whatsapp en su iPhone. En la Plaza Nueva se han hecho fotos con él y ha conquistado de nuevo al público de su ciudad. Acaba de presentar una asociación que pretende denunciar irregularidades en la gestión sanitaria. En el barrio del Albaicín le han vuelto a parar, a darle ánimos. “Sigue, por favor”, le dicen. “Ahora ya no puedo parar. Claro que voy a seguir”, anuncia antes de sentarse a hablar, sin prisa y sin tapujos, con El Confidencial.

Protesta social Susana Díaz Granada
El redactor recomienda