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Susana Díaz pide el fin del bloqueo político y se vende como adalid de la estabilidad
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CAMPAÑA DE IMAGEN PARA REPARAR DAÑOS EN EL PSOE

Susana Díaz pide el fin del bloqueo político y se vende como adalid de la estabilidad

Enfatiza su discurso institucional en plena campaña de imagen para reparar los daños por la guerra del PSOE y vende la estabilidad política en Andalucía gracias a los pactos con C's

Foto: Susana Díaz. (EFE)
Susana Díaz. (EFE)

Susana Díaz no quiere que la abstención del PSOE al PP protagonice su segundo debate sobre el estado de la comunidad, pero será inevitable. Está ahí, latiendo de fondo y tapando todo los demás. Esta cita en el Parlamento andaluz se la ha preparado a conciencia. Sabe que su liderazgo político vive horas bajas y es un momento clave. Frente a la imagen de guerrillera del PSOE, debe sacar lustre a su discurso de mujer de Estado y política responsable capaz de una cosa que ahora mismo no hay en España, "estabilidad". Eso fue lo que situó como el principal logro como presidenta de la Junta de Andalucía. Un par de horas antes de que Susana Díaz subiera a la tribuna, el líder de Ciudadanos en Andalucía, Juan Marín, anunciaba un principio de acuerdo para aprobar el Presupuesto andaluz. Son las segundas cuentas aprobadas gracias a la formación de Albert Rivera. Esto permitió a la líder socialista hablar de "estabilidad y avance" en un momento, subrayó, "en el que en España hay demasiadas cosas en el aire, paralizadas".

Foto: El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy (d), conversa con la presidenta de Andalucía, Susana Díaz. (EFE)

Susana Díaz arrancó su intervención de más de una hora y cuarto en el hemiciclo andaluz empleando casi 20 minutos en un discurso que sonó más que nada a mujer de Estado y estado de la nación. Solo después, bajó al terreno andaluz. Arrancó con una declaración de intenciones, muy jugosa en el momento actual: "Pido presencia, voz y voto para Andalucía en los desafíos que quedan por delante". "Algunos querrían cortinas, nosotros, que Andalucía aporte al proyecto de España desde la primera línea". Frente a "un papel subsidiario o secundario", avisó que ella va a trabajar "por el protagonismo de Andalucía", siempre en nombre, eso sí, de los nueve millones de andaluces. Después recordó que España va a cumplir un año sin Gobierno desde que el presidente Mariano Rajoy disolvió las Cámaras y llamó a las urnas. Continuar sin Gobierno hoy, avisó, "no es serio" y puede acabar "con la paciencia" de los ciudadanos. Dejó claro su interés en "resolver rápidamente el problema de la gobernabilidad" más allá del cómo, y llamó a atender los "intereses nacionales" más allá de los intereses de los partidos. La palabra abstención no estuvo, pero se adueñó de todo.

Susana Díaz: “No tener Gobierno no es serio”

El momento es crítico para la dirigente socialista, que hace ya semanas comenzó a reconstruir su imagen dañada por la guerra interna del PSOE y por su enfrentamiento con Pedro Sánchez. Este debate es una ocasión de oro para reforzar su imagen institucional y lo había trabajado a fondo. Díaz no ha podido evitar llegar 16 meses después de ganar las elecciones en Andalucía perseguida por la larga sombra de su salto a Madrid, cada vez más cerca. La mayoría en su entorno más directo ya cree inevitable que Susana Díaz opte a la secretaría general del PSOE en el próximo congreso federal. El guion oficioso señala que ella se pondrá al frente del partido y tratará de compatibilizar durante algunos meses su papel de mandamás del partido y presidenta de la Junta de Andalucía. Después, tendrá que optar y, si cumple los planes que manejan en su entorno, comenzará su etapa en la política nacional.

España necesita rigor, determinación y confianza para conseguir una buena salida al momento de bloqueo político que atraviesa

En este contexto, la presidenta de la Junta defendió que España necesita "rigor, determinación y confianza para lograr una buena salida" al momento de bloqueo político. Fijó líneas rojas ante unos futuros Presupuestos con la amenaza de Bruselas y el recorte de 5.000 millones en el epicentro del debate de los números. Insistió en que los nuevos "sacrificios" no se podrán pedir a las clases medias ni a las comunidades autónomas. Y habló del desafío secesionista de Cataluña que, dejó claro, "no se puede tomar a broma". Defendió con vehemencia la necesidad de combatir la corrupción y no jugársela frente a una urgente necesidad de regeneración política. Y bajó al terreno andaluz para denunciar la supuesta pinza de Partido Popular y Podemos en los momentos clave de la legislatura andaluza, desde la investidura a los Presupuestos, e incluso con acuerdos "estrambóticos", advirtió, como el que ha llevado al grupo popular a apoyar una iniciativa de Podemos a favor de la transexualidad y contra la homofobia. Denunció estas "tentaciones", advirtió de que el bloqueo político "siempre es indeseable" y llamó a no descalificar los acuerdos que dan estabilidad.

Aferrada a los números

A partir de ahí, Susana Díaz se aferró a los números para convertir su intervención en un debate sobre los Presupuestos de Andalucía, pertrechándose tras una retahíla de números y grandes anuncios de proyectos de infraestructuras, con un aumento del 10% en la partida de Fomento y con compromisos tan sonoros como la continuidad del metro de Sevilla, hablando de crecimiento de la economía andaluza frente a los datos de paro y de planes millonarios a favor del empleo y la industria.

Su broche final retrató a Susana Díaz como la presidenta del Gobierno progresista más importante de España. Con un mensaje frente a quienes retratan a la baronesa andaluza a la derecha del PSOE y como responsable de devolver a Rajoy al Gobierno, recordó con contundencia que en Andalucía el PP está en la oposición porque los socialistas ganaron en las urnas. Ese es el camino, vino a decir, "derrotar a la derecha" en las urnas. "Plantear la política como un juego de todo o nada más que un error es una deslealtad a la gente que no pienso cometer", sentenció tras una hora y cuarto de intervención en la tribuna andaluza. Su equipo abandonó satisfecho el hemiciclo. Susana Díaz había conseguido lo que quería: transmitir una imagen de política responsable, defender que el bloqueo es malo con los ciudadanos y colar de paso un mensaje, ella sí ganó al PP en las urnas.

Susana Díaz no quiere que la abstención del PSOE al PP protagonice su segundo debate sobre el estado de la comunidad, pero será inevitable. Está ahí, latiendo de fondo y tapando todo los demás. Esta cita en el Parlamento andaluz se la ha preparado a conciencia. Sabe que su liderazgo político vive horas bajas y es un momento clave. Frente a la imagen de guerrillera del PSOE, debe sacar lustre a su discurso de mujer de Estado y política responsable capaz de una cosa que ahora mismo no hay en España, "estabilidad". Eso fue lo que situó como el principal logro como presidenta de la Junta de Andalucía. Un par de horas antes de que Susana Díaz subiera a la tribuna, el líder de Ciudadanos en Andalucía, Juan Marín, anunciaba un principio de acuerdo para aprobar el Presupuesto andaluz. Son las segundas cuentas aprobadas gracias a la formación de Albert Rivera. Esto permitió a la líder socialista hablar de "estabilidad y avance" en un momento, subrayó, "en el que en España hay demasiadas cosas en el aire, paralizadas".

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