Traslados exprés: así lucha el CETI de Melilla contra el hacinamiento de inmigrantes

Traslados exprés. El CETI de Melilla está acelerando los trámites para enviar cada semana a la Península a los inmigrantes que acoge en su centro. “La situación está controlada y no hay nada de hacinamiento”, subrayan a El Confidencial fuentes de la Delegación del Gobierno en la ciudad autónoma. El CETI, dependiente del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, cuenta ahora mismo con 900 personas. La capacidad máxima alcanza a algo más de 1.000, sin tener en cuenta las tiendas de campaña de las que dispone el centro.

José Palazón, responsable de la ONG Prodein, ha denunciado en reiteradas ocasiones cómo el CETI estaba saturado. Lo hizo cuando contó el drama de un inmigrante de Mali que se cayó de la valla. En enero de este año, denunció a este diario que la asistencia sanitaria del centro temporal no era suficiente. "Hay 2.000 personas donde tendrían que haber como máximo 450”, criticó Palazón. En 2001 se construyó el centro para acoger a 500 personas. Hubo una ampliación tras los masivos saltos de la valla de finales de septiembre y principios de octubre de 2005.

En esta ‘guerra’ de cifras oficiales y no gubernamentales hay algunos datos que sirven para radiografiar la escena. Hace un año, la coyuntura era bien distinta. El hacinamiento era palpable. Todavía no se encontraba disponible la ampliación del CETI con las tiendas de campaña (carpas) y se estaba en plena avalancha de refugiados sirios. Ahora quedan muy pocos. Solo entre enero y julio de 2015 llegaron al CETI 5.600 inmigrantes. El centro tenía en ese momento capacidad para 480 personas.

Un centenar de personas saltaron el pasado domingo la valla de Melilla, en la zona conocida como vaguada de Linares. Aprovecharon un cambio de turno de la Policía española. Era el último día de la Feria de Melilla y 400 inmigrantes no lograron sortear la estructura metálica de seis metros de altura. Los que sí lo consiguieron se dirigían, a grandes zancadas, al CETI. Allí fueron recibidos al grito de 'bossa, bossa' por sus compatriotas. Así expresaban su alegría por haber logrado entrar en Melilla.

¿De dónde procede el mayor número de inmigrantes del centro temporal? Ahora son fundamentalmente marroquíes. También argelinos y subsaharianos, que han dejado los campamentos próximos al monte Gurugú, la zona clásica donde los inmigrantes esperaban el momento antes de saltar la valla. El incendio del pasado mes de julio, achacado por las autoridades marroquíes a los inmigrantes, también ha supuesto un cambio.

Mafias policiales marroquíes

El paso de la frontera con Marruecos a través del barrio chino, con los porteadores de electrodomésticos, y sobre todo el de Beni Enzar, está “bastante más tranquilo” que hace año, resaltan fuentes de ONG consultadas por este diario. Los refugiados sirios que esperan en la frontera de Beni Enzar pagan a las mafias policiales marroquíes entre 400 y 3.000 euros para ser uno de los 30 "afortunados" que cada día entran en Melilla. Lo acaba de denunciar la ONG Prodein a través de un vídeo elaborado por el activista José Palazón tomando testimonios a ambos lados de la frontera.

El Confidencial relató en septiembre del año pasado la trágica situación de media docena de refugiados sirios que viven en Nador y que cada día esperaban horas en Beni Enzar para entrar en España y no tenían dinero para vivir. “Necesitamos que nos ayuden, Marruecos nos deja pasar a Europa”, lamentaba una familia cuyo sueño era cruzar la frontera. Y mientras caen los intentos de salto en la valla de Melilla, el doble fondo de los vehículos se convierte en la vía más usada para cruzar la frontera. Pagan hasta 4.000 euros por pasaje.