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Visto y no visto: Obama, pocas horas en una Sevilla blindada, a 40º y con flamenco
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Visto y no visto: Obama, pocas horas en una Sevilla blindada, a 40º y con flamenco

El presidente de Estados Unidos deberá dormir poco y pasar calor para disfrutar de la capital andaluza, donde tendrá como cicerone de lujo al rey Felipe VI

Foto: El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, embarca en el Air Force One. (Reuters)
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, embarca en el Air Force One. (Reuters)

El equipo de seguridad de Estados Unidos que lleva semanas preparando la visita del presidente Barack Obama a Sevilla termina cada reunión con las autoridades españolas con un mensaje: “Este es el plan, aunque sujeto a cambios radicales”. Es el juego del despiste intencionado con el que los servicios estadounidenses, en estrecha colaboración con la Policía Nacional y la Guardia Civil, mantienen en la sombra y sin confirmar buena parte de la agenda de Obama, que aterrizará en la capital andaluza la noche del sábado y al mediodía del domingo tiene previsto partir a la base naval de Rota. El presidente ha reservado además algún rato para disfrutar “en privado”, confirman desde el dispositivo oficial. Recibirá ofertas para ‘saborear’ flamenco, pero no está confirmado a qué dedicará su escaso tiempo libre. El joven guitarrista Dani Casares puede que haya sido el elegido para tocar ante el presidente.

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Aunque es una visita relámpago, Sevilla se prepara para agasajar al presidente norteamericano, que será recibido a pie del Air Force One por el rey Felipe VI junto a la vicepresidenta, Soraya Saénz de Santamaría, y la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, junto a otras autoridades. No se espera su llegada a la capital andaluza, procedente de la cumbre de la OTAN en Varsovia, antes de las 11 de la noche. La cena será privada y se alojará, eso dicen, en el hotel Colón, en el centro de la ciudad, el de los toreros, porque allí se alojan normalmente quienes van a La Maestranza. Se especuló también con el Alfonso XIII e incluso con el Real Alcázar.

El alcalde de Sevilla, Juan Espadas, ha confirmado que desde las 11 de la mañana a la una de la tarde del domingo, Obama tiene programada una visita turística a la ciudad con la Catedral y el Real Alcázar como principales monumentos en una ruta a pie donde, entre fuertes medidas de seguridad, se prevé algún contacto directo con el público. El Rey hará de cicerone de lujo, aunque ya hay varios expertos preparando una visita selectiva a lugares y rincones muy concretos de cada monumento.

El calor habitual de julio en Sevilla, con temperaturas por encima de los 40 grados, no piensa desaparecer porque venga el presidente norteamericano. De hecho, la breve tormenta y la bajada de temperaturas de este viernes serán un espejismo el sábado. Las medidas de seguridad, en las que se lleva trabajando el último mes, son excepcionales. El Ayuntamiento ha confirmado que destinará 500 efectivos municipales. Policía Local, Bomberos y trabajadores de diferentes empresas municipales integran este dispositivo. En coordinación con las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, la embajada de Estados Unidos y la Casa Real, todo está diseñado para vaciar Sevilla y convertirla casi en un decorado de cine.

Ni coches, ni bicis, solo novios

Habrá un plan de tráfico específico y el centro de la ciudad, que ya es en gran parte peatonal, estará vetado para los coches. Desde el sábado, solo podrán acceder residentes y, ojo, habrá pases especiales para las bodas. Es además común que los novios elijan el entorno de la Catedral y el Alcázar para hacerse sus reportajes fotográficos. Eso sí, mientras que discurra la comitiva de Obama, nadie más, sin excepciones, podrá acceder a la zona. Autobuses, metro y taxis también sufren modificaciones en sus rutas.

Gracias a Obama, los sevillanos podrán volver a ver parte de sus calles sin veladores, una moda muy polémica en la ciudad que se come gran parte de las principales vías públicas del centro. Ni siquiera las bicicletas tendrán posibilidad de acceder al casco histórico. El Ayuntamiento ha pedido a los hoteles que avisen con suficiente antelación de todas estas medidas extraordinarios a sus clientes. Los turistas que estén en la ciudad el fin de semana se quedarán sin poder visitar el Alcázar, que estará desde el sábado cerrado al público. Para quienes quieran ver a Obama en directo, que sepan que habrá “bolsas de público” (sic) estratégicamente permitidas durante el recorrido que está previsto que el presidente haga a pie por la ciudad.

Clinton en la Alhambra

Algunos establecimientos ya han vestido sus escaparates con motivo de la visita del presidente norteamericano. “Bienvenido Mr. Obama, ¿una tapita de queso?”, preguntan en la Abacería del Sur, ingenio sevillano con estética yanqui. Es la primera visita de un presidente de Estados Unidos a Andalucía casi 20 años después de que Bill Clinton se emocionara con la puesta de sol en la Alhambra de Granada. Junto a Hillary y su hija Chelsea, solo estuvieron cinco horas en la ciudad pero ya nada volvió a ser igual y aquel mirador de San Nicolás pasó a ser conocido como el de Clinton. El periódico ‘Ideal’ narró de forma desternillante días después de la visita el antológico error de la seguridad del presidente. Los hombres de negro, que pusieron tantos requisitos como ahora en Sevilla, se equivocaron y enviaron al fax de una céntrica mercería de la ciudad papeles clasificados, ante la estupefacta mirada de los dueños. En el dispositivo de seguridad, los inquilinos de la Casa Blanca contaron hasta con veterinarios para atender a sus perros. Fue la suegra de Bill Clinton, estudiosa de la cultura musulmana y que pasó una temporada en la ciudad, la que convenció a la familia para que se desplazara a Granada. El entonces alcalde, Díaz Berbel, conquistó a la madre política durante su estancia. Esta, agradecida a su marcha, le preguntó qué podía hacer y el regidor le pidió que convenciera a su yerno para que visitara Granada. La promoción turística fue impagable.

El concejal de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Sevilla, Antonio Muñoz, ya ha ‘vendido’ sus cálculos. La visita de Michelle Obama con su hija Sahsa para pasar unos días de descanso en la costa de Málaga en agosto de 2010 tuvo 50.000 impactos en medios de comunicación de todo el mundo. “Eso equivale a 800 millones de euros si se tratara de inserciones publicitarias y tiene desde el punto de vista de la promoción turística un impacto muy importante”, defiende Muñoz. De hecho, el consistorio prepara una campaña de promoción específica en el mercado norteamericano tras la visita de Obama para aprovechar el tirón, con el reto de conquistar al turista estadounidense, ahora mismo en el cuarto lugar entre los extranjeros que visitan Sevilla, con un gasto medio por encima del habitual.

¿Queso o adobo?

Esta vez ,Obama no estará acompañado de su familia. Dicen que el presidente, seguidor de la serie 'Juego de tronos', ha pedido a los directivos de la HBO ver por adelantado algunos capítulos de la nueva temporada rodados en los Reales Alcázares. Tendrá enchufe: su embajador en España, James Costos, que está siguiendo al detalle la visita, fue directivo de la productora. Lo que no se sabe si entenderá el presidente de Estados Unidos son las risas que están echando los sevillanos a cuenta de los ‘memes’ que se pusieron a circular por los móviles en cuanto se supo que vendría a la capital andaluza. Ataviado con camiseta con el lema “Ojú, qué caló”, dándole a probar a Michelle una tapa de adobo mientras le dice que “esto está ‘pa’ matarse”, oliendo a azahar o con camiseta del Real Betis, así podrá verse si le pasan los montajes que están haciendo las delicias de los sevillanos.

Pero no todo serán bienvenidas, las Marchas de la Dignidad han convocado protestas en Sevilla y Madrid al grito de “Obama, go home”. Manifestaciones “contra el imperialismo” y “a favor de la soberanía de los pueblos”, que en el caso de Sevilla tratarán de recorrer la ciudad desde el Puente de Triana hasta la Puerta de Jerez el domingo a partir de las 11 de la mañana. Los trabajadores de la base militar de Morón de la Frontera casi han desistido de sus concentraciones. Se conforman con que las autoridades españolas le trasladen al presidente su indignación con los tres ERE que han reducido a la mitad la plantilla española en la base en los últimos años, pese al aumento de actividad militar y la mayor presencia norteamericana.

Está previsto que Obama almuerce con el Rey, pero no hay un gran evento confirmado en los Alcázares, como se anunció en un principio. Quizá sea algo más informal. Lo mismo se van a tomar una 'tapita' a uno de los bares cercanos a la visita guiada. Porque la mayoría de los locales y tiendas de la zona ya han recibido la inspección exhaustiva de los guardaespaldas del presidente. "Los gorilas", como dice con sorna por el portentoso cuerpo de seguridad el camarero de un bar con vistas a la Catedral. Muchos estarán cerrados y serán utilizados como vías de evacuación, precisan desde el dispositivo de seguridad. Tras su paseo matutino, Obama volará a la base naval de Rota y allí está previsto que haga un discurso público tras ver de primera mano cómo viven los norteamericanos desplazados. El lunes, Zarzuela y Madrid, capital del caos político de España en estos momentos.

El equipo de seguridad de Estados Unidos que lleva semanas preparando la visita del presidente Barack Obama a Sevilla termina cada reunión con las autoridades españolas con un mensaje: “Este es el plan, aunque sujeto a cambios radicales”. Es el juego del despiste intencionado con el que los servicios estadounidenses, en estrecha colaboración con la Policía Nacional y la Guardia Civil, mantienen en la sombra y sin confirmar buena parte de la agenda de Obama, que aterrizará en la capital andaluza la noche del sábado y al mediodía del domingo tiene previsto partir a la base naval de Rota. El presidente ha reservado además algún rato para disfrutar “en privado”, confirman desde el dispositivo oficial. Recibirá ofertas para ‘saborear’ flamenco, pero no está confirmado a qué dedicará su escaso tiempo libre. El joven guitarrista Dani Casares puede que haya sido el elegido para tocar ante el presidente.

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