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Susana Díaz reclama a Pablo Iglesias que pida perdón por su “indecencia política”
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Susana Díaz reclama a Pablo Iglesias que pida perdón por su “indecencia política”

Emplaza a Podemos a pedir la dimisión de Íñigo Errejón después de que el caso de su beca en la Universidad de Málaga vaya a llegar al Tribunal Supremo

Foto: La presidenta andaluza comparece en el Parlamento para analizar la situación política. (EFE)
La presidenta andaluza comparece en el Parlamento para analizar la situación política. (EFE)

Susana Díaz se siente muy cómoda en el papel de oposición a Podemos. Ella está convencida, con resultados electorales en la mano, de que tiene la clave para frenar al partido de Pablo Iglesias, por quien siente un rechazo total que no intenta disimular. Mientras que Pedro Sánchez aguanta y trata de convencer a la formación morada de que le facilite el Gobierno, la baronesa andaluza se encarga de ponerle los puntos sobre las íes al líder de Podemos. Ella sí ha respondido a Pablo Iglesias por sus duras críticas a Felipe González, después de que en el Congreso asegurara que “tiene el pasado manchado de cal viva”, en alusión a los GAL. Para muchos socialistas en Andalucía, el silencio de Ferraz está siendo “llamativo” y la réplica de Pedro Sánchez fue “insuficiente”. Querrían más ímpetu, más dureza. No es la primera vez que ocurre y critican que la respuesta a Podemos sea demasiado tibia. “Ha sido una indecencia política. Lo que debería hacer cuanto antes es pedir disculpas al presidente González y al PSOE, porque no ha estado a la altura de lo que estaba representando en esa Cámara”, ha dicho Díaz.

La presidenta de Andalucía no ha asistido al debate de investidura de Pedro Sánchez porque estaba preparando la comparecencia que la misma tarde del miércoles tenía en la Cámara andaluza para rendir cuentas de nueve meses de gestión. Pese al vacío al secretario general, los socialistas andaluces se afanaron desde el primer momento en dejar claro que en Andalucía también había agenda política y en subrayar que Susana Díaz está “dedicada a la gestión”. Ese era el mensaje buscado. Durante casi una hora, la presidenta andaluza ha desgranado sus medidas de gobierno, ha puesto fecha a un aluvión de leyes y decretos que están pendientes, ha defendido Andalucía como garantía de “estabilidad” política y ha negado que la comunidad sea “un lastre para España”.

Solo al final, de forma calculada, ha mirado a lo que está pasando en Madrid. Ha alertado de un modelo de Estado federal asimétrico que es “malo para España y malo, muy malo para Andalucía”. Ha criticado la consigna de Podemos de “Andalucía como la que más” y ha sido muy clara contra una España “a dos velocidades”, “con españoles de primera y de segunda”. “No esperen de mí como presidenta complacencia alguna con delirios nacionalistas”, ha insistido.

Susana Díaz pide a Iglesias que se disculpe por decir que Felipe González está "manchado de cal viva"

También ha dejado clara cuál va a ser su reivindicación al nuevo Gobierno, la reforma del modelo de financiación autonómica, reivindicando con urgencia que se facilite la investidura de Pedro Sánchez. “Cuanto antes todos abandonen posiciones de enroque, mejor nos irá a todos”, ha reclamado la dirigente andaluza. Antes de comenzar su debate, Susana Díaz ha defendido el papel jugado por el candidato socialista, alabando un discurso “comprometido” con España, que “abre un horizonte de esperanza”.

La beca de Errejón, al Supremo

En su turno de cara a cara con la líder de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, el tono se ha rebajado muchos decibelios respecto a lo que ocurrió hace una semana. Esta vez era la dirigente socialista la que tenía más ganas de un enfrentamiento verbal que la diputada de Podemos casi ignoró, porque venía “cansada del morbo” por el “duelo” entre ambas políticas. No le interesaba ni quería que la socialista aprovechara para replicarle a Iglesias desde el hemiciclo andaluz. Con todo, Susana Díaz no ha desaprovechado la oportunidad de defender al expresidente socialista: “Los que estábamos en la otra orilla pudimos estudiar gracias a las becas que puso en marcha Felipe González”.

Mientras, la líder de Podemos se echaba la mano al bolsillo y recordaba su paso por los consejos de administración de las grandes empresas del país. Pero lo que quería la presidenta andaluza era acorralar a su adversaria con la decisión de un juzgado de Málaga de inhibirse a favor del Tribunal Supremo por la denuncia de estafa contra Íñigo Errejón por cobrar una beca de la Universidad de Málaga sin cumplir las horas de trabajo del contrato público. La Universidad abrió un expediente al número dos de Podemos y propuso una sanción y la inhabilitación para realizar trabajos públicos. El Supremo deberá decidir si admite esta querella, de Manos Limpias, contra el diputado nacional.

Rodríguez no ha respondido cuando en dos ocasiones Susana Díaz le ha preguntado por su dimisión, por si van a aplicar a Errejón “el vocablo ruso”. Porque si Pedro Sánchez se encarga en Madrid de tratar de sumar a Podemos al pacto con Ciudadanos, Susana Díaz dejaba claro en Sevilla que el diálogo con este partido es un imposible. “Los andaluces no necesitan a una Che bolivariana que los salve”, le ha espetado a su adversaria de Podemos en Andalucía. Desde Podemos evitaron el cuerpo a cuerpo aunque recordaban que Rosa Aguilar, ex de IU y actual consejera de Cultura con Susana Díaz, también insinuó que Felipe González tenía "las manos manchadas de sangre por los GAL". Cuando entró en su primer Gobierno andaluz, en 2009, pidió perdón al PSOE.

Nueve meses después de que Susana Díaz pasara 80 días atrapada y sin investidura en Andalucía, hasta que Ciudadanos decidió darle el sí, la foto fija en esta comunidad autónoma es reveladora. El PSOE sigue gobernando sin sobresaltos, ha salvado su presupuesto gracias al partido de Albert Rivera con concesiones en materia fiscal y permitiendo una comisión de investigación, que va a ralentí, sobre el fraude de los cursos de formación. Aunque Ciudadanos intenta marcar distancia con los socialistas, víctimas del abrazo del oso de Susana Díaz, pero el propio tono de su líder en Andalucía, Juan Marín, no logra sonar ni siquiera a reproche.

Iglesias justifica sus palabras sobre el PSOE y los GAL: “Yo me he limitado a decir la verdad”

En esta ocasión, el diputado de la formación naranja dejó caer que “no está plenamente satisfecho” del grado de cumplimiento del pacto de investidura y pidió a la dirigente socialista que se ponga “las pilas alcalinas”. Pero las partes más duras del discurso que llevaba escrito fueron obviadas e incluso lo que dijo, con su puesta en escena no sonó ni siquiera a queja. IU, con solo cinco diputados, ha pasado de ser la llave del Gobierno a tener un papel secundario, por más que la diputada Elena Cortés, que fue consejera de Vivienda con Díaz, hiciera el discurso con un fondo más duro y crítico de todos los que se oyeron en el hemiciclo. “Cuando oigo hablar de ‘rigor mortis’ se me viene a la cabeza que IU lleva demasiado tiempo haciendo camino detrás de Podemos y llevando a IU a un cementerio político”, agregando que Alberto Garzón va a ser su “enterrador”, esa fue la réplica de la dirigente socialista.

"Lo peor del peronismo" para el PP

La bandera de la oposición se la reparten Podemos y el Partido Popular, acusados permanentemente de pinza política desde las filas socialistas, como insisten en Madrid. De eso se encargó Susana Díaz justo después de que el Congreso dijera no a Pedro Sánchez y poniendo el epílogo al discurso del candidato socialista a kilómetros de distancia. El líder del PP-A Juanma Moreno retó a Susana Díaz a aclarar su futuro: “Su obsesión con Ferraz es enfermiza. Sea sincera, aclárelo, ¿aspira a ser la próxima secretaria general de su partido? Dígalo”. "Usted me ha recordado a lo peor del peronismo argentino, a Cristina Kirchner", le espetó a la socialista, "baje del pedestal que la soberbia la está matando". “Estoy aquí en esta Cámara, con ilusión, con ganas”, esa fue la respuesta más clara que dio. Porque Susana Díaz hace un debate sobre su gestión en Andalucía el mismo día de la investidura de Pedro Sánchez y sigue sin cerrarse puertas a nada.

Susana Díaz se siente muy cómoda en el papel de oposición a Podemos. Ella está convencida, con resultados electorales en la mano, de que tiene la clave para frenar al partido de Pablo Iglesias, por quien siente un rechazo total que no intenta disimular. Mientras que Pedro Sánchez aguanta y trata de convencer a la formación morada de que le facilite el Gobierno, la baronesa andaluza se encarga de ponerle los puntos sobre las íes al líder de Podemos. Ella sí ha respondido a Pablo Iglesias por sus duras críticas a Felipe González, después de que en el Congreso asegurara que “tiene el pasado manchado de cal viva”, en alusión a los GAL. Para muchos socialistas en Andalucía, el silencio de Ferraz está siendo “llamativo” y la réplica de Pedro Sánchez fue “insuficiente”. Querrían más ímpetu, más dureza. No es la primera vez que ocurre y critican que la respuesta a Podemos sea demasiado tibia. “Ha sido una indecencia política. Lo que debería hacer cuanto antes es pedir disculpas al presidente González y al PSOE, porque no ha estado a la altura de lo que estaba representando en esa Cámara”, ha dicho Díaz.

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