La Guardia Civil registra las oficinas de La Pesquera por presunto fraude fiscal

El conocido empresario marbellí Ramón Mesa, que regenta el emporio La Pesquera, recibía este miércoles a las 8:30 de la mañana, cuando se encontraba en pleno desierto marroquí, la noticia de que la Guardia Civil estaba llevando a cabo una operación de la Agencia Tributaria con sus operativos de la UCO (Unidad Central Operativa) contra el blanqueo de capitales en los inmuebles de su grupo en las oficinas de Marbella.

Según ha sabido El Confidencial, que mantuvo una entrevista con el empresario la semana pasada, Ramón Mesa está en plena etapa expansiva de sus negocios: “Estoy poniendo en marcha en las lomas de la montaña de la Cañada, al lado de la finca en la que vivo, un nuevo negocio de restauración y caballos. Todo un lujo”.

El conocido empresario precisó en esta entrevista que estaba muy satisfecho con los negocios emergentes de su cadena de restauración con 14 locales repartidos en Marbella, Benalmádena, Madrid y La Línea de la Concepción. Precisamente en este último local, el de la Línea, Ramón Mesa celebraba su colaboración con los más desfavorecidos en este mes de enero: “No hemos dudado en aportar nuestro granito de arena, cediendo nuestras instalaciones y proporcionando personal e infraestructuras en la gala solidaria en beneficio del colectivo Revive Nepal. Se han recaudado más de 23.000 euros con un concierto de Pitingo. Siempre colaboramos con la beneficencia”.

“Si das, te dan. Así es la vida, y solo puedo decir que los negocios van como un tiro, por eso vamos a emprender una nueva andadura”. Pero los deseos del empresario parece que se han frustrado con la intervención de la Guardia Civil y el material incautado. La investigación, que se inició hace meses, se centra en el entramado societario de La Pesquera, en el que se rastrean las mercantiles de la compañía, algunas de ellas ubicadas en Gibraltar. Al parecer, se habría detectado un importante flujo de dinero en efectivo y transferencias bancarias no declaradas que ascenderían a varios millones de euros.

Despliegue de medio centenar de agentes

Los registros comenzaron este miércoles con el desalojo del personal de las oficinas situadas en las dependencias del Palacio de Ferias y Congresos Adolfo Suárez, lugar donde se encontraba casualmente el alcalde de la ciudad, José Bernal, que se vio sorprendido por la actuación policial. El personal de las oficinas situadas en la parte alta del Mamma Gina no se esperaba la intervención de los 50 agentes desplegados en los alrededores. Según declaraciones de uno de los gerentes a El Confidencial, “nos ha pillado de improviso y nos hemos asustado. Nada podía predecir esto”. Sin embargo, fuentes policiales consultadas informan que la “ausencia del patriarca de todo el imperio gastronómico no ha sido casual. Estaba perfectamente informado de lo que iba a ocurrir y por eso se marchó”.

Según informó la semana pasada, el propio Mesa, junto a unos amigos, tenía el propósito de irse de viaje de placer a uno de los 'resorts' más lujosos de Marruecos, el Palacio de Arena de Xaluca, lugar donde se alojan los primeros espadas de las 'celebrities' y el mundo empresarial. Allí le llegó esta mañana la noticia del registro por presunto fraude fiscal, en una operación conjunta del instituto armado y Agencia Tributaria. Dicho registro se ha hecho extensivo también a una entidad bancaria donde tiene domiciliadas sus cuentas y se le han intervenido diferentes bienes.

Enlace por todo lo alto

Fuentes cercanas a Ramón Mesa informan a este medio que ya hace un año la propia exmujer del empresario, Marina, con la que tiene dos hijos, había puesto en el punto de mira los negocios de La Pesquera con una denuncia. La exmujer de Ramón Mesa, “tras no ponerse de acuerdo en la negociación de su divorcio, decidió denunciarle. Se da la circunstancia de que la letrada del caso de divorcio es la esposa de un conocido magistrado de la Audiencia de Málaga y el asunto se estaba caldeando”. De ahí parten los primeros informes.

Ramón Mesa contrajo en septiembre de 2014 matrimonio con una de sus empleadas, la joven Elena Ducu, que esperaba de él un hijo. Un enlace a lo ibicenco por todo lo alto en pleno paseo marítimo de Marbella al que asistieron numerosas 'celebrities' de la prensa rosa, con reportaje incluido en '¡Hola!'. Desde entonces, las relaciones con su exmujer se recrudecieron. Comentan a El Confidencial que el mismo empresario habría amenazado con mostrar “material gráfico comprometido que tiene en su haber, de jueces, policías y políticos en su restaurante, que llamarían mucho la atención, comiendo cigalas todos juntos”.

El trono de Gil

El grupo Restaurantes La Pesquera se remonta al año 1980, pero su auge lo alcanza en Marbella a partir de la década de 1990. Jesús Gil tenía en La Pesquera de la playa su propio salón privado, que él mismo enseñaba a los periodistas como “su trono”. Allí celebraban todas sus fiestas Roca, Pedro Román y toda la plana del Gobierno municipal que ahora se encuentra en prisión.

El propio Ramón Mesa cuenta con orgullo cómo de vender agua de una fuente acompañado de un burro llegó a ser el dueño de una de las cadenas de restaurantes más grandes de España. Hace unos años, le galardonaron con la Medalla de Oro por su trayectoria empresarial en el Foro Europa 2001 y decía: “No se me ha subido nada a la cabeza, si tuviera que hacerlo, volvería a empezar mañana otra vez de camarero en Ibiza”.

El empresario está orgulloso de haberle ganado la partida a la coyuntura económica del país: “A pesar de la crisis, La Pesquera sigue creciendo”. Prueba de ello es que ha abierto tres nuevos negocios en estos tres últimos años, entre ellos el italiano Mamma Gina y el reciente Tragatapas. Y precisamente en uno de estos últimos locales, el Mamma Gina, es donde al cierre de esta información más de medio centenar de agentes de la UCO continuaban con el operativo de investigación en las oficinas de La Pesquera.

Diferentes medios de comunicación se quejaron del trato que se dio a los informadores que allí realizaban su trabajo. Uno de los agentes, que decía estar al mando de la operación, amenazó a varios periodistas con aplicarles la ley mordaza, incautando incluso un móvil y borrando fotografías. Numerosos periodistas fueron identificados, hasta que otro miembro de la UCO increpó a este agente del Instituto Armado instándole a que respetara la labor de los periodistas.