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Susana Díaz se aparta a un lado ante una situación política “difícil y complicada”
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ante una posible investidura de Pedro sánchez

Susana Díaz se aparta a un lado ante una situación política “difícil y complicada”

La líder andaluza asegura que toca ser “respetuosa” cuando Pedro Sánchez inicia las negociaciones, pero deja muy claro que la aritmética parlamentaria es adversa para el PSOE

Foto: La presidenta de la Junta de Andalucia, Susana Díaz. (EFE)
La presidenta de la Junta de Andalucia, Susana Díaz. (EFE)

Después de que Pedro Sánchez aceptara el martes el encargo de formar Gobierno, y recién arrancadas las negociaciones, eran muchas las miradas que aguardaban que Susana Díaz tomara posición. La presidenta de Andalucía sabe muy bien cuál es el papel que le toca jugar. Medirá sus gestos para que nadie pueda acusarla de que ha remado en contra de las negociaciones de su líder. Exactamente el mismo papel público que jugó durante las elecciones, cuando midió mucho que nadie le pudiera reprochar un mal resultado de Sánchez.

A Díaz le toca aguardar y esperar que el líder socialista culmine su trabajo, por más que crea que tiene muy difícil convertirse en presidente del Gobierno. Así lo hará. La baronesa andaluza se apartará a un lado y será “respetuosa”, aunque aprovecha para dejar claro que la aritmética parlamentaria es muy enrevesada y los números son difíciles para la investidura de Pedro Sánchez.

“Entiendan ahora que lo que tengo que hacer es ayudar, ser respetuosa y dejar que mis compañeros trabajen, porque la situación también es difícil y complicada”, ha sostenido hoy tras inaugurar una obra pública en la localidad sevillana de Écija. Nadie esconde que Susana Díaz, con su doble 'no' al PP y a Podemos, apuesta por un escenario político de elecciones anticipadas. Tampoco es ningún secreto que desde el primer momento el PSOE andaluz, la federación más importante y que aglutina un 25% de los diputados y senadores, apostó por que el PSOE se mantuviera en la oposición antes de entregarse a fuerzas políticas independentistas o que pusieran en duda la unidad de España.

En eso sí que ha puesto el acento la dirigente del PSOE andaluz, en que la dificultad aritmética existe y en que las cuentas que necesita Pedro Sánchez son complicadas. Con 90 diputados, el PSOE necesitaría la abstención de Ciudadanos o del PP si negocia un acuerdo con Podemos y otros partidos como IU. Susana Díaz ya ha rechazado la posibilidad de un Gobierno de coalición con Podemos. No así Pedro Sánchez, que mantiene esa puerta abierta, aunque desde Ferraz también admiten que las negociaciones con Albert Rivera serán posiblemente más cómodas que con Pablo Iglesias. “La aritmética es muy complicada, pero estoy convencida de que vamos a actuar con responsabilidad”, insistió Díaz, convencida de que “serán secundarios los intereses del PSOE” y se antepondrán los de los ciudadanos.

Susana Díaz ha eludido repetir lo que defendió a puerta cerrada en el comité federal del PSOE celebrado el pasado sábado. Allí dejó muy claro que no ve de ninguna manera un Gobierno de coalición con Podemos y además remarcó con énfasis que si de ella se tratara, no aceptaría el apoyo ni la abstención de los nacionalistas como “peaje” para llegar a La Moncloa. Esta mañana ha evitado repetir esas líneas rojas que marcó en el duro cónclave socialista del pasado sábado. “Lo que tuve que decir lo dije el sábado en el órgano de mi partido. A partir de ahora estoy para ayudar, y deseo y espero que mi partido sea un instrumento útil y que, dentro de la dificultad numérica que hay, esté a la altura”, respondió sobre este asunto.

“El Rey hizo lo correcto ante la irresponsabilidad de Rajoy de no asumir su obligación de someterse a la investidura, y el PSOE de Pedro Sánchez también”, sostuvo la presidenta andaluza, que fue muy dura con la actitud del presidente del Gobierno en funciones. Aunque se resistió a dar consejos a Pedro Sánchez, sí que se mostró convencida de que a partir de este momento “el PSOE va a actuar con generosidad, así lo espero, con altura de miras, pensando en el país y pensando en los ciudadanos, evitando un vacío al que de manera irresponsable nos habría conducido Rajoy”, repitió en varias ocasiones ante las reiteradas preguntas sobre qué cree que ocurrirá.

Desde diciembre, los barones más importantes, con Susana Díaz al frente, han tratado de atar en corto a Sánchez en sus negociaciones para llegar al Gobierno

“Quedan muchos días por delante. Los compañeros tienen que trabajar y hacerlo con responsabilidad”, concluyó Díaz. Su último mensaje fue el mismo con el que arrancó y que deja entrever pocas perspectivas de que Pedro Sánchez sea capaz de lograr convertirse en el próximo presidente del Gobierno. “El momento es difícil, es complicado, la aritmética es muy complicada también”, se despidió la presidenta de Andalucía, recalcando este mensaje.

Desde el pasado diciembre, los barones de las federaciones socialistas más importantes, con Susana Díaz al frente, han tratado de atar en corto a Pedro Sánchez en sus negociaciones para llegar al Gobierno de España. La baronesa andaluza no deja escapar la oportunidad de subrayar que los 90 diputados obtenidos por el PSOE son una “derrota histórica”, y los socialistas andaluces expresan serias dudas de que con esa cifra sea posible formar Gobierno. Pedro Sánchez dependería de la abstención de Podemos si opta por un acuerdo con Ciudadanos, que sería posiblemente el único escenario que aprobarían los barones de su partido y que es precisamente la alianza que funciona en Andalucía.

No obstante, hay que recordar que antes de que el comité federal tome la palabra y dé luz verde a un posible pacto de Gobierno, serán los militantes socialistas los que, por primera vez en la historia del partido, opinarán sobre el acuerdo. Susana Díaz también ha dejado claro que en esa consulta los militantes tienen que conocer “letra, música y partitura” y reivindica que el acuerdo se presente cerrado y se diga abiertamente con qué apoyo contará Sánchez de forma directa o indirecta.

Sus mensajes al partido ya quedaron claros el pasado sábado: no a un Gobierno con Podemos y no al voto ni la abstención de los independentistas. Con esas reglas, Pedro Sánchez solo podría llegar a La Moncloa con un acuerdo con Ciudadanos y la abstención de Iglesias o de Rajoy, dos posiciones políticas que hoy por hoy parecen imposibles. Si Pedro Sánchez fracasa y no logra su investidura, el PSOE ya ha puesto fecha a un congreso federal que se celebrará a finales de mayo y en el que es muy posible que los pesos pesados del partido despidan al líder socialista. Es más, un sector cada vez más numeroso del PSOE se muestra convencido de que Susana Díaz en ese caso dará el salto a Ferraz y pugnará por convertirse en la secretaria general del PSOE. Algo sobre lo que ella sigue guardando silencio.

Después de que Pedro Sánchez aceptara el martes el encargo de formar Gobierno, y recién arrancadas las negociaciones, eran muchas las miradas que aguardaban que Susana Díaz tomara posición. La presidenta de Andalucía sabe muy bien cuál es el papel que le toca jugar. Medirá sus gestos para que nadie pueda acusarla de que ha remado en contra de las negociaciones de su líder. Exactamente el mismo papel público que jugó durante las elecciones, cuando midió mucho que nadie le pudiera reprochar un mal resultado de Sánchez.

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